5 de mayo de 2009

CABAL


UN LECTOR

Que otros se jacten de las páginas que han escrito;
a mí me enorgullecen las que he leído.
No habré sido un filólogo,
no habré inquirido las declinaciones, los modos, la laboriosa
mutación de las letras,
la de que se endurece en te,
la equivalencia de la ge y de la ka,
pero a lo largo de mis años he profesado
la pasión del lenguaje.
Mis noches están llenas de Virgilio;
haber sabido y haber olvidado el latín
es una posesión, porque el olvido
es una de las formas de la memoria, su vago sótano,
la otra cara secreta de la moneda.
Cuando en mis ojos se borraron
las vanas apariencias queridas,
los rostros y la página
me di al estudio del lenguaje de hierro
que usaron mis mayores para cantar
espadas y soledades,
y ahora, a través de siete siglos,
desde la Última Thule,
tu voz me llega, Snorri Sturluson.
El joven, ante el libro, se impone una disciplina precisa
y lo hace en pos de un conocimiento preciso;
amis años, toda empresa es una aventura
que linda con la noche.
No acabaré de descifrar las antiguas lenguas del Norte,
no hundiré las manos ansiosas en el oro de Sigurd;
la tarea que emprendo es ilimitada
y ha de acompañarme hasta el fin,
no menos misteriosa que el universo
y que yo, el aprendiz.



Jorge Luis Borges
Elogio de la Sombra, 1969

1 comentario:

  1. la invitacion amable

    Alfonsina Storni

    Acércate, poeta; mi alma es sobria,
    de amor no entiende -del amor terreno-
    su amor es mas altivo y es mas bueno.

    No pediré los besos de tus labios.
    No beberé en tu vaso de cristal,
    el vaso es frágil y ama lo inmortal.

    Acércate, poeta sin recelos...
    ofréndame la gracia de tus manos,
    no habrá en mi antojo pensamientos vanos.

    ¿Quieres ir a los bosques con un libro,
    un libro suave de belleza lleno?...
    Leer podremos algún trozo ameno.

    Pondré en la voz la religión de tu alma,
    religión de piedad y de armonía
    que hermana en todo con la cuita mía.

    Te pediré me cuentes tus amores
    y alguna historia que por ser añeja
    nos dé el perfume de una rosa vieja.

    Yo no diré nada de mi misma
    porque no tengo flores perfumadas
    que pudieran así ser historiadas.

    El cofre y una urna de mis sueños idos
    no se ha de abrir, cesando su letargo,
    para mostrarte el contenido amargo.

    Todo lo haré buscando tu alegría
    y seré para ti tan bondadosa
    como el perfume de la vieja rosa.

    ¿La invitación esta... sincera y noble.
    Quieres ser mi poeta buen amigo
    y sólo tu dolor partir conmigo?

    ResponderEliminar

Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.