Ha llegado la hora de despanzurrar estas mentiras y manipulaciones, estos manejos vergonzosos, estas malas intenciones y peores actos, estas carcajadas de los torpes y cicateros mantenedores de la superestructura que sostiene el artilugio mecánicomercantil y capitalista del asunto, estas tendenciosas y manidas maneras que tiene la jerarquía y el mando, junto con buena parte del culturetariado, que vegeta y se enquista o apoltrona en esas costumbres y manías, que ese es el peor engendro, el culturetariado al servicio político de los poderosos para ordenar quien es quien, imponer lo que vale y lo que no, y que alguien es más que alguien, según sus cortos parámetros de medida y validez, según sus modos y modas, o según sus reales pinreles, que no otra cosa usa al final de todo y para todo. Y ese culturetariado formado por no poca gente que dice que se dedica a la creación, está bendiciendo lo mal que lo hacen los que mandan, están justificando el desorden y la injusticia de los poderes, en esas alturas de galas y premios, cuando por el subterráneo, esos poderes, dan patadas y terror. Pero cualquiera sabe que no hay artista sin libertad e independencia totales. Y el culturetariado es reptil, servil, bufón, subvencionado y premiado por la jerarquía y en la orgía de la superestructura de dominio, que de esa manera se justifica y mantienen sus impolutas honorabilidades (digo del dominio y del culturetariado al mismo tiempo).
El mero hecho de aprobar y creer que alguien es más que alguien, en arte, es trastocar y prostituir ese arte, negarlo de manera infame, llevados por la ignorancia, tal vez el miedo y el odio indudable a los artistas cuyo único valor es nuestra obra. Es simplemente aplicar las medidas del Mercado, del Capital y del Estado, o sea, el poder por el poder y sus mentiras, a algo que, por naturaleza, es todo lo contrario. Sepan estos culturetas que cualquier clásico decía que sobre los pies de otros andaba, referido a que su obra era fruto de la solidaridad de todos los artistas anteriores y sus aportaciones. Obras como Las mil y una noches, o la Odisea, o la misma Biblia (en pasta o no y como mera literatura) no son obras de competición o premios, sino de suma, de amor humano absoluto y de colaboración de todos los creadores que las hicieron posibles, bullentes, mutables, ricas para todos sus receptores, y a disposición de estos para seguir transformándose, creándose y recreándose. Porque de otra manera no es arte, no son literatura –en estos casos-, son mero negocio, simple mercadeo, cosa insustancial de premios y de la cotización el bolsas y bolsillos, manejo de políticos profesionales, sus mariachis, su culturetariado. Y no porque lo diga yo sino porque para el que conoce, lee y sabe toda la trayectoria de los creadores auténticos esto canta demasiado claro, y esos prebostes de premios y premiados quedan con sus pobres culos al aire, demasiado parvos y engueridos (que dice la parla de la gente en Llerena). Esos de premios y premiados, esos de esos saraos mediáticos y circenses del que el más y es más que alguien, no son auténticos, son invento e industria de esos nigromantes a sueldo de la publicidad institucional, que a ellos se refirió don Quijote hace tiempo como malditos fulanos de artilugios y manejos.
Vayamos al detalle, a la incogruencia, que siempre aflora en los medios cuando hablan de estos espectáculos y circos: ...acogerá hoy la gala donde se entregará la máxima distinción concedida por Extremadura en el campo de las artes y antesala del acto institucional del Día de Extremadura. Cualquiera sabe, si no es un cretino o un tonto con mala intención, que Extremadura no concede ni puede conceder nada, Extremadura no es persona ni personal, por ende no tiene voluntad ni nada de persona, y no puede tomarse la palabra Extremadura como la suma de voluntades de todos los que vivimos en ella para esta cosa. Más bien el periodista usa esta expresión, manida y acuñada, como un intento de totalización de esas voluntades, y de identificación absoluta y manipuladora del todo, de toda la realidad de la gente en Extremadura con la simple institución que otorga los galardones. En ningún caso puede pensarse bien de tal expresión ni de su intención de totalidad, mintiendo porque la cosa la concede no Extremadura, como suma de voluntades, sino una institución de mando, que debería ser de servicio a todos. Es un caso más de democratitis crónica, por la cual todo lo que hicieren los políticos profesionales que se apoltronan en las instituciones, al ser elegidos por lo que llaman, con pompa, democracia, pues es voluntad del pueblo, y hasta las defecaciones de esos políticos son voluntad del pueblo, por artibirloque de la cosa democrática que dicen, con no poca diarrea mental.
