Cuando abrió la ventana el dinosaurio estaba allí todavía. La cerró y corrió al cuarto de baño, donde encontró al elefante en la bañera. Decidió meterse en el agua sólo con el paquidermo, que flotaba tranquilamente, entre las espumas, con su color azul y su eterna sonrisa.
NOTA.- Hace algunos años participé en un certamen de relato corto no cansino y cuando me he puesto a buscar lo desparramado por la red, relativo a mi persona, he encontrado eso, ese texto que anoto arriba... Es evidente mi influencia de Augusto Monterroso, ya que estimo que hay que imitar a los buenos y maestros, así como mi homenaje, al mismo tiempo, a ese autor genial, mi guiño e interpretación de uno de sus más conocidos relatos cortos, en ese relato mío.
NOTA.- Hace algunos años participé en un certamen de relato corto no cansino y cuando me he puesto a buscar lo desparramado por la red, relativo a mi persona, he encontrado eso, ese texto que anoto arriba... Es evidente mi influencia de Augusto Monterroso, ya que estimo que hay que imitar a los buenos y maestros, así como mi homenaje, al mismo tiempo, a ese autor genial, mi guiño e interpretación de uno de sus más conocidos relatos cortos, en ese relato mío.
Me gustan tus relatos.
ResponderEliminarSaludos.