Ante esa situación, los terratenientes de Extremadura
estudiaron un plan para terminar con las organizaciones
obreras, el plan consistía en ponerse en contacto con los
dirigentes más destacados de dichas organizaciones,
a fin de ofrecerles colocaciones bien retribuidas.
La mayor parte de ellos eran padres de familia
numerosa que no disponían del menor recursos
económico a excepción del mísero jornal de
dos pesetas, cuando lo podían ganar.
estudiaron un plan para terminar con las organizaciones
obreras, el plan consistía en ponerse en contacto con los
dirigentes más destacados de dichas organizaciones,
a fin de ofrecerles colocaciones bien retribuidas.
La mayor parte de ellos eran padres de familia
numerosa que no disponían del menor recursos
económico a excepción del mísero jornal de
dos pesetas, cuando lo podían ganar.
Olegario Pachón Núñez
Mucho antes de que esos que usan lo que llaman memoria histórica, sinsentido estúpido, para utilizar los muertos y asesinados en la guerra social abierta de 1936-39, como utensilios para promocionar al psoe ®, hacerle publicidades y campañas electoreras con toda la caradura del mundo, y la desfachatez y la falta de respeto a asesinados por la libertad, el socialismo, la república, o la mayor parte por querer vivir en una sociedad justa, buena, en paz y con igualdad, aparte de los simplemente inocentes que sencillamente querían vivir en paz…
Porque ya hay que decirlo con claridad, no por el facha de turno, o el Pijo Mola, o Moa, o Mao que se tercie, sino por alguien que siempre atendió con el máximo respeto aquellos sucesos terribles que sufrieron las gentes de abajo en la guerra social abierta de 1936-39. Y bien digo abierta porque a día de hoy continua, que esa guerra nunca termina, y más en este tiempo de canallas encumbrados en nombre de presuntos partidos o ideales por los que aquellos asesinados por el bando franquista murieron... Para eso sí que no deberá haber olvido. Para los tipejos y tipejas que con la marca psoe ® usan y abusan de quellos mártires y asesinados, y que sólo tienen la marca vacía de todo, o llena de mucho franquismo atrasado y sus costumbres y ansias, y maldad y abusos… Para el uso electoral de aquellos, que el psoe utiliza de manera sibilina según le tercie, o de forma despampanante si le conviene. Y el psoe de ahora, con sus entornos, con sus ramas, fundaciones, asociaciones (y lo que llaman para ETA su entorno, pero aplicándolo a ellos) nada tiene que ver con los asesinados en la guerra social abierta de 1936-39. Este psoe y todo su tinglado es un impostor surgido de las entrañas del franquismo en Surennes, como bien se sabe y no hay vuelta de hoja. Documentos cantan y pruebas irrefutables dicen…, amén del pajeo y talantes… Que quiera aprovecharse del tirón de la historia, que sus enemigos, bueno su amigo bipartidario el pp lo identifique, y también los entornos de ese pp, forma parte del engaño y del cotarro de estos dos entes tardofranquistas en el domino del todo y de todo. Los dos están a partir piñones en lo fundamental y ahí están las filas prietas y marciales en el gobierno de Euskadi, con un chico simpatizante de los GAL al frente, y la derecha a los flancos y trasera, dando porculo.
Porque voy a ser desde ahora así de clarito con estos impostores de pacotilla, con estos advenedizos de la mínima ética, contra estos responasables de la crisis por sus inmensas torpezas y mala baba capitalista y mercachifle, a que sirven. Basta ya de moderencia y a tratarlos como perros de presa y algo peor que el fascismo, si ya se puede.
Bueno, pues como decía, mucho antes de esos usos partidarios de lo que llaman memoria histórica, como material de propaganda con las víctimas de aquella guerra del 36, y para un psoe derchuzo y tardigranquista rallano en lo criminaloide, uno estaba, porque lo estuvo siempre, atento a sus protagonistas. No ya escuchando a parientes, vecinos, amigos, conocidos sobre aquellos sucesos y lo de luego, la llamada postguerra, sino buscando exilados, o gentes que volvían luego de años fuera de España por sus ideas o por salvar la vida. Hasta fui a buscarlos en un tiempo, y en aquellos veranos. Y hay tres a los que quiero recordar: don Fungencio, del que sólo digo su nombre, y del que ya hablé aquí, sobrino de Juan Simeón Vidarte Franco-Romero; de mi pariente Quintana, el último que traté, por haber venido de Francia a mediados de los años noventa, tal vez para morir en su tierra, como sucedió hace unos años, y que escribió una breve memoria de la que tengo copia…, y a Olegario Pachón Núñez, del que voy a hablar largamente.
