Tengo desde que salió, 2004, el libro Canciones y decires, de Miguel Espinosa (colección lancelot 2, serie inverso, poesía, Murcia), como oro en paño. Miguel es uno de mis costantes en este sitio, y uno de mis maestros sin excusa, ya que es difícilmente manipulable por la gente de porra y money, por mucho que lo han intentado sin éxito, se les escapa. como el agua entre las manos, por mucho que traten congelarlo/a o esfumarlo en vapor de sauna.... Miguel es mi espejo en tanto que repudiaba lo mismo que repudio: los fantasmas, la fama como engaño y trinque trajinero y mendaz uso de apalancamiento del sistema de dominio y psoaje, la mentira de los que mandan, y amaba la literatura pura y dura sin concesiones a la ignorancia, ni al mercado, ni a subterfugios que nada tienen que ver con ella, aunque lo parezca por el engaño de la vista, la publicidad o directamente por el expertos de las universidades y cuchitriles de sus entrismos, los mandarines que tanto mandan en todo eso... ¡Qué no veas en Extremadura algún niñato crecido que pontifica quién es poeta y quién no desde el cubil con que se alzó en la facultad de letras! , y al servicio del psoe en cacicazgo vergonzante y total, que ya es hora de romper aguas contra ese y los otros apalancados en la Editora Regional y otros cubículos de mando y arracimo mandarinesco vil y servicial, matando todo lo bueno y valioso, apoyando lo malo de sus colegas y compas de partía marrullera... Ya es hora de aplicar lo que Miguel Espinosa disertaba desde la literatura contra estos fulanos mandarinescos y asilvestrados..., ya. ¡Menudo pájaro ppsoero y oportunista de pan llevar, con blog incluido incluso! Y no quiero favores ni prebendas, que no lo digo porque no mame, que ni quiero ni sé, ni debo ni me apetece, que eso piensa el mandarín que si él está es porque otro está deseando ocupar su plaza para el medro..., quiero que eso cese, que se vayan al campo y al desierto o al vientre de sus madres, de donde nunca debieron salir para tan mal...
Bueno, al lío, al libro, después del zurriagazo pertinente y nunca en demasía, yo creo que lo he leído; pero no en un orden, sino varias veces y en un desorden total. No suelo leer así. Pero como es un recopilatorio de poemas, bueno, textos que se quieren configurar en poemas, hecho por algunos amigos de Miguel con la proverbial generosidad de sus herederos, gente impagable y buena, pues eso, que me he permitido ser desordenado lector de los mismos. Y lo tenía hace como un año abandonado, a mi espalda, en la estantería que guarda mis espaldas, donde moran aquellos textos y libros que muerdo de cuando en vez y me alimentan, o simplemente mordisqueo. La lectura como comida y viceversa. No me resisto a copiar textos. Primero de la nota de los editores, suficientemente clarificadora y que iré entregando…
NOTA DE LOS EDITORES
Miguel Espinosa es un escritor imposible de catalogar. El profesor García Jambrina lo define como un buscador del libro total, más allá del ensayo y la novela, los dos géneros en que habitualmente se le ha intentado encasillar.
Su literatura es tan rica, está tan cargada de significados, que puede, sin ninguna duda, considerarse como gran literatura, siguiendo la consigna que esta colección Lancelot inserta en la contraportada (La gran literatura no es más que lengua cargada de significado en el más alto grado posible, Esra Pound).
Para Miguel Espinosa, la más bella forma y la forma más profunda de narrar, incluso de perdurar, es hacer una especie de arte que encierre teoría o que encierre pensamiento; pero no a la manera de Sartre que cogía el pensamiento y lo literaturalizaba (…) Lo que yo tenga de teórico o de pensador quiero encauzarlo a través del arte; es como un abrazo más hondo con la realidad.
La idea de publicar sus poemas o textos diferenciados de los escritos con formato de prosa (lo que llamaremos a partir de ahora, tomando el título del propio M. Espinosa, decires), surgió al disponer, por la generosidad de los herederos de Miguel Espinosa, de diversos textos inéditos, la mayoría de ellos poesía, o dispuestos a la manera de los poemas. Son los textos que inician el libro y que constituyen los primeros capítulos (POESÍAS Y DECIRES PARA ENTRETENIMIENTO Y DIVERSIÓN DE MI DULCE CRIATURA-DE-OTROS, NUEVAS CANCIONES Y DECIRES PARA MERCEDES Y OTROS DECIRES).
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Bueno, al lío, al libro, después del zurriagazo pertinente y nunca en demasía, yo creo que lo he leído; pero no en un orden, sino varias veces y en un desorden total. No suelo leer así. Pero como es un recopilatorio de poemas, bueno, textos que se quieren configurar en poemas, hecho por algunos amigos de Miguel con la proverbial generosidad de sus herederos, gente impagable y buena, pues eso, que me he permitido ser desordenado lector de los mismos. Y lo tenía hace como un año abandonado, a mi espalda, en la estantería que guarda mis espaldas, donde moran aquellos textos y libros que muerdo de cuando en vez y me alimentan, o simplemente mordisqueo. La lectura como comida y viceversa. No me resisto a copiar textos. Primero de la nota de los editores, suficientemente clarificadora y que iré entregando…
NOTA DE LOS EDITORES
Miguel Espinosa es un escritor imposible de catalogar. El profesor García Jambrina lo define como un buscador del libro total, más allá del ensayo y la novela, los dos géneros en que habitualmente se le ha intentado encasillar.
Su literatura es tan rica, está tan cargada de significados, que puede, sin ninguna duda, considerarse como gran literatura, siguiendo la consigna que esta colección Lancelot inserta en la contraportada (La gran literatura no es más que lengua cargada de significado en el más alto grado posible, Esra Pound).
