UNO
Para tos estos la cultura es como un circo, un espectáculo circense huero y descocado, de entretenimiento y sin valor ninguno como no sea distraer sin complicaciones (¿de qué, para qué, en qué, con qué, a qué, de qué?...) y como cosilla inane y huera. Quisicosa estupidizante y eso… Cada vez más claro: los titulares de lo que llaman cultura se parecen a los del fútbol (fugo) y a los de la publicidad, en sus aspectos más agresivos y descocados, chabacanos y hueros, de estrellitas y chasquidos que atraigan al mono consumidor y que babee de gustirrinín pagando. Y todo eso de los titulares de la cultura, del circo, del deporte, del fugo se parecen y son cada vez los titulares de la política y los políticos, y del chalaneo de las llamadas revistas del corazón o de comadres y charlatanes bobos y malos, cada vez los titulares de vencindonas y cotorras descocadas de El País son más los del Semana y Hola, sino más abajo, entre las letras y letrinas... Eso por supuesto, que pagando. El putiferio no es gratis. Y todo es putiferario público y púbico. De eso se trata.
Pero espera, que lo que maquinan, y consiguen holgadamente, es cargarse lo que vale, lo bueno, la cultura en su amplio sentido y valor, que eso sí, esta nueva maquinaria inquisitorial no falla y todo queda tapado y oculto, prohibido o en los menos. Lo que no es desgracia, antes al contrario, sumo bien y triunfo de la belleza, la calidad, lo auténtico, lo bueno, lo noble y lo inteligente.
DOS
Porque decir que poesía es rascarse ya es decir, como dice este hombre que canta las peras del olmo a cuarto y sienta las bases de una poética patética de la necesidad, lo propio del Capital y su Mercado: venderse porque atiende necesidades que crea (Decirle a un desconocido algo que necesita oír sin que supiera incluso que lo necesitaba. Eso es un poema). Mu vivillo este poeta de la necesidad, mu oportuno en tiempos de crisis y certero, además de saber encontrarle utilidad a la poesía, a la que juro que jamás se la he encontrado, tan despampanante y cierta. Alguno diría que catalán tuvo que ser, no ya por la visión típica del catalán con seny y ahorrador, sino en su más noble sentido. Se trata la poesía como si fueran las uñas de rascarse. Linda poética esa, muy acorde con su científica y útil formación de arquitecto, ateniente a satisfacer necesidades y crearlas para que los jefes medren.
Ya decía yo que la poesía tenía que tener salvación de algún hombre de ciencia que la rescatara del sueño, la imaginación, la risa por la risa y del cachondeo, la sátira, de la belleza por su mero disfrute, de la verbalidad cerrada y su lío de lengua y de palabras amasadas sin ton ni son, y de la molicie de jardín cerrado para muchos y paraíso abierto para pocos.
¡Pero que listo este Margarit! ¡Y qué práctico! Seguro que tendrá mucho éxito, ganará muchas ligas, venderá más, será campeón y todo eso.
Si alguien lee un periódico puede leer un poema. Requiere un esfuerzo, nada es gratis. Los que dicen lo contrario, mienten. Eso es un invento elitista del Romanticismo y las vanguardias. Básicamente de acuerdo si lo dice no como consumo baladí, cosa que dudo del rascador con la poesía. Porque del romanticismo y las vanguardias estamos hasta el c/moño, o ya pasa el agua de la rodilla...
Para tos estos la cultura es como un circo, un espectáculo circense huero y descocado, de entretenimiento y sin valor ninguno como no sea distraer sin complicaciones (¿de qué, para qué, en qué, con qué, a qué, de qué?...) y como cosilla inane y huera. Quisicosa estupidizante y eso… Cada vez más claro: los titulares de lo que llaman cultura se parecen a los del fútbol (fugo) y a los de la publicidad, en sus aspectos más agresivos y descocados, chabacanos y hueros, de estrellitas y chasquidos que atraigan al mono consumidor y que babee de gustirrinín pagando. Y todo eso de los titulares de la cultura, del circo, del deporte, del fugo se parecen y son cada vez los titulares de la política y los políticos, y del chalaneo de las llamadas revistas del corazón o de comadres y charlatanes bobos y malos, cada vez los titulares de vencindonas y cotorras descocadas de El País son más los del Semana y Hola, sino más abajo, entre las letras y letrinas... Eso por supuesto, que pagando. El putiferio no es gratis. Y todo es putiferario público y púbico. De eso se trata.
