

Creo que lo escribí o aludí, largamente a ello, en una publicación del verano de 1979, y en algunas publicaciones durante los años ochenta. También en el ejemplar correspondiente de Torre Túrdula. No le di ninguna importancia pues consideraba que era algo de la cultura general, la verdad que algo marginal y especializado; pero sin más relevancia. Me refiero a que la emblemática y jacarandosa película Casablanca parece ser que basa su guión en una novela del paisano Juan-Simeón Vidarte Franco-Romero, por mucho que los especialistas traten de colar mentiras y decir cosas imposibles, como que uno de los autores del guión, de la supuesta obra teatral de base, viajara a la Francia ocupada en 1938!! Vidarte que huyó al norte a África al acabar la guerra española, vivió una experiencia similar a la historia que se narra en Casablanca y conocía de primera mano el transfondo de enfrentamiento de los franceses pronazis y de la resistencia... No es creíble esta explicación oficial de la elaboración del guión: Casablanca se basa en Todos vienen al Café de Rick (Everybody Comes to Rick's) de Murray Burnett y Joan Alison, una obra teatral que nunca fue puesta en escena...
Guión
La obra de teatro original se inspiró en el viaje a Europa que hizo Murray Burnett en 1938, viaje durante el cual pudo visitar Viena justo antes del Anschluss. Murray visitó también la costa sur de Francia en la cual co-existían, no sin dificultad, asentamientos de nazis y refugiados. Los locales nocturnos de la zona inspiraron, pues, tanto el Café de Rick (especialmente uno llamado «Le Kat Ferrat») como el caracter del personaje Sam, el pianista (basado en un pianista negro que Burnett vio en Juan-les-Pins).[23] En la obra teatral, el personaje de Ilsa era una estadounidense llamada Lois Meredith y no encontraba a Laszlo sino hasta después de que su relación parisina con Rick había terminado. Además, en la obra de teatro el personaje de Rick era un abogado.
Los primeros escritores principales en trabajar en el guión fueron los gemelos Epstein, Julius y Philip, quienes eliminaron el trasfondo del personaje Rick y aumentaron los elementos de comedia. Después intervino el otro escritor reconocido en los créditos, Howard Koch, pero trabajando en paralelo con ellos y haciendo énfasis en otros aspectos. Koch resaltó los elementos políticos y melodramáticos.[24] Según parece, fue el director Curtiz quien favoreció las partes románticas, al insistir en que permanecieran los flashbacks hacia París. Aún a pesar del gran número de escritores involucrados, el filme tiene eso que Ebert describió como un guión de «maravillosa unidad y consistencia». Más tarde Koch afirmaría que fue la tensión que hubo entre su propia visión y la de Curtiz la que motivó que «sorpresivamente, estos acercamientos desparejos de alguna manera se ligaron, y quizá eso fue debido en parte a este tire y afloje entre Curtiz y yo, que le dio a la película un cierto balance».[25] Julius Epstein anotaría posteriormente que el guión contenía «más maíz que en los Estados de Kansas y Iowa juntos. Pero cuando el maíz sirve, no hay nada mejor».[26] La palabra inglesa original, corn ("maíz") también se refiere, en el slang, a un tipo de humor tonto, gastado, banal y sentimental.
El filme se topó con algunos problemas cuando Joseph Breen, miembro del cuerpo de auto-censura de la industria hollywoodense (el Production Code Administration), expresó su oposición a que el personaje del Capitán Renault solicitara favores sexuales a cambio de visados y a que los personajes de Rick e Ilsa hubieran dormido juntos en París. Ambos puntos, de todos modos, permanecieron en forma implícita en la versión final.[27
De Vidarte tengo todo lo que publicó. Sus memorias en cinco tochos, y esa novela que aludo, que se titula Tempestad en África (De Gaulle contra Pétain), 1941. Todo esto me vino por la conversación, amena, interesante, enriquecedora, atenta, con las prisas del viajero y la intensidad del momento, que tuve con un librero cacereño, Boxoyo Libros. Entré en su librería, en la Plaza Conde de Canilleros, de vuelta de la visita al valle del Jerte, y buscando un ejemplar de los Estudios sobre el extremeño, de mi maestro Manuel Ariza Viguera, al que recuerdo que vi por última vez en Sevilla, en 1993 y por una librería de viejo, en la presentación de algo de Víctor Bernardo Carande… Y hete aquí que entablamos charla de trastienda, con el librero cacereño, a propósito de la novela de Vidarte y de otras vicisitudes. Que me entero que el ilustre paisano, exilado en Méjico tras la guerra social abierta de 1936-39, que ahora continúa, entabló, incluso, un largo pleito con la productora, contra la Wagner, de Casablanca, por los derechos de autoría en los que se basaba el guión.