Para Miguel Espinosa, la más bella forma y la forma más profunda de narrar, incluso de perdurar, es hacer una especie de arte que encierre teoría o que encierre pensamiento; pero no a la manera de Sartre que cogía el pensamiento y lo literaturalizaba (…) Lo que yo tenga de teórico o de pensador quiero encauzarlo a través del arte; es como un abrazo más hondo con la realidad.
La idea de publicar sus poemas o textos diferenciados de los escritos con formato de prosa (lo que llamaremos a partir de ahora, tomando el título del propio M. Espinosa, decires), surgió al disponer, por la generosidad de los herederos de Miguel Espinosa, de diversos textos inéditos, la mayoría de ellos poesía, o dispuestos a la manera de los poemas. Son los textos que inician el libro y que constituyen los primeros capítulos (POESÍAS Y DECIRES PARA ENTRETENIMIENTO Y DIVERSIÓN DE MI DULCE CRIATURA-DE-OTROS, NUEVAS CANCIONES Y DECIRES PARA MERCEDES Y OTROS DECIRES).
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Bien, pues de ese libro:
CANCIÓN A LA MUJER QUE PARE MANDARINES
Mujer, mujer,
calor de oscuro vientre,
olor de profundidades,
eternal configuradora de bípedos.
Inocencia que lanza carne al cosmos,
en tu horno se cuecen todos los hombres,
y de allí salen, siempre en retorno,
la necedad, la maldad, la maldita locura,
el fatuo orgullo y la mundana identidad.
Mas también, de vez en vez,
la Premeditación guiña el ojo
a tu ardor vulvoso, y reencarna
en el feto la voluntad de determinar.
¡Oh comparecencia que no te pierdes!,
pasión de enmendar y disponer:
en la Tierra te afincas, grave,
por el cordón umbilical, y brillas
en los ojos de la criatura, exigiendo
obediencia, honores y bolsillos.
Tú, el niñito eres el suceso;
la partera coloca algodón en tu ombligo,
mientras sangra tu madre bajo la pelvis,
encogida, inocente como una alimaña,
ignorante de que hay otro sabio.
Tú, el niñito, eres el Hecho;
los ojos vidriosos entornas;
se encoge la flor de sangre de tu vientre,
boca arriba palpitas, miras, recuerdas,
tranquilo recuerdas y piensas confuso:
“Yo en este mundo estuve alguna vez”.
Tu madre, tan simple, tan niña,
no sabe que su vientre parió un mandarín.
Mujer, mujer,
calor de oscuro vientre,
olor de profundidades,
eternal configuradora de bípedos.
Inocencia que lanza carne al cosmos,
en tu horno se cuecen todos los hombres,
y de allí salen, siempre en retorno,
la necedad, la maldad, la maldita locura,
el fatuo orgullo y la mundana identidad.
Mas también, de vez en vez,
la Premeditación guiña el ojo
a tu ardor vulvoso, y reencarna
en el feto la voluntad de determinar.
¡Oh comparecencia que no te pierdes!,
pasión de enmendar y disponer:
en la Tierra te afincas, grave,
por el cordón umbilical, y brillas
en los ojos de la criatura, exigiendo
obediencia, honores y bolsillos.
Tú, el niñito eres el suceso;
la partera coloca algodón en tu ombligo,
mientras sangra tu madre bajo la pelvis,
encogida, inocente como una alimaña,
ignorante de que hay otro sabio.
Tú, el niñito, eres el Hecho;
los ojos vidriosos entornas;
se encoge la flor de sangre de tu vientre,
boca arriba palpitas, miras, recuerdas,
tranquilo recuerdas y piensas confuso:
“Yo en este mundo estuve alguna vez”.
Tu madre, tan simple, tan niña,
no sabe que su vientre parió un mandarín.
Página 138
RESUCITARÉ
Dijo:
Resucitaré de entre los muertos,
de entre los que son y callan,
no ven el sol ni sienten el roce,
son innúmeros y carecen de nombres,
sólo un indicio dejaron de que fueron:
centella que se apaga y se apaga.
Resucitaré, dijo, y tornaré a la vida;
en la Vía Láctea estaré, como ahora,
con la misma figura y el mismo carácter:
Y tú y tú estaréis conmigo,
así como sois en identidad.
Resucitaré, dijo, y de entre ellos vendré,
para que la ingenuidad prosiga.
Página 185
Tomo XV
ResponderEliminarEstoy solo, sin mí, sin la gimnasia
de mi sed interior, sin el poema.
He perdido la flor y el anatema.
Soy el cansancio, por antonomasia.
Estoy solo, sin mí, sin el inerte
dibujo de la mano cavilosa.
En el fondo del mar y de la rosa
doy otra vez con la palabra muerte.
Voy al final de mi filosofía
sin tiempo, sin edad, sin impaciencia;
un antiguo llamado me silencia.
Soy el poniente, por analogía.
El alma se me va por los tamices
del hambre, de la piel, de los sentidos,
y me duelen los párpados hundidos
en la tarde sin sol y sin raíces.
Una noche de pájaros avanza
de las curvas arenas de la duna.
En un ángulo viejo de la luna
yo soy la soledad, por semejanza.
Hoy, que duermen mis versos
esperando que la niebla del bosque los alcance,
estoy solo, sin mí, con un balance
de quién, de cómo, de por qué, de cuándo.
Nada soy, nada pienso, nada digo.
han callado mis últimas verdades.
Estoy en soledad de soledades.
Estoy solo, sin mí. Pero contigo.
O.M. Punzi
Un beso grandoooooote.
ResponderEliminargraciaaaaas por el besooooote y por el poema
ResponderEliminarotro y mañana el poema
soy el anónimo estaba desconectado y no me di cuenta
ResponderEliminarlo dicho