Pero espera, que lo que maquinan, y consiguen holgadamente, es cargarse lo que vale, lo bueno, la cultura en su amplio sentido y valor, que eso sí, esta nueva maquinaria inquisitorial no falla y todo queda tapado y oculto, prohibido o en los menos. Lo que no es desgracia, antes al contrario, sumo bien y triunfo de la belleza, la calidad, lo auténtico, lo bueno, lo noble y lo inteligente.
DOS
Porque decir que poesía es rascarse ya es decir, como dice este hombre que canta las peras del olmo a cuarto y sienta las bases de una poética patética de la necesidad, lo propio del Capital y su Mercado: venderse porque atiende necesidades que crea (Decirle a un desconocido algo que necesita oír sin que supiera incluso que lo necesitaba. Eso es un poema). Mu vivillo este poeta de la necesidad, mu oportuno en tiempos de crisis y certero, además de saber encontrarle utilidad a la poesía, a la que juro que jamás se la he encontrado, tan despampanante y cierta. Alguno diría que catalán tuvo que ser, no ya por la visión típica del catalán con seny y ahorrador, sino en su más noble sentido. Se trata la poesía como si fueran las uñas de rascarse. Linda poética esa, muy acorde con su científica y útil formación de arquitecto, ateniente a satisfacer necesidades y crearlas para que los jefes medren.
Ya decía yo que la poesía tenía que tener salvación de algún hombre de ciencia que la rescatara del sueño, la imaginación, la risa por la risa y del cachondeo, la sátira, de la belleza por su mero disfrute, de la verbalidad cerrada y su lío de lengua y de palabras amasadas sin ton ni son, y de la molicie de jardín cerrado para muchos y paraíso abierto para pocos.
¡Pero que listo este Margarit! ¡Y qué práctico! Seguro que tendrá mucho éxito, ganará muchas ligas, venderá más, será campeón y todo eso.
Si alguien lee un periódico puede leer un poema. Requiere un esfuerzo, nada es gratis. Los que dicen lo contrario, mienten. Eso es un invento elitista del Romanticismo y las vanguardias. Básicamente de acuerdo si lo dice no como consumo baladí, cosa que dudo del rascador con la poesía. Porque del romanticismo y las vanguardias estamos hasta el c/moño, o ya pasa el agua de la rodilla...
Es interesante lo que dice este hombre, nunca lo había pensado así "Decirle a un desconocido algo que necesita oír sin que supiera incluso que lo necesitaba". Soy lectora de poesìa, nunca me ha pasado eso. En general me sucede lo contrario, encuentro en la poesía aquello que sabía muy bien que deseaba oir, es mas, lo que yo deseo decir, pero no puedo hacerlo de ese modo; no con esa estética...Pero bueno, debe ser la edad, estoy pasada de moda. Imagino que deberé encontrar poesía que no sabía que necesitaba, para "aggiornarme" Trato normalmente de desprenderme de lo que no necesito....y tengo el proyecto de llegar a vieja, si es que llego, con la menor cantidad de pertenencias posible....Es extraño el concepto.
ResponderEliminarUn beso grande
La poesía tiene que ver con el deseo, en el caso del lector diso, para mi al menos, no creo que tenga que ver con ninguna necesidad. Bueno, supongo que es diferente en el caso de quien escribe, este hombre dice que nadie escribe para dejarlo en la mesa, sin embargo conozco poetas que escriben y no publican y son muy buenos...o que no publican todo...
ResponderEliminarBueno, pensándolo bien, cuando se enseña a un niño a leer, se intenta comenzar por lo que mas puede interesarle, para que asi vaya adentrándose en el hábito y le tome al gusto a esto y no a aquello, me refiero, a leer y no a mirar la tele todo el día, por ejemplo. En eso, yo dejo que lean, mis hijos, lo que les parezca, uno lee historietas, otra lee cuentos para niños, otro de mis hijos lee lo que le cae entre manos, así sea física, France o Pirandello, o Julio Verne, a sus 9 años lee lo que está escrito. Así imagino aprenderán a gustar mas de una cosa que de otra. El problema al cual no le veo la solución es que hoy HAY que leer ciertas corrientes porque están de moda....a la imposición que ni se sabe que lo es, de tanto machacar te termina gustando, aunque lo aborrezcas...
ResponderEliminarDisculpá el desvarío, he pensado en letra alta...
Otro beso