En estas me encuentro realmente con un librito, con arte y parte de mi tocayo y cuasipaisano, Agustín García Calvo, que es presidente honorario de la gente proferrocarril de Llerena, que lo soy, gente y proferrocarril.
El librito es de 2006, se llama 47 sonetos romanescos, de Giuseppe-Gioachino Belli, con las versiones, de la parca antología sonetera, de Agustín García Calvo, de la simpar editorial Lucina. No perdono a Agustín aquel affaire de las subvenciones, aunque lo comprendo. La carne es débil y el pecado es posible aun en casto varón.
Bien, pues se trata de una escueta selección de sonetos de ese poeta italiano de la primera mitad del siglo XIX. Escribió en la lengua popular de la Roma de la época, romanesca, con buen oído y fidelidad, al decir de Calvo, que trata de justificar su versión al castellano, más o menos populachero, ya que no pudo encontrar similar parla entre nos, y el cheli de Madrid le parece poco apropiado. Realmente Belli escribió la friolera de 2.279 sonetos usando el romanesco, que quiso destruir al morir, y así lo encargó, con caso omiso por el encargado, como suele ocurrir, para gracia y desgracia (Virgilio como caso clásico, Kafka moderno).
Lo traigo por mi vindicación del soneto para temas arrabaleros y de abajo, en todo sentido. Que los trabajo en los últimos tiempos, habiendo aparecido alguno acá, de lo más moderado, eso sí.
De los millares de sonetos en dialecto romanesco que escribió Belli en el deseo de que, a través de su pluma y persona y de los varios personajes de la plebe de su Roma, se oyera algo de la voz del pueblo (que no existe, pero sigue viviendo ahí abajo), se ofrece aquí 47 de los que más pueden hablar en una lengua popular cualquiera y, con su savia de burla y desengaños, más tocan a los problemas siempre abiertos de la Fe, la política y la carne, en sus originales y en las versiones rítmicas en español más o menos populachero.
Así se las gasta García Calvo en la contraportada de este encantador y encantado librito que agradezco al destino que lo depositara en mis manos, en trajineos de librerías barcelonesas por estos días, aunque sabía de su existencia hace como dos años, por mayo, cuando justamente salió. Ahí va algún soneto con la versión. Disfruten.
LE MURA DE ROMA
Mó cc´è un editto c´a sta Roma caggna
Je vonno ariggiustà ttutte le mura;
Ma ssi nun é cche cquarcuno sce maggna,
Nun te pare, per dio, caricatura?
Se pò ssapé dde cosa hanno pavura?
Che li Romani scappino in campaggna?
De li preti ggnisuno se ne cura,
Perché ddrentro in città sta la cuccaggna.
Si ppoi semo noantri secolari,
Sc´è bbisoggno demuri e de cancelli
Pe ffacce restàddrentro a li rippari?
Pe pproche pecoracce e ppochi agnelli
Dati in guardia a li can pecorari
Bbasta una rete e cquattro bbastoncelli.
Roma, 22 diciembre 1832
OBRAS PÚBLICAS
Sale hoy un bando, que a esta perra Roma
le quién arristorar toa la muralla.
Si no es que de eso alguno se avitualla,
¿no te paece, ¡rediós!, que es mucha broma?
¿Qué miedo puén tener que así los coma?:
¿Qué escapen los romanos de su centro?
Que, lo que es a ellos, no hay cuidado, que ahí dentro
tién el busilis de su daca-y-toma.
Si es por nosotros, pobres peatones,
¿qué falta hacen muralla ni bastiones
pa hacernos seguir dentro de la barda?:
pa ovejas mil o cuatro mil cabritos,
que su escuadra de perros bien los guarda,
basta una red y cien semaforitos.
(Me he mudado a http://aaoiue.blogspot.com En otro momentito me paso por acá. Un saludo)
ResponderEliminarMe estoy quedando sin batería. Volveré.
ResponderEliminarVale la pena venir a estas páginas de libertad verdad Marta?
ResponderEliminarSaludos a los dos.
¡Qué divertida esta traducción! De acuerdo en ciertas cosas, pero es que a mí me gustan las ciudades antiguas, si son hermosas y no me duele que se gaste algún dinero en arreglar los desperfectos, cuando tanto dinero se gasta tontamente en desarreglarlas. Soy un poco romántica. Como tú, me gustaría que la vida, el mundo, las ciudades, fueran distintas, humanas, que pudiéramos decir que son nuestra casa fuera de nuestra casa. Lo terrible es que tirar y reconstruir no se hace nunca mirando a la paz ciudadana, a la convivencia, al paseo, al placer de los vecinos, sino siempre bajo los intereses (de sacar panza, de complacer capitostes, de emplear o malemplear dineros, de quedarse con parte de ellos, de repartir prebendas, etc.) de los políticos de turno. Si supieras lo que han hecho con el único trozo visible de la muralla árabe de Murcia... un espanto. Y además, ya no se puede ver, pues la han cubierto con un edificio que parece"Centro de observación de la Muralla". Para morir.
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