ELEGÍA DE ULISES SOLO
Cruzando valles, subiendo puertos se irá,
se harán miles de kilómetros de noche.
El hambre, el sueño y la sed, las peripecias
como precipicios al borde de los pies.
Peleando cataclismos, mascando esparto,
deseoso de que el tiempo y la distancia
se dilapiden por encanto, fútiles,
llegarás a la decepción aislada: Ítaca.
Ítaca, isla sola, insondable soledad
esperará al viajero después de aventuras,
después de sortear la muerte y las dudas.
Ulises solo como Robison Crusoe.
Astuto hijo de la noche, rayo de sol.
Ansias, angustia, hálito, miedo tendrás
empujándote de la isla sola, soleada.
Ya le llovieron los adioses de mujer.
Ulises nunca encontrará paraísos,
jamás Ítaca será el seno materno,
ni el amor se hallará en una isla.
Penélope no le ama, jamás le amó.
Días oscuros del alma, noche esperando
las naves que te lleven de vuelta,
fuera de Ítaca, fuera de las islas,
al continente frío, ancho, inabarcable.
No hay isla de amor, soñar que hubo
fue un engaño estruendoso del sentido.
No hay penélope que habite esperando,
ni hay realidad que al ensueño responda.
Sigue el amanecer al barco que lleva
al odiseico esperanzado de vuelta
a las vorágines aulladoras del mundo,
sin amor, cargado de desesperanzas firmes.
Ni el sol anuncia un nuevo día
porque asome rotundo en los cielos.
Un sueño mortal acomete después de la noche,
borra la esperanza, el amor, el deseo, el sueño
Yo, Ulises, solo robinson, nunca aislado
vago por este continente mortal, en occidente.
Confuso, escéptico, caótico, laberíntico cerebro el mio.
Miro los niños y sigo, empujado en mi camino.
Cruzando valles, subiendo puertos se irá,
se harán miles de kilómetros de noche.
El hambre, el sueño y la sed, las peripecias
como precipicios al borde de los pies.
Peleando cataclismos, mascando esparto,
deseoso de que el tiempo y la distancia
se dilapiden por encanto, fútiles,
llegarás a la decepción aislada: Ítaca.
Ítaca, isla sola, insondable soledad
esperará al viajero después de aventuras,
después de sortear la muerte y las dudas.
Ulises solo como Robison Crusoe.
Astuto hijo de la noche, rayo de sol.
Ansias, angustia, hálito, miedo tendrás
empujándote de la isla sola, soleada.
Ya le llovieron los adioses de mujer.
Ulises nunca encontrará paraísos,
jamás Ítaca será el seno materno,
ni el amor se hallará en una isla.
Penélope no le ama, jamás le amó.
Días oscuros del alma, noche esperando
las naves que te lleven de vuelta,
fuera de Ítaca, fuera de las islas,
al continente frío, ancho, inabarcable.
No hay isla de amor, soñar que hubo
fue un engaño estruendoso del sentido.
No hay penélope que habite esperando,
ni hay realidad que al ensueño responda.
Sigue el amanecer al barco que lleva
al odiseico esperanzado de vuelta
a las vorágines aulladoras del mundo,
sin amor, cargado de desesperanzas firmes.
Ni el sol anuncia un nuevo día
porque asome rotundo en los cielos.
Un sueño mortal acomete después de la noche,
borra la esperanza, el amor, el deseo, el sueño
Yo, Ulises, solo robinson, nunca aislado
vago por este continente mortal, en occidente.
Confuso, escéptico, caótico, laberíntico cerebro el mio.
Miro los niños y sigo, empujado en mi camino.
De Viático para Teluria sola, 1989
Si llegamos a Ítaca quizá sea lo de menos...
ResponderEliminarbonito poema
^^