LA HIDRA

Trato mucho de la hidra, nombre que cojo prestado a un abogado de la mujer a la que no se le dio justicia por parte de los funcionarios de esa hidra, encargados por la misma de hacerlo, en derecho.

La hidra, que como hiedra venenosa envuelve todo, y a todos, que la mayor parte la votan con frénesis y algazara, que la soportan, que la sirven, que la besan y aman. La hidra escondida en las entrañas de todos los partidos y partidarios, la hidra en sus mentes y bolsillos. La hidra, un buen nombre del poder. Pues contra la hidra sería un buen programa de salud social. Pero sus esclavos, sus servidumbres voluntarias no dejarán, que no.

Pienso que todo es poco para poner en solfa a Jueces y a Hacienda, brazos de la hidra: Los mecanismos que la hidra del poder muestra más inhumanos, torpes, medievales y virulentos contra la gente, nunca con el poderoso, el político o el sindicato vertical, o el banco o las mafias diversas, legales o no, que no dejan de ser brazos de la misma.

No perderé ocasión de zarandear, atacar y criticar a los jueces y estamentos judiciales por considerarlos crasos culpables de males terribles, crímenes sin nombre, y sufrimientos ingentes. A esos atildados y estirados personajes que tienen muy buenos sueldos y prebendas y mucha patente de corso, por lo general malos funcionariso de mala entraña. Y me refiero a peor entraña mientras más altos vuelan.

Si miramos noticias, escuchamos a alguien, hablamos con gente, no dejan de sorprendernos barbaridades que nunca tendrán pago, porque ellos son la justicia, claro. Y he sido víctima de ellos, sé de lo qué hablo, sé lo que digo, para todo moderante que crea que exagero. Tal vez quedo corto. La hidra es así, y todo lo malo que se diga de ella es poco, y muy moderado.

Que estos capitostes de la hidra son rápidos en la defensa de sus bienes, e intereses, aun a punta de pistola; pero lerdos en cumplir con sus obligaciones o compromisos de servidores de la gente, como se dicen que son, o deben ser si esto es democracia, claro. Que esa es otra.

Te meto un tiro. No sabes quién soy, asegura Garcerán que le dijo García-Calvo.

Que así de chulos son estos tipos de las alturas, que el poder corrompe absolutamente a quien absoluto lo dententa, es ley, ley que juzga. Y mientras más claro, más bipartidista de una de las alas bipartidarias.

Y mientras, la gente esperando justicia. Y la gente muere y no la hay, y la gente desespera, y la gente escucha que hay –tienen- mucho trabajo. Y la gente obedece el brazo judicial de la hidra.

Y ahora los colegas del juez decidirán quien lleva razones, que está cantado... Es uno de los suyos, digo de la hidra, claro. Como los otros.

Entresaco dos frases:
La mujer había ganado las diez sentencias dictadas hasta ahora sobre su caso, pero la indemnización de 1,7 millones de euros sigue paralizada en el Tribunal Constitucional, órgano que había prometido darle celeridad teniendo en cuenta las circunstancias del caso.

Ahora, tras su "tortuoso calvario, cruel y tenazmente infligido por una hidra sin alma, Carmen descansa por fin en paz y sosiego", ha sentenciado el letrado.

Y hay mucho por detrás en esos diez años de calvario ante la hidra.

Es una de las muchas historias que nos ilustran, para nada, para todo. Todo para la hidra, que eso la engorda, nada para la gente, que se merma en esclavitud.

Y uno va comprendiendo los mitos y sus hitos, al mismo Hércules y sus argucias y fortalezas ante la hidra, ante todas las hidras. Y uno sabe que por una cabeza (es metáfora) que se corte -la de ese juez armado- otras crecen en el propio corte, con mayor virulencia, mayor inquina, mayor maldad, a fuer de torpeza. Por ello hercúlea tarea, misturada de sísifa labor.