25 de septiembre de 2008

PLANTAR ÁRBOLES

Quería, desde hace tiempo, insertar esta historia de alguna manera en este medio, para que llegara a la mayor gente posible. Es la historia El Hombre que Plantaba Árboles, de Jean Giono. La primera vez que la escuché fue por los finales de los años ochenta, en una grabación en cassete de mi querida amiga Mariángeles, que fue tan generosa conmigo al darme a conocer esto y otras muchas cosas de difícil olvido. Hoy, al enredar por Youtube he hallado que alguien la puso, en cuatro entregas. Hay por lo menos dos versiones colocadas en el portal de vídeos y música...
La historia de Giono resalta la importancia del individuo y del cultivo, por parte de éste, de valores en paz con la naturaleza, el valor del esfuerzo personal, la constancia del agua en la piedra, el trabajo, la paciencia, la entrega, el amor, la devoción... Valores que hoy se encargan, los que mandan, en destrozar y arrasar desde la cuna a la sepultura. Y la historia contiene los frutos de esos valores, no ya vistos con la óptica del que espera una renta de capital, sino como el que espera un fruto maduro de la naturaleza, el desparrame del bien y la bondad sobre la faz de la tierra. Otra visión.
La verdad es que siempre me estremece esta historia, y suelo escucharla de cuando en vez. Me limpia de mis ignorancias, miedos y odios. Bien en la vieja cassete que se me regaló, o en otro medio. Me estremece y alecciona, me dice que aún puede el individuo encontrar una vía revolucionaria para enrutar la bondad en el mundo. No ya yendo al monte y plantando árboles. Eso es algo simbólico, metafórico.
Eso depende de cada uno y su libertad. Lo que importa es plantar.
¡Disfrútala!




1 comentario:

  1. Tarde fría y desapacible de otoño, lluvia, viento, todo me invita a recluirme en casa.Le tengo miedo al otoño, la oscuridad temprana, el recuerdo, cada vez mas lejano de la luz, esa maravillosa luz del verano... Una amiga me ha pasado la dirección de tu blog,de pronto lo recuerdo y lo pincho, leo por encima algunos de sus contenidos, voy recorriendo sus páginas y de pronto algo me llama la atención por encima del resto, "el hombre que plantaba árboles", leo lo que escribes de él, me asalta la curiosidad y decido verlo, que maravilla de minutos, el tiempo ha pasado sin darme cuenta, toda la angustia de este momento del año se ha disipado...tranquilidad, reposo, serenidad, esperanza...a mi también me ha estremecido, dale las gracias a mariángeles de mi parte por haber comenzado esta cadena, yo también la continuaré.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.