Con Olegario, que fue uno de los protagonistas de aquella guerra y del exilio, fue con quien más me relacioné. No sólo por sus estancias veraniegas en Llerena, en donde residía, y coincidíamos, y reside su hija y nietos, sino que incluso llegamos a coincidir en Barcelona, y precisamente nuestro primer encuentro tuvo lugar en una ateneo libertario del centro, en el que se daban una serie de conferencias sobre la escuela moderna. Dios nos cría y nosotros nos juntamos, que dijimos el vernos, allá por los primeros ochenta.
Olegario Pachón publicó a su costa unas memorias en el año 1979, en autoedición. Llevan por título Recuerdos y consideraciones de los tiempos heroicos – testimonio de un extremeño. Recuerdo el momento en que me entregó el ejemplar dedicado con emoción, aunque para alguno sea sensiblería. Y la lectura de corrido en los días posteriores. Asimismo le fui pidiendo ejemplares para repartirlos por allá donde su utilidad de testimonio sirviera. Y lo repartí entre el profesorado de la Universidad de Extremadura, por bibliotecas públicas, etc.
Porque ya hay que decirlo con claridad, no por el facha de turno, o el Pijo Mola, o Moa, o Mao que se tercie, sino por alguien que siempre atendió con el máximo respeto aquellos sucesos terribles que sufrieron las gentes de abajo en la guerra social abierta de 1936-39. Y bien digo abierta porque a día de hoy continua, que esa guerra nunca termina, y más en este tiempo de canallas encumbrados en nombre de presuntos partidos o ideales por los que aquellos asesinados por el bando franquista murieron... Para eso sí que no deberá haber olvido. Para los tipejos y tipejas que con la marca psoe ® usan y abusan de quellos mártires y asesinados, y que sólo tienen la marca vacía de todo, o llena de mucho franquismo atrasado y sus costumbres y ansias, y maldad y abusos… Para el uso electoral de aquellos, que el psoe utiliza de manera sibilina según le tercie, o de forma despampanante si le conviene. Y el psoe de ahora, con sus entornos, con sus ramas, fundaciones, asociaciones (y lo que llaman para ETA su entorno, pero aplicándolo a ellos) nada tiene que ver con los asesinados en la guerra social abierta de 1936-39. Este psoe y todo su tinglado es un impostor surgido de las entrañas del franquismo en Surennes, como bien se sabe y no hay vuelta de hoja. Documentos cantan y pruebas irrefutables dicen…, amén del pajeo y talantes… Que quiera aprovecharse del tirón de la historia, que sus enemigos, bueno su amigo bipartidario el pp lo identifique, y también los entornos de ese pp, forma parte del engaño y del cotarro de estos dos entes tardofranquistas en el domino del todo y de todo. Los dos están a partir piñones en lo fundamental y ahí están las filas prietas y marciales en el gobierno de Euskadi, con un chico simpatizante de los GAL al frente, y la derecha a los flancos y trasera, dando porculo.
Porque voy a ser desde ahora así de clarito con estos impostores de pacotilla, con estos advenedizos de la mínima ética, contra estos responasables de la crisis por sus inmensas torpezas y mala baba capitalista y mercachifle, a que sirven. Basta ya de moderencia y a tratarlos como perros de presa y algo peor que el fascismo, si ya se puede.
Bueno, pues como decía, mucho antes de esos usos partidarios de lo que llaman memoria histórica, como material de propaganda con las víctimas de aquella guerra del 36, y para un psoe derchuzo y tardigranquista rallano en lo criminaloide, uno estaba, porque lo estuvo siempre, atento a sus protagonistas. No ya escuchando a parientes, vecinos, amigos, conocidos sobre aquellos sucesos y lo de luego, la llamada postguerra, sino buscando exilados, o gentes que volvían luego de años fuera de España por sus ideas o por salvar la vida. Hasta fui a buscarlos en un tiempo, y en aquellos veranos. Y hay tres a los que quiero recordar: don Fungencio, del que sólo digo su nombre, y del que ya hablé aquí, sobrino de Juan Simeón Vidarte Franco-Romero; de mi pariente Quintana, el último que traté, por haber venido de Francia a mediados de los años noventa, tal vez para morir en su tierra, como sucedió hace unos años, y que escribió una breve memoria de la que tengo copia…, y a Olegario Pachón Núñez, del que voy a hablar largamente.