Bueno, pues recuerdo que cierta vez, en un foro o corro de enteradillos y cultos llerenís se me ocurrió decir eso, que el guión de Casablanca se basaba en una novela de Vidarte y por poco me corren a gorrazos y fui mofa y befa de ilustrados pueblerinos, muy sabios algunos de ellos. Ya se sabe, en estos pueblos extremeñíes no basta con ser culto e inteligente, tiene uno que pedir permiso a la votambre y sus manijeros, o a la jerarquía que lo manda o lo detenta, para serlo y ejercer.
Llego a casa y en cuanto pude me busco mi ejemplar de la novela que obtuve, por mera chiripa y casualidad, por la Barcelona de 1982 y en el Mercat de sant Antoni, un domingo. Fue, lo recuerdo muy bien, una pura chiripa aquello. Yo estaba al loro de aquello por mis conversaciones con un sobrino de Vidarte que volvió de Méjico, en donde estaba también exilado. Mi recordado amigo don Fulgencio, que en gloria esté. Porque muchísimo antes que toda la movida esta, mediaticopartidaria y cansina de la memoria histriónica, uno se ha preocupado de tratar con los testigos de a pie de algunas cosillas que acontecieron en lo que llamo guerra social abierta de 1936-39. Y uno se ha enterado de asuntos por ellos, por esos testigos de primera mano. Otro día traeré la memoria de alguno de ellos, que recuerdo con mucho cariño. El último de ellos era pariente mio...
Creo firmemente que la base del guión de Casablanca fue la novela de Juan-Simeón Vidarte Franco-Romero, no sólo porque crea lo que don Fulgencio, su sobrino, me dijo acerca del pleito que su tío sostuvo con la productora, sino porque en toda la información sobre la autoría del mismo guión hay una farragosa forma de explicarlo, con contradicciones, imposibles, mentiras, trucos... Y que si se lee la novela de Vidarte el factor que aflora es el fondo de la segunda guerra mundial, la lucha por la libertad... Y hay elementos importantes, en detalles, como que el protagonista sea abogado, lo mismo que Vidarte, el ambiente calcado perfecto y etc. Supongo que todo esto motivará a alguien a investigar este interesante asunto, al que la documentación del propio Vidarte, en manos de su familia, puede llegar a esclarecer todo y dar alguna sorpresa para la historia del cine y de esa peli señera como es Casablanca, que no desmerecería, sino que se ennoblecería por tener en la base de su guión la obra de Vidarte... Como muchos españoles fueron los primeros en entrar en el Paris liberado de la segunda guerra mundial, y particularmente extremeños, que otro extremeño haya participado en una peli cuyo transfondo late en dicha época, segunda guerra mundial, es de respeto y derecho.
Bien, pues me voy y veo algo de Vidarte por Internet. Resulta que me entero de una movida por parte de los impostores, o algunos de sus entornos. Me explico. Llamo impostores al psoe y a toda su red de entornos, gentes, trampas polismilis, banqueros, gurripatos, gente de porra. Me estoy refiriendo al psoe ®; bueno, me sale una ® de marca registrada cuando trato de poner los paréntesis que era de obligado uso en las primeras elecciones, como al otro psoe obligaban a usar la (h) de histórico... Y a eso, a la marca meramente me refiero. La salida de Surennes, con el conciliábulo del franquismo y la aprobación de la CIA, como ha demostrado por documentación desclasificada Alfredo Grimaldos en su libro todavía no suficientemente divulgado, La CIA en España. Porque un grupete de gente, pagada y al servicio del capitalismo internacional, anidado en la Internacional Socialista y en la Trilateral, auspician y pasa dineros a esa gente que detenta la marca psoe (r), a fin de que se hagan con el poder en España tras la muerte de Franco y todo el paripé de la transacción o transición, como la llaman ellos, que historiadores tienen y ya sabe la función de esos payos de la Historia desde que el mundo es mundo: servicio al poderoso, mentir los hechos de la gente y servirle al poder en mando.
Bueno, a lo que voy, resulta que estos detentadores de la marca mayor psoe están como recuperando figures y figurones, o sea, tratan de reintegrar personajes, militantes, cargos que fueron públicos, que lo eran en marca de igual nombre, pero en otra época, me refiero a los años treinta. Me parece otro calamitoso y vergonzante trajineo con los muertos y falta absoluta de respeto a sus memorias, a sus vidas, a sus hechos y a los errores que cometieron con ellos.
