23 de junio de 2007

JUDÍOS RELEVANTES

Recibo en este blog, desde Pontevedra, un comento sobre Fernando Ruiz Millán, en una de las entradas en la que hablo de su pintura.

Sí, verdaderamente Fernando es sorprendente por su creatividad. Y no sólo en su pintura. Sino en sus inquietudes intelectuales varias. Una de ellas es por el mundo judío. Más allá de todo eso del Estado de Israel, mucho más allá. Es por la vida que late allá donde hay lo que, en un sentido muy amplio, se puede llamar judío, o espíritu judío. Hecho que comparto con él. A mí me interesa tanto el hecho judío, el factor judío, que ya he aludido a mi tesis sobre Sem Tob de Carrión, como punta de lanza de esa afición. Que es más que mera afición, para ser pasmo y ansia de saber sobre la cuestión, en todos los aspectos, en todas las formas. Desde la conspiración judeomasónica, hasta el contubernio judío para dominar el mundo, pasando por el barrio donde vivo, en Llerena, que parece que fue asentamiento de la aljama, hasta mis lecturas puntuales de la Biblia, mi colección de biblias en diversos idiomas y mis veleidades por el hebreo, la filosofía del relativismo en Einstein o en Sem Tob…

Pero vayamos al hecho que me trae, este libro insólito, raro, único que Fernando elaboró pacientemente, y que se llama Diccionario de Judíos Relevantes, tomo I, de Fernando Ruiz Millán, Badajoz, 2004. Único porque su tirada no excede de diez ejemplares, escrupulosamente repartidos entre personas seleccionadas por el autor.

Se trata de una recopilación de biografías breves de judíos en el siglo veinte. Todo parte del hecho de que a Fernando le llamó siempre la atención el asunto de que fueran tres conocidas personalidades judías, Karl Marx, Sigmund Freud, Albert Einstein, las que más habían influido en la formación del espíritu del siglo XX. Se dedicó entonces a recopilar nombres, al principio mera reseña recogida al azar, y más tarde, con más empeño, una biografía que reflejara su vida y obra.

La actividad creadora de los judíos, allá donde la diáspora los tiene repartidos, no ha sido relevante siempre ni en todo lugar. Su accidentada y trágica historia no se prestaba a ello. Fue a partir del siglo XVII, con la progresiva emancipación y salida del gueto de las comunidades hebreas en los diferentes países de Europa, y con sus nuevas posibilidades de acceso a la Universidad y a las profesiones liberales, hasta entonces vetadas, cuando el espíritu creativo judío se manifestó en toda su amplitud. En esta nueva realidad, su actividad cultural no se definió sólo por la calidad de sus aportaciones, sino también por la cantidad, es decir, por el número relativo o porcentaje que representaba dentro de las sociedades de acogida, mucho más alto que el de éstas”.

Una de las razones para que esto sea así es su preferencia urbana y su concentración en las grandes ciudades. Pero también la inclinación al estudio que siempre les caracterizó y la disposición de los padres judíos, por pobres que sean, a hacer grandes sacrificios para asegurar a sus hijos un buena educación.

En este primer tomo del diccionario hay 150 biografías de hombres y mujeres del siglo XX que dedicaron sus vidas a unas actividades en las que destacaron.

Explica luego Fernando el criterio metódico para considerar judío al biografiado, que es muy acertado en todo caso. Las fuentes para realizar en trabajo fueron siempre de carácter periodístico. La razón para ello ha sido la oportunidad. Fernando la explica así: “Yo, como trabajador ferroviario en una estación término –la de Badajoz-, tenia una inmejorable ocasión para hacerme de abundante material de consulta entre los periódicos y revistas abandonados en los asientos de los trenes que han finalizado su trayecto. No era ocasión de desaprovechar la coyuntura que el destino me ofrecía. Tan sólo necesitaba paciencia…, y un poco de ayuda.

En fin, sorprendente método de consulta que enriquece lo aportado por hemerotecas varias, para los trabajos académicos y de investigación. Y Fernando prosigue su labor de cara a sacar un nuevo volumen de esta magna obra con la vida de los judíos relevantes. Insólita y sin editor masivo. Ya que las ediciones de cada volumen las hace el propio autor, y en tirada muy corta, como hemos dicho. Los judíos van por orden alfabético. Todos han muerto a la hora de publicar el libro.

La edición artesana, excelentemente presentada y encuadernada, viene con un índice general y preciso, por nombre, y otro índice de actividades de los biografiados. Así hemos buscado entre los poetas a: Max Aub, Paul Celam, Efim Etkind, Allen Ginsberg, Alejandra Pizarnik, Franz Werfel, Stefan Zweig.

Como curiosidad encontramos al alemán/extremeño Wolf Vostell, como artista multimedia, al que curiosamente, en una visita a Llerena, con su señora, por los años ochenta, le conseguí fotos, de la monumentalidad, calles y etc. de esta población, hechas por el hermano de Fernando, Antonio.

Y aquello tan gracioso, que recuerdo al hilo de todo esto, tan de chiste judío, de que Vostell se empeñaba en que la fuente de la plaza mayor era diseño de Gaudí, por lo tortuoso y ondulado de su brocal, gastado por el uso y tiempo en el mármol, lo cual era producto del desgaste de los cántaros, y demás, del personal que usaba antaño esa fuente. Y yo le decía que no, que no… Pero Vostell me discutía, que sí, Agustín, que sí, que eso fue Gaudí en Llerena… Pos vale tuve que decirle a su socarronería o broma judaica.

No me resisto a anotar la dedicatoria que Fernando estampó en mi ejemplar:

Para Agustín Manuel,
amante del conocimiento y la sabiduría,
que tienes todo para salir en un
próximo número de esta colección.
Bueno, casi todo, pues tú
estás vivo y bien vivo, y que así sigas.
Fernando
30/XII/04

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