Lo primero que deberían saber los señores que se dedican al servicio público del procomún, es que CONTAMINAR NO ES UN DERECHO, como no lo es matar, asesinar, robar, violar, el fraude, hacer daño, engañar, chanchullear y todo eso, que parece ser que es lo que hacen estos mindundis; por eso confunden derechos con cacicadas o intereses propios, su culo con las témporas. Contaminar no consta en los derechos humanos, aun ampliados.
A ver cómo se les explica a los niños, en las escuelas, que contaminar no es un derecho... Con el mal ejemplo de la Jungla de Extremadura... Y no sólo en esto, no sólo.
Que estos listos han preparado muy bien el asunto, para ellos no existe más que eso: se desviven por el negocio de un sólo señor, de Gallardo. Por Gallardo y su negocio, identificado con Extremadura toda, hacen lo que sea: Matar, contaminar, perder el puesto, confundirlo con Extremadura toda y más... ¿Qué les dará, qué se llevan, qué trincan? Tanto amor al terruño no se entiende en gente con suficiente avilantez, ambición y prepotencia como son. Que la contaminación no se divide en regiones y gobiernos, no se mide en fronteras, que es global, que no entiende de zonas políticas, que son excrecencias artificiales y antinaturales, a efectos de servir a las personas...
Además ellos no son Extremadura, son una institución política que se impone en esta tierra. Extremadura, la real, es otra cosa. Demagogia identificarse con toda la tierra y sus gentes, con toda la tierra y sus presuntos derechos. Los derechos son individuales, no de algo tan ideal como Extremadura o la Junta de Extremadura, un artificio político dañino, costoso, huero desde que existe en manos de los que existe. Los que tenemos derechos somos los extremeños, individualmente, cada uno. No nos identifiquen con esa Extremadura del folklore político de trinque, y a esta con un señor tan avieso y sospechoso como el sseñor Gallardo y sus negocios.A ver cómo se les explica a los niños, en las escuelas, que contaminar no es un derecho... Con el mal ejemplo de la Jungla de Extremadura... Y no sólo en esto, no sólo.
Que estos listos han preparado muy bien el asunto, para ellos no existe más que eso: se desviven por el negocio de un sólo señor, de Gallardo. Por Gallardo y su negocio, identificado con Extremadura toda, hacen lo que sea: Matar, contaminar, perder el puesto, confundirlo con Extremadura toda y más... ¿Qué les dará, qué se llevan, qué trincan? Tanto amor al terruño no se entiende en gente con suficiente avilantez, ambición y prepotencia como son. Que la contaminación no se divide en regiones y gobiernos, no se mide en fronteras, que es global, que no entiende de zonas políticas, que son excrecencias artificiales y antinaturales, a efectos de servir a las personas...
Peor que el franquismo, mucho peor que los franquistas esta gentuza pesoera y sociata, que todo hay ya que decirlo abiertamente. Están ellos y mi salud, ellos o la salud, no sólo del aire sino mental e intelectual, está en juego la propia dignidad de lo elemental.
Si no llueve, a ellos les da igual, si ha habido paro, treintaitantos años, les da lo mismo, si los fondos europeos se usan muy mal, les da igual, si el trinque de unos pocos hace la necesidad de muchos, les importa un bledo, si no hay agua, pues pasan, si el índice de enfermedades cancerígenas en la provincia de Badajoz supera la media nacional, no les importa...
¿Y cuántos puestos de trabajo, reales y bien pagados, dará el negocio refinero de Gallardo? Tal vez 500 como mucho, para tanto daño. ¿Merece la pena tanta guerra? ¿No se podrían invertir esos recursos, parcelados en otras actividades menos agresivas? La refinería no es lo único que debiera existir como motor de desarrollo antiguo, agresivo, nefasto. Y si así ocurre la pobreza mental, empresarial, intelectual, de esa Extremadura de los políticos, y de su Jungla de Extremadura, está vista para sentencia de muerte. ¡Vaya mierda!
Que esto es lo mismo que si uno va y reivindica el derecho asesinar, a robar, a estafar, a terrorizar a cometer canalladas..., ¡ya que muchos humanos lo han hecho desde que el mundo es mundo! ¡Vaya excusa! Me los pido, esos derechos, para aplicárselos a estos listos demagogos y caciques, sin límites, de la Jungla de Extremadura. ¡Vaya elementos peligrosos! ¿Será esto cosa de los sindicatos del crimen que apoyan el engendro?
Desobediencia civil a la Junta de Extremadura. ¡Qué me borren de todos sus archivos! ¡Y me olviden!
Seguiremos considerando...
Ilustración de Fernando Ruiz Millán. Se trata de un collage hecho sobre 1999, que parece anticipar la amenaza fantasma y refinera de la Jungla de Extremadura
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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.