Explico: Vidarte, al igual que muchos militantes socialistas, fue expulsado del partido al terminar la Guerra social abierta de 1936-39. Que por eso le llamo abierta, porque luego continua en diverso sitio, cerrada. En la España de Franco contra la gente hasta ahora, y en los diversos exilios por los detentadores del poder contra las gentes libres, entre las que se encuentra Vidarte. Y no sólo. Sabido es el caso del importante militante socialista Largo Caballero, que es expulsado en Francia del partido y que provoca la entraga a los nazis, que ya ocupaban el país, y como Largo Caballero cae en manos de ellos y muere, tal vez con la suerte de que no lo mataran…
Bueno, pues ponerse ahora a lavar la imagen de la marca psoe ® con la integración en su militancia de aquellos que murieron y que fueron expulsados, la mayor parte en el exilio y expulsados como perros, me parece una de las faenas de lavado de marca, a costa de esos muertos, de una falta de respeto que pone en su sitio a estos trajineros de marca mayúscula, a estos totalitarios absolutistas, a estos que son la herencia peor de los años de dictadura, pues en la marca psoe ® se ha arracimado toda la hez en mando que pululaba, o pulularía en la cosa franquista. La otra lo es el pp. Y entre los dos forman la entente cordiale para eliminación de toda libertad o alternativa a este égimen de mando supremo que tenemos en España. Corrupto hasta la médula y corruptor hasta de la muerte. Y del cual hay que romper aguas, esas aguas fecales. Y que lo sepan los que en ello están, una república tercera no puede admitir marcas como las de los bipartidarios jamás, ni sus talantes, cotarros, entornos, sindicatos y todo eso que los hace y como los hace.
VIDARTE FRANCO-ROMERO, Juan Simeón. Tempestad en África, De Gaulle contra Pétain. Méjico DF: Cima, 1941.
NOTA.- En las ilustraciones: Un cartel de la película Casablanca, y una foto de Juan-Simeón Vidarte con su esposa, Francesca de Linares de Vidarte, en su libro Todos fuimos culpables, Testimonio de un socialista español, 2, Grijalbo 1977, Barcelona.
De Vidarte tengo todo lo que publicó. Sus memorias en cinco tochos, y esa novela que aludo, que se titula Tempestad en África (De Gaulle contra Pétain), 1941. Todo esto me vino por la conversación, amena, interesante, enriquecedora, atenta, con las prisas del viajero y la intensidad del momento, que tuve con un librero cacereño, Boxoyo Libros. Entré en su librería, en la Plaza Conde de Canilleros, de vuelta de la visita al valle del Jerte, y buscando un ejemplar de los Estudios sobre el extremeño, de mi maestro Manuel Ariza Viguera, al que recuerdo que vi por última vez en Sevilla, en 1993 y por una librería de viejo, en la presentación de algo de Víctor Bernardo Carande… Y hete aquí que entablamos charla de trastienda, con el librero cacereño, a propósito de la novela de Vidarte y de otras vicisitudes. Que me entero que el ilustre paisano, exilado en Méjico tras la guerra social abierta de 1936-39, que ahora continúa, entabló, incluso, un largo pleito con la productora, contra la Wagner, de Casablanca, por los derechos de autoría en los que se basaba el guión.
Bueno, pues recuerdo que cierta vez, en un foro o corro de enteradillos y cultos llerenís se me ocurrió decir eso, que el guión de Casablanca se basaba en una novela de Vidarte y por poco me corren a gorrazos y fui mofa y befa de ilustrados pueblerinos, muy sabios algunos de ellos. Ya se sabe, en estos pueblos extremeñíes no basta con ser culto e inteligente, tiene uno que pedir permiso a la votambre y sus manijeros, o a la jerarquía que lo manda o lo detenta, para serlo y ejercer.
Llego a casa y en cuanto pude me busco mi ejemplar de la novela que obtuve, por mera chiripa y casualidad, por la Barcelona de 1982 y en el Mercat de sant Antoni, un domingo. Fue, lo recuerdo muy bien, una pura chiripa aquello. Yo estaba al loro de aquello por mis conversaciones con un sobrino de Vidarte que volvió de Méjico, en donde estaba también exilado. Mi recordado amigo don Fulgencio, que en gloria esté. Porque muchísimo antes que toda la movida esta, mediaticopartidaria y cansina de la memoria histriónica, uno se ha preocupado de tratar con los testigos de a pie de algunas cosillas que acontecieron en lo que llamo guerra social abierta de 1936-39. Y uno se ha enterado de asuntos por ellos, por esos testigos de primera mano. Otro día traeré la memoria de alguno de ellos, que recuerdo con mucho cariño. El último de ellos era pariente mio...
