3 de noviembre de 2006

VIAJE EN TREN

Viaje a Zaragoza. Estancia desde el 9 de octubre hasta 26 de octubre. Unos dieciséis días de vida intensa y amor, mucho amor. Atención de asuntos de mi interés, por supuesto. Me ha sorprendido casi todo. Siempre el viaje está abierto a la sorpresa, por muy a menudo que se haga. Máxime a quien viajó por casi todo el mundo, en autostop gran parte de los tramos.
En la estación de santa Justa, de Sevilla, me encontré la gran sorpresa. Nada más y nada menos que el montaje publicitario Expotren de Extremadura. Linda invención para atraer las miradas de los turistas, y que vengan en masa a dejarnos los euros a los extremeños por las beldades de nuestra tierra, a gastarse la pasta gansa mirando toda nuestra monumentalidad, gozando de nuestro jamón y comidas tan típicas y suculentas, paseando por nuestros hermosos pueblos, divirtiéndose con nuestras gentes... Turistas en masa que abarroten los hoteles, que los colapsen, que hasta los particulares hagan un enorme agosto y alojen gentes, en habitaciones que no usen, venidas con ese afán que tiene el turismo por conocer, ese afán compulso de verlo todo, a gastarse el dinero en esta tierra hermosa, que si otros tienen la costa del sol, nosotros tenemos la costa de la bellota… En fin, que sea la más visitada y admirada… Tanto, tanto, tanto como Marbella, por ejemplo, o como Canarias.
Porque todo es cuestión de publicidad, de mostrar bien sus encantos, lo demás viene por sí sólo, ya que Extremadura tiene maravillas desconocidas y, por supuesto, muchísimo mejores que los y las demás, y a la fuerza vendrán a dejar la pela los puñeteros turistas, que no vienen pa na. No saben lo que se pierden.
Para eso parece que se ha fletado este Expotren de Extremadura. Y aprovechando que lo tenía en Sevilla, y teniendo como hora y media de tiempo libre disponible, lo visité. Y tengo que confesar que salí de su visita tan sabio como antes de entrar en él. En el andén vi algunas autoridades y visitantes, unos veintitantos como mucho, entre fembras y curiosos, comensales y bebedores, ante mesas repletas de platos de jamón y vino, y otras viandas que no tuve curiosidad en vislumbrar, a las que fui invitado a acercarme, para yantarlas. Decliné la invitación y me fui tan perplejo como cuando, por distracción, olvido o despiste me sorprende un anuncio publicitario en la tele, a traición, y que te hace perder el tiempo con sus mojigangas. En fin, gente que habla de la Caradura, esa otra Extremadura de los políticos del trinque, de los poetastros comisarios y de los diseñadores publicitarios modernos y costosos al erario público. Pos mu bien, señores. Y seguidamente continué para Madrid, en el AVE, y luego para Zaragoza, en lo que también llamo el AVE; pero que la RENFE llama de otra manera. Vi, desde mi ventana, media España en octubre.
Se me olvidaba decir que me dieron una bolsa de papel con dos folletos, uno de ellos resultó ser un cuento soso sobre una cigueña, pero que podré aprovechar para escribir, pues tenía formato de cuaderno. El otro tenía pinta de folleto típico de venta de turismo barato. Una chapa para colgar en la ropa y poco más. Les estoy muy agradecido por el detalle.

1 comentario:

  1. Anónimo4:35 a. m.

    Di que sí, que Extremadura se la han apropiado los cuatro políticos mandamases y las empresas que los promocionan, y eso es vergonzoso, fascista. Lo malo es que lo hacen con el permiso de la mayoría de las gentes que está mu atareada en tratar de sobrevivir, que esa es otra. Así que a esa Extremadura conviene lllamrla como Caramadura, para diferenciarla de la que no tiene ni dios ni amo, ni cacique ni señor. Extremadura.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.