Mientras se suceden manifestaciones de los menos contra los resposables de la crisis, porque la llamada crisis la pague el Capital y sus Ricos, contra la refundación del Capitalismo como sistema canallesco, de locura, la esencia misma del fascio, de los triunfadores y reyes del mambo imperante… Que los que mandan son tal canallas que hablan sin empachos de eso mismo, de refundar lo que causa mal sempiterno… Y uno se pregunta si todo eso vale de algo… Las manis, el fascio, el Capital, su refundación, el sistema canallesco...
Los más, esa votambre arracimada en torno al bipartidismo, esa chusma inane, alienada y torticera, que sale en masa a la calle, cuando hace falta, en defensa de toda estupidez, para votar y entregarse al amo, o para ir al fútbol, o arracimarse para ver (y ver y ver…) un cantante dar pateletas en un escenario balbuciendo o rebuznando, o una cantante alta, peluda y encleque hacer gorgoritos con bien manipulada músiqueta y en idioma extraño y burdo… O cualquier otro consumo, tal vez el de acercarse a un super libresco y hacerse con la última del último villano matao para deglutirlo, pues no llega a otra cosa, no por su culpa o falta de estima, sino porque el tinglado le ha impedido acceder a mejores cosas, dada la falta de educación y formación o contrainformación que hoy las escuelas, colegios, facultades, academias y similares ramas del saber, y su fluido y riqueza, donan, si ya no dan sólo para el consumo del espectáculo…
O sea, mientras los hechos consumados y consumidos de la democracia se imponen para la muerte de la libertad… Y los moderantos me increpan porque doy pena y este país y esta región, y no digamos esta pequeña ciudad en que el poeta vive, no son para intelectos y sus ejercicios, ni para artes y sus partes, ni para molleras despiertas y sus vidas, que la inteligencia está más perseguida que la bujarronería en tiempos del generalote, al que todos los progres apean hoy de sus nombradías, como alcalde perpetuo de todos los ayuntamientos que el el país son o fueron, como estatua de parque o manijero mayor de cualquier cortijo que fue nombrado, despojan de tanta medalla y título de hijo predilecto, sin darse cuenta que no importa que el honorable galardonado, nombrado, medalleado, estatuado sea Franco o González, sino que el mal está en la cosa del galardón, la estatua, la medalla, el título y su invento, del premio, sea al que fuera al que se le done, que lo que hay que erradicar son los premios que marcan que alguien es más que alguien. Eso tan mentira y tan canallesco. Y no es que todos seamos iguales, que tampoco. Que ese es el mal y el error.Pos no, ellos, los progres, dispuestos a nombrar alcaldes honorarios a cualquier mindundi, o dar medallas para lavados de cara de instituciones que pregonan así su generosidad y hacen buenos a sus gobernantes, si se premia un gesto o acto heroico, generoso o humano de alguna persona o colectivo… Que de esa manera Nobel enseñó a calmar la mala baba y conciencia de su vesania e inventos de dinamitas y tracas asesinas… Todo premio mata la mala conciencia y establece jerarquía, y mata…
Cada día soy más consciente de eso, de que la mayoría está errada, o más bien yerrada con el fierro del amo al que vota, de que todo fascismo, toda dictadura, toda estupidez y todo mal procede de la chusma entregada a una minoría que hace de su verdugo, o que ese minoría se hace con el verdugo y la limosna para matar toda libertad.
Sé que es desagradable leer esto, sé que es de mal gusto en esta primavera tan hermosa, sé que casi no sirve para nada. Y sé que no puedo pasar ocasión sin recordarlo, predicarlo. Por ejemplo este domingo en el que me siento predicador de misa de doce y ahí va eso... Pese a todo. Ni tomo ni obligo. Y a que quien se acerque a este sitio dé un respingo de biempensante y persona de orden y no vuelva, porque piense que su tranquilidad, y que su serenidad, y que su buen culo de buen asiento y que na se va arreglar y que con la que está cayendo viene este con esta monserga, y que es primavera en el corte aquel del campo… Por cierto, el viernes estuve en el Valle del Jerte y quiero contarlo, pues pasé por Cáceres, que está como nunca y siempre lo mismo.
Pero sin embargo hace falta escribirlo, pensarlo, proclamarlo, tomar todos los púlpitos del mundo y pregonarlo a los infinitos vientos del universo. A ver si, como el dios bíblico, diciendo lo que queremos hacer, se hace. A ver. Y criticando lo que no queremos se deshace, se destroza. Y hete ya aquí la materia de un cuento, de un relato, de una novela si me apuran. Y se me ha ocurrido con la prédica y por el resabio, tal vez, de escribir aquel Mágico Pródigo que hay que visitar de cuando en vez, y que ya puede que esté a punto de ser publicados en libro para que el común lo pueda tener al alcance y quemarlo en hogueras para exorcizarlo. Aunque cada día soy más reacio a publicar algo, y tener todo en los atiborrados cajones de mis mesas y escribanías. Todo preparado con las mechas para cuando haga falta volarlo y destruirlo. Gente tal mala no merece todo eso… Ni mijita.