Con Olegario, que fue uno de los protagonistas de aquella guerra y del exilio, fue con quien más me relacioné. No sólo por sus estancias veraniegas en Llerena, en donde residía, y coincidíamos, y reside su hija y nietos, sino que incluso llegamos a coincidir en Barcelona, y precisamente nuestro primer encuentro tuvo lugar en una ateneo libertario del centro, en el que se daban una serie de conferencias sobre la escuela moderna. Dios nos cría y nosotros nos juntamos, que dijimos el vernos, allá por los primeros ochenta.
Olegario Pachón publicó a su costa unas memorias en el año 1979, en autoedición. Llevan por título Recuerdos y consideraciones de los tiempos heroicos – testimonio de un extremeño. Recuerdo el momento en que me entregó el ejemplar dedicado con emoción, aunque para alguno sea sensiblería. Y la lectura de corrido en los días posteriores. Asimismo le fui pidiendo ejemplares para repartirlos por allá donde su utilidad de testimonio sirviera. Y lo repartí entre el profesorado de la Universidad de Extremadura, por bibliotecas públicas, etc.
DEDICATORIA
Este libro lo dedico a la memoria de los que cayeron en defensa de la libertad. Y muy especialmente a los que compartieron conmigo desde el primer momento los ideales de emancipación social de todos los oprimidos. Es por ellos y para ellos que he decidido hacerlo.
Con la mayor emoción y un profundo respeto, me inclino ante los que regaron la tierra con su sangre, a fin de rendirles un sentido homenaje y haciendo votos para que aquellos horrores no vuelvan a repetirse más, así como para luchar sin tregua por una sociedad más justa y humana, donde el sectarismo y la intolerancia, que son la causa de que los hombres se odien a muerte, no puedan tener lugar jamás en nuestro país.
OLEGARIO PACHÓN NÚÑEZ
Junio 1979
La reproducida supra es la dedicatoria general que Olegario hizo. En foto aarriba la que a mí me hizo encima de la misma. Que me emocionó mucho, la verdad y me hace recordarlo con cariño. Su libro se puede decir que son memorias, si bien es sólo al principio en donde el autor habla más de sus cuestiones personales. Luego también lo hace; pero al hilo de su militancia cenetista, en el sindicato CNT, y para analizar y narrar los sucesos que vive día al día, en razón de los que acontecen en el entorno social que vive:
Así empezó
La república
El Frente Popular
La sublevación militar
El desastroso fin de la Guerra
La evasión
La llegada a Francia
La segunda misión clandestina
El retorno a la tierra natal
Conclusión
En esos diez apartados Pachón Núñez se centra en los inicios de la proclamación de la II República hasta su exilio en Francia, hasta el capítulo siete, La llegada a Francia, y en los dos siguientes habla ya de lo que fue postguerra, y concluye. En la contraportada hay un texto que merece la pena reproducirse, firmado por un tal M.S., que ahora no recuerdo quien me dijo Olegario que era, que me lo dijo y ya me vendrá…
La historia –la que fabrican por encargo, serviles turiferarios y oleosos panegiristas- en la que todo se dispone para que los Buenos vapuleen y venzan a los malos, corre casi siempre el riesgo, si las cañas se vuelven lanzas –es decir, si los malos de ayer son los Buenos de hoy- de quedar arrinconada e inservible, y reemplzada por la que con untuosa grandilocuencia se paresuran a hilvanar otros eruditos oficialistas dispuestos a falsear la verdad por un mayor puñado de jogoso heno.Son abrumadores los ejejmplos. Citemos los no muy lejanos de la desestalinización en Rusia y la bien reciente desculturización durante la era franquista en nuestro suelo.
La gran historia –la que fluye de la vida, de las inquietudes y los sifrimientos de los hombres y de los pueblos- está formada por una acumulación constante de pequeñas historias de callados y recios heroísmos, de insospechadas aspiraciones edeales que dan fuerza y proyección a hechos que, sin esa impregnación, podrñían semejarse a una vulgar aventura novelesca.