Creo firmemente que la base del guión de Casablanca fue la novela de Juan-Simeón Vidarte Franco-Romero, no sólo porque crea lo que don Fulgencio, su sobrino, me dijo acerca del pleito que su tío sostuvo con la productora, sino porque en toda la información sobre la autoría del mismo guión hay una farragosa forma de explicarlo, con contradicciones, imposibles, mentiras, trucos... Y que si se lee la novela de Vidarte el factor que aflora es el fondo de la segunda guerra mundial, la lucha por la libertad... Y hay elementos importantes, en detalles, como que el protagonista sea abogado, lo mismo que Vidarte, el ambiente calcado perfecto y etc. Supongo que todo esto motivará a alguien a investigar este interesante asunto, al que la documentación del propio Vidarte, en manos de su familia, puede llegar a esclarecer todo y dar alguna sorpresa para la historia del cine y de esa peli señera como es Casablanca, que no desmerecería, sino que se ennoblecería por tener en la base de su guión la obra de Vidarte... Como muchos españoles fueron los primeros en entrar en el Paris liberado de la segunda guerra mundial, y particularmente extremeños, que otro extremeño haya participado en una peli cuyo transfondo late en dicha época, segunda guerra mundial, es de respeto y derecho.
Bien, pues me voy y veo algo de Vidarte por Internet. Resulta que me entero de una movida por parte de los impostores, o algunos de sus entornos. Me explico. Llamo impostores al psoe y a toda su red de entornos, gentes, trampas polismilis, banqueros, gurripatos, gente de porra. Me estoy refiriendo al psoe ®; bueno, me sale una ® de marca registrada cuando trato de poner los paréntesis que era de obligado uso en las primeras elecciones, como al otro psoe obligaban a usar la (h) de histórico... Y a eso, a la marca meramente me refiero. La salida de Surennes, con el conciliábulo del franquismo y la aprobación de la CIA, como ha demostrado por documentación desclasificada Alfredo Grimaldos en su libro todavía no suficientemente divulgado, La CIA en España. Porque un grupete de gente, pagada y al servicio del capitalismo internacional, anidado en la Internacional Socialista y en la Trilateral, auspician y pasa dineros a esa gente que detenta la marca psoe (r), a fin de que se hagan con el poder en España tras la muerte de Franco y todo el paripé de la transacción o transición, como la llaman ellos, que historiadores tienen y ya sabe la función de esos payos de la Historia desde que el mundo es mundo: servicio al poderoso, mentir los hechos de la gente y servirle al poder en mando.
Bueno, a lo que voy, resulta que estos detentadores de la marca mayor psoe están como recuperando figures y figurones, o sea, tratan de reintegrar personajes, militantes, cargos que fueron públicos, que lo eran en marca de igual nombre, pero en otra época, me refiero a los años treinta. Me parece otro calamitoso y vergonzante trajineo con los muertos y falta absoluta de respeto a sus memorias, a sus vidas, a sus hechos y a los errores que cometieron con ellos.
Explico: Vidarte, al igual que muchos militantes socialistas, fue expulsado del partido al terminar la Guerra social abierta de 1936-39. Que por eso le llamo abierta, porque luego continua en diverso sitio, cerrada. En la España de Franco contra la gente hasta ahora, y en los diversos exilios por los detentadores del poder contra las gentes libres, entre las que se encuentra Vidarte. Y no sólo. Sabido es el caso del importante militante socialista Largo Caballero, que es expulsado en Francia del partido y que provoca la entraga a los nazis, que ya ocupaban el país, y como Largo Caballero cae en manos de ellos y muere, tal vez con la suerte de que no lo mataran…
Bueno, pues ponerse ahora a lavar la imagen de la marca psoe ® con la integración en su militancia de aquellos que murieron y que fueron expulsados, la mayor parte en el exilio y expulsados como perros, me parece una de las faenas de lavado de marca, a costa de esos muertos, de una falta de respeto que pone en su sitio a estos trajineros de marca mayúscula, a estos totalitarios absolutistas, a estos que son la herencia peor de los años de dictadura, pues en la marca psoe ® se ha arracimado toda la hez en mando que pululaba, o pulularía en la cosa franquista. La otra lo es el pp. Y entre los dos forman la entente cordiale para eliminación de toda libertad o alternativa a este égimen de mando supremo que tenemos en España. Corrupto hasta la médula y corruptor hasta de la muerte. Y del cual hay que romper aguas, esas aguas fecales. Y que lo sepan los que en ello están, una república tercera no puede admitir marcas como las de los bipartidarios jamás, ni sus talantes, cotarros, entornos, sindicatos y todo eso que los hace y como los hace.
VIDARTE FRANCO-ROMERO, Juan Simeón. Tempestad en África, De Gaulle contra Pétain. Méjico DF: Cima, 1941.
NOTA.- En las ilustraciones: Un cartel de la película Casablanca, y una foto de Juan-Simeón Vidarte con su esposa, Francesca de Linares de Vidarte, en su libro Todos fuimos culpables, Testimonio de un socialista español, 2, Grijalbo 1977, Barcelona.