Y elijamos ahora una de las perlas cultivadas, de las finas, como dice el cantaor, de los que mandan: La Junta defiende también que los galardones se han convertido en «una importante referencia en el panorama regional, nacional e iberoamericano, tanto por la calidad de sus premiados como por la independencia y criterio de sus jurados. ¿Defiende, defiende? ¿He leído bien? Cuando hay que defender algo así es que está perdido, o en simple competencia comercial con otros, en mercadeo y en sistema bursátil puro y duro. Y asaltan muchas dudas, preguntas e inquietudes ante estos comunicados siempre. Una es dilucidar a qué se refiere con eso de los galardones se han convertido en «una importante referencia en el panorama regional, nacional e iberoamericano, y el no va más es la repanocha del recochineo y la indecencia en que todo esto vehicula, desde la base: pretender dar valor a estos premios de lotería, instituídos por una instancia política dependiente y absoluta, por valores como la independencia no deja de ser linda argucia, que deben de tragar los adoradores del culturetariado con algún licor enajenante, sino no tiene sentido lo de como por la independencia y criterio de sus jurados. Si los jurados los selecciona y nombra esa institución no son independientes nunca, y lo de los criterios no lo dudo; pero, a la postre, criterios de personas el servicio de la institución. Vamos, que los premios los han de otorgar siempre a alguien afín al culturetariado y al mercadeo de la cosa artística, en juego y competencia con las publicidades, promociones y otras menudencias mercachifles. Que es para lo que están y no puede ser de otra manera. Que el poder es el poder y sus sicarios los mismos de siempre, por muy de seda democrática que vistan para la gala y gola, o tal vez gula que siempre se tropieza en esos eventos.
Aunque pensándolo bien, de una manera monterrosariana (si se me permite una vez más), tal vez la buena intención del gobierno extremeñí sea la de promover, auspiciar, dar ocasión, subvencionar, sacar a juego a esos artistas de la tierra que andan, ¡pobrecitos!, sin nada que hacer, mano sobre mano, en la tarea creativa: No otra cosa cierra la noticia o bulo, que no sé: A partir de esta edición, como novedad, cada año un artista extremeño diferente será el encargado de diseñar y elaborar la pieza con la que se reconocerá el Premio Extremadura a la Creación. Sí, eso sería lo se que buscaba realmente: incentivar el diseño y elaboración de piezas escultóricas. Así que, ¡chapó! al evento que redimirá a esos postergados artistas plásticos. Lo que asalta es de qué forma y medios se selecciona al escultor, diseñador o elaborador de piezas con la que se reconoce o no el Premio Extremadura a la Creación… Vuelvo a pensar en Monterroso y otros fabulistas...
Pero miro a lo de siempre, escrito allá en 1982 y publicado en el Periódico Extremadura, en 1987, en una serie de artículos en los que viviseccionaba el ser extremeño, titulados genéricamente Extremadura, extremaunción y otros extremos, que al río revoltoso de esta moda de las autonomías, invención o mimetismo de los avergozados de su ser o personalidad, se han inventado banderas, himnos, premios, por mera mímesis de otros, y sin criterio propio del ser auténtico asumido históricamente. Si en esta tierra no ha habido jamás banderas, ni himnos, ni escudos, ni premios en nombre de la misma tierra, eso forma parte de nuestra forma de ser, y al tenor de que tales cosas han ocasionado (aquí viene bien aquello de la memoria histórica) muchas desazones y muertes, infelicidad en el mundo, desde las banderas a las fronteras, himnos y todo eso, incluidos los premios, pues hubiese sido ocasión histórica y grande acierto asumir eso como parte diferenciadora y contra el consevadurismo atroz y cansino que tales asuntos llevan. Pero no, más abanderados que todos, más de todo eso que nadie. Pues adelante señores de la carcundia inveterada, de la conserva en formol, del retogradismo ejemplar. Pero no se me mosqueen si los defino por lo que son y lo que aparecen ante todos los sentidos y razones, con sus sinrazones.
NOTA BENE.- La ilustración de este generoso post es de Miguel Brieva, concretamente de su publicación DINERO, Revista de Poética Financiera e Intercambio Espiritual, publicados todos los números, en edición completa, y en un sólo volumen, por Random House Modadori, SA, 2008. Ayer me hicieron de ella y también de otra publicación del mismo autor. Enciclopedia Universal Clismón, Bienvenido al Mundo, del mismo editor, abril de 2007. Di cumplida noticia de ellas en post pasados, como se puede ver, y andaba a la caza de ejemplares...
Juro que desde ahora presentaré casi todas mis entradas, a ser posible, con alguna ilustración de este autor, ¡vive dios!, que es muy bueno y da visión antiautoritaria total, lindando en casi todo con mi parecer, en lo tocante a la visión del pérfido sistema socioeconómico que nos gobierna, en líneas generales, aunque haya estado ilustrando, este verano, el suplemento para esa estación que hace el diario El País... Que es currante y ha de ganarse la soldada de esa forma...
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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.