Posiblemente estos RECUERDOS Y CONSIDERACIONES DE LOS TIEMPOS HEROICOS carecen del estilo que podría darles un mayor rango literario, pero en cambio, nos dan un relato fresco y dierceto, un conocimiento profundo de las causas y motivaciones de una lucha tenaz y desigual y, sobre todo, el fluir limpio y arrollador, a veces, de acontecimientos y sucesos que, sin interperataciones deformantes, fueron parte viva y real de una época que, contra otros criterios claudicantes, no debemos olvidar jamás.
Olegario Pachón aporta con sus Recuerdos y consideraciones… su contribución a la gran historia, la que escriben cada día con su sangre y su sacrificio, los hombres y los pueblos. Y lo hace con sencillez y amenidad tales que invitan a lleer su relato hasta el final. Un final que no es el suyo, por supueto, ya que a sus 72 años, sigue prodigándose en su indeclinable voluntad de luchar por la libertad y la justicia.
M.S.
Vale la pena reproducir también las solapas de estas memorias tan especiales. Para mí sería de sumo interés volcar todo el libro en internet, para que lo leyerán todos los interesados, ya que sé que al día de hoy está totalmene agotado. Así que voy a ver si la familia da permisos y todo eso… De momento ahí va el texto de solapa:
OLEGARIO PACHÓN NÚÑEZ
Nació el 9 de Julio de 1907, en Bienvenida (Badajoz). Todavía en el umbral de la adolescencia, ingresa en la CNT, donde encuentra un ambiente propicio para encauzar sus actividades en pro de la emancipación de la clase obrera.
Intervino en todas las luchas sociales en Extremadura, por cuyo motivo fue detenido en la cárcel de Badajoz y el la prisión de Burgos.
Desde los primeros momentos del alzamiento military, estuvo en primera línea de la lucha contra los sublevados. Por mandato de su organización, forma en Extremadura el Batallón Pío Sopena, del que es Comandante Jefe. Posteriormente le es confiado el mando de la 91 Brigada mixta y un poco antes de terminar la Guerra, es nombrado Jefe de la 37 División.
Con la derrota military, como miles de combatientes, es hecho prisionero en Alicante, y conducido al siniestro campo de Albacete, hasta su traslado a la prisión provisional de Porta-Celi, de donde se evadió en enero de 1940, hasta llegar a Francia, donde continuó la lucha contra la dictadura franquista y contra el ejército hitleriano de ocupación, formando parte de la resistencia francesa.
Liberada Francia de la ocupación alemana, organizó la Regional de la CNT en el exilio, de la que es secretario hasta 1947. También forma parte del primer Sub-Comité Nacional de la CNT en el exilio, con cargo de Tesorero.
Realizó dos misiones clandestinas a España: La primera, en 1945, y la segunda, en 1957. De ellas y de otros acontecimentos importantes para un conocimiento preciso de aquella época, mezclados con la peripecia de su vida, habla con sencillez y claridad en las páginas de este interesante relato-testimonio.
Decir que entre asuntos de interés, por tratar los trabajos que Olegario tuvo que hacer, referir aquel de marinero en un barco mercante francés, que se dedicó a llevar judíos del norte de África, especialmente de Marruecos, al incipiente estado israelí, para salvarlos de los nazis o tener población, y que se le ofreció la nacionalidad israelí, que él declino para seguir siendo un exilado sin patria en París. Y que muchos de esos judíos lo hicieron en aquel barco en el que Olegario trabajó de marino, y que hacía la ruta desde Ceuta y Melilla a Palestina, llevando judíos marroquíes, con los convenientes permisos de las autoriades franquistas, o que hacían la vista gorda… Pienso a veces que bien pudieran haber coincidido el paisano Vidarte y Olegario en el puerto de Argel por aquellos tiempos, aunque sería imposible, pues Vidarte ya estaba, cuando Olegario navegaba por el Mediterráneo, en Méjico… Pero material para novelas, haberlo haylo, y tal vez más interesantes que toda la morrala de moda sobre lo que llaman guerra civil, claro, y tal vez menos oportunista para la propaganda fidei de los que ahora mandan supremos y apesoados®…
Amigo y compañero
Olegario Pachón Núñez:
esta entrada
la escribo en tu memoria
y para ella,
que el universo te sea leve
.:.
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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.