Bueno y digo que se me ha ocurrido material de relato, cuento, novela, que inmediatamente registro online para que no me la chuleen los vilamataos pillabichos en busca de ideas, temas, argucias y ocurrencias para entremeter en sus productos de superconsumo dedicados al consumismo, sin estilo y creación, que dicen como la máquian de leer... Y voy asunto: Se trata de un hombre, aunque tal vez prefiero un golem, que harto del mundo y de sus gentes, harto de tanta infamia y de que la maldad parece todo esto y en todo aquello, de que está de lado del infierno, recordando las enseñanzas recibidas en sus clases de religión, en el remoto pueblo de donde procede, allá en la oscura región de paso llamada Extremadura, perdida en el confuso mapa del país de todos los demonios, que decía el poeta Gil de Biedma, retoma esas enseñanzas y decide rehacer el mundo nombrándolo, como el dios que sale en aquel Génesis explicado por don Ángel, un cura pelirrojo, bueno, entregado y sabio. Esto de sabio lo fue descubriendo con la vida y su trascurso.
Aquel dios construye de la nada todo lo que existe, sólo con decir, nombrar, parlar, hablar. Y antes no había, ni nada. Simplemente no había, no existía ni nada… Solo un dios, tal vez pensante, tal vez cavilante, tal vez imaginario, al que imaginaba don Ángel que imaginaba la Biblia, que imaginó el que la escribió, que imaginó el que la copió, la tradujo… Cavila entonces nuestro hombre sobre la extraña lengua que hablaría el dios para construir todo lo que existe con sólo decirlo o nombrarlo. ¿Tal vez tras un diluvio? Y que la lengua esa en la que al nombrar se crea algo material es de fuerza, y de que si la tuviera o la hablase, diría pipas de girasol tostadas y las comería, y diría venus viva y disfrutaría, y venus viva que me ame y tendría querida de merecer enamorado... Debería ser de unas palabras, de un idioma de mucho poder, y de una fuerza total y genésica como resulta de su uso al decir… El mundo se va erigiendo mientras dios dice y dice, y tal vez en el libro del Génesis está todo abreviado, y aquel dios tuvo que decir y decir todo lo existente, nombrar cada nombre, cada acción, cada particular del idioma que hacía que el mundo se hiciera, y estar diciendo y narrando todo lo que ocurre en la naturaleza, en el universo, en todos los intríngulis de los átomos y subátomos, y decir las energías y nombrar la nada y el vacío también… En un recitado que viene hasta ahora en que el dios sigue recitando, leyendo tal vez para que pueda seguir existiendo todo, y si para de leer se va el mundo al garete...¡¡¡Jooooo, para que me mareooooo!!!
Decide entonces hacerse como el dios del Génesis y se hace escritor, porque picapedrero no es oficio de nombrar y crear con la nombradía. Pero eso de oficio de escritor es vulgaridad que cualquiera, que se lo diga, lo es, porque ahí sí que la cosa de cualquier lengua funciona, que basta que cualquier gañán o gañana se diga y se convenza que es escritor para que ipso facto lo sea en realidad. Malo desde luego; pero escritor, que si fueran berzas sería maravilloso, pues berzas, aunque malas, podrían ser excelente alimento de animales... Pero no un escritor cualquiera, ni cualquier emborronafolios, no cualquier pringao de estos que abundan y van de escritorzuelos porque viste, es moda, está neurórico, locuelo, se liga, se allega a gentes, se trepa, da importancia en la visión de la chusma que ignora que todo artista es un doliente enfermo, tarado y sufriente, según exponen los estudiosos más aventajados del asunto, un ser yagado y torturado, si realmente lo es, y amarrado al duro banco de una galera turquesca de por vida, de donde debe arrancar belleza y luz…, (que hablo en metáfora, ¿ei?) Incluso se les dan los premios de ringorrango, se les rinde culto por caterva de lectores que los confunden con estrellas del cine o del rock, eso tan cutre de la fama, el famoseo y el futbolismo y otros estados medievales de servicio y dobleguez de la inteligencia, se les sirve… No, no es esa forma vulgar de ser escritor, como todos los escritores que en el mundo son. Todos esos tarados que nada saben, y que la inmensa mayoría buscan editar y ser famosos como los futbolistas, los políticos, los banqueros, los cantantes y sobre todo los actores, porque eso de los actores es la madre del cordero de la mierda de la fama y del pedigrí cantamañas. Pero sobre todo el cine, que he ha erigido en pauta de lo que es la cultura y sus valores absolutos, marcados por el Mercado de consumo. Pero que en el fondo es la filosofía del ojo, del ojo como único medio de conocimiento y valoración, bueno de la vista como exclusivo medio de valorar… Y a veces el ojo del culo, o sea, la forma de ver el ojete del ano marca la pauta cultural y artística... Del espectáculo como lo único. Y por lo tanto de la entronización de la mentira y del engaño como valor supremo en toda relación de los humanos entre sí, en sí mismos y por sí… Todo de falsete, impostura, negación de la realidad natural, en donde ni ojete anal ni pan pringao, sino verga y chichi... Y quien sepa entender que atienda y entienda.
