20 de junio de 2008

CARTAS

Soy un fanático de las cartas al director en los diarios o donde sea. Generalmente traen mucha sustancia y constancia, tienen sus puntos de interés y llaman al interés o el debate, cuando no son claras muestras de desconocimientos palpables. El domimgo pasado vinieron dos cartas sustanciosas. Una en un sentido muy positivo, y diría que hasta necesario, y otra más chusca, en donde se leía cierta entendedera de esa cultureta del culturetariado al uso que hoy asiste a los espectáculos como si fueran misa de doce o misa mayor.
Veamos los textos:
En la serie documental 'Pueblo a Pueblo' que está publicando con buen criterio el diario HOY, me sorprendió notablemente, el día dedicado a Llerena, el dato que ofrecía sobre la población de la Campiña Sur extremeña que ascendía 'alegremente' a los 45.000 habitantes. ¡Ojala, después de los últimos veinte años, tuviéramos esa bonita cifra demográfica! Desgraciadamente, y daría para un buen estudio socioeconómico de la comarca, la población de la Campiña Sur, con sus veintiún pueblos, consultados los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, arroja una población en el 2007 de 33.082 habitantes, muy lejos de los 45.000 habitantes publicados...
(SIGUE)
Habría que calcular ahora el montante de las subvenciones a cargo de los Fondos Europeos, y ver a dónde han ido a parar, y ver las razones por las que no han servido para retener población, crear riqueza a partir de la recursos, si las inversiones fueron acertadas... Hay muchas preguntas y respuestas dudosas o sospechosas... Es urgente una dinámica de despertar, de concienciación entre la gente de por acá, no para competir, sino para ser y estar. Y ese dinámica sólo se consigue desde abajo, desde la gente de abajo. Tal vez porque conozco cierta dinámica que se inició en Llerena sobre finales de los setenta que tira mucho todavía... Porque de los políticos y sus dineros no se esperen milagros, no. Ya se ve que no los hay.
También cabe pensar que este es el común en casi toda Extremadura, por lo que cabe preguntar a los votantes de los mismos siempre y perdirles explicaciones de la mala gestión de sus héroes sociatas a toda costa...
Hay para mucho aquí: mucho debate, mucha reflexión, estudios, trabajos...

En la otra carta, con toda su gracia de caramelo, se ignora que eso del silencio de sala de cine es algo nuevo en la concepción de la recepción del espectáculo. Si el autor de la carta pudiera ver un corral de comedias se quedaría estupefacto, porque allá los actores eran callados por todo tipo deimportunidad, como se pueden leer en los testimonios pertinentes. En un espectáculo como el teatro el público es algo vivo, gente que bulle y en la vida y el bullicio espectacular esas cosillas de ruidos son incluso necesarias. No admitamos el ahormamiento de la sala personal de nuestra casa con el home cinema en acto de bendición y rito sagrado y callado, no. Pero veamos el texto, que no tiene desperdicio alguno:
No sé qué pasa en el cine para que a los espectadores, ... (SIGUE)

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