Porque hacerse escritor, optar por usar la palabras para erigir mundos apartes y mundos sagrados, distintos a la nada que abunda, al todo que domina con el ninguneo y la negación, es volver a crear el mundo. Por eso huye de los que se llaman escritores, que ponen sus afanes en lo que cuentan, no en cómo lo cuentan, la lengua y sus usos creativos, las palabras que construyen y reconstruyen el mundo de la nada. O esos panolis que se llaman poetas, que todo lo cifran en los sentimientos y nada saben de las mañas y argucias de la lengua, las palabras, semánticas, sonidos, sintaxis cruxificadas como primado para construir, ladrillo a ladrillo, por lo menos, alguna casita, una buhardillita, algo... Con sentimientos no se erige nada de nada, en todo caso tonterías, como no se hacen mundos con imágenes, dibujos, material visual, dios no fue haciendo dibujitos, ni siquiera escribiendo a mano o a máquina, sino que fue diciendo, y al hacerlo hacía el mundo, de forma oral, por la oralidad… Tal vez cantando bajo la lluvia de las cosas que surgían… Y muchas veces se preguntaba –nuestro escritor de tales intenciones y atenciones- si dios cantaría lo que decía, o lo recitaría, y en el tono que estaba… Si retumbaría en la bóveda celeste de los tiempos sin tiempo, ¿o fue el tiempo lo primero que nombró para crearlo, y luego el espacio, o al revés?, y si su resonancia era la que lo hace ser hasta hoy, y si esa resonancia es la música de las esferas y si esa música es la que hace el mundo y su armonía, y si es que por eso toda obra literaria ha de tener una sonoridad rítmica de altura, una musicalidad imprescindible, para que lo creado sea real, tenga visos y dotes de algo que existe, y que si hoy hay pocos autores y casi ninguna obra de arte literario que realmente valga, es porque no saben esto, no le dan el tono adecuado y por lo tanto no tienen la musicalidad creativa suficiente, ni voz ni voto los poetas y escritores hoy…
Todas esa preocupaciones aquejaban a nuestro hombre en un sinvivir. Incluso elucubraciones sobre la voz de dios. Si era femenina, masculina… O si sería simple metáfora todo para referir que el mundo fue hecho.
O sea el escritor como dios crea el mundo, o lo recrea, al decirlo. Y es preferente, es mayor y mejor la obra, si no tiene el referente, pues el dios creador bíblico no tenía ningún referente al hacer su creación. Por eso las obras de pura creación, aquellas que no espían la llamada realidad, de nadie ni de nada, para luego reproducirla con fruición, son las genuinas creaciones. Pasa que a los lectores tal vez se dé pánico volver a ver un mundo nuevo, único, recién surgido de la nada, y gustan más de esos cosquilleos sicotécnicos y de cuchipanda y artilugios de escribano de taller literario y agencia literaria, editorial comercial y libro de consumo, del que todos hablan con ligereza, y el tipo sale en la tele, tiene una relamida página güé, que hacer guiños en sus escrituras sobre la vida real de los lectores, sus sueños, manías, vida cotidiana y otras cosas. Pero sobre to de to, que gusta mucho, y gusta por los sentimientos. Como la morcilla de Burgos o las ranas de Galapagar fritas, el queso de Cabrales, la coca, las palomitas de maíz, un caramelo de menta o fresa, un bolero de publicidad, la plaiestesion, y así hasta agotar existencias, señores, pasen
y
vean, lafunciónvacomenzarconustedeslabestiapeludaquechupayquemamahayequilibristasacolgaos…
" (que hablo en metáfora, ¿ei?)"
ResponderEliminarTomo y obligo
(1931)
Letra: Manuel Romero
Música: Carlos Gardel
Tomo y obligo, mándese un trago
que necesito el recuerdo matar.
Sin un amigo, lejos del pago,
quiero en su pecho mi pena volcar.
Beba conmigo, y si se empaña
de vez en cuando mi voz al cantar
no es que la llore porque me engaña,
yo sé que un hombre no debe llorar.
Si los pastos conversaran esta pampa le diría
con qué fiebre la quería, de qué modo la adoré.
Cuántas veces de rodillas, tembloroso, yo me he hincado
bajo el árbol deshojado donde un día la besé.
Y hoy al verla envilecida, a otros brazos entregada,
fue pa' mí una puñalada y de celos me cegué.
Y le juro, todavía no consigo convencerme
cómo pude contenerme y ahí nomás no la maté.
Tomo y obligo, mándese un trago,
de las mujeres mejor no hay que hablar.
Todas, amigos, dan muy mal pago
y hoy mi experiencia lo puede afirmar.
Siga un consejo, no se enamore
y si una vuelta le toca hocicar,
fuerza, canejo, sufra y no llore
que un hombre macho no debe llorar.
He descubierto su blog hoy. Sin saber cómo me llegó a mi correo su dirección, y en fin, aquí estoy diciéndole que me ha gustado y que le seguiré de cuando en cuando.
ResponderEliminarUn saludo.