Me andaba cavilando sobre algunas ocurrencias del juez Garzón, o Niño Tazón, como lo llamo cariñosamente. Tan listo como es, tan aplicado, que le dieron beca para estudiar en Nueva York lo malo que son los terroristas de las competencias. Beca de los gobiernos del señor Bush o de sus compinches o asimilados, eso seguro, que el jiennense es un niño mu enterado, y puesto, en materia de terrorismos varios, por activa y pasiva, con beca y sin ella. Que tiene buen culo de asiento poltronero desde la tierna infancia y parece que su finca paterna es el Estado.
Reflexionaba lo de que la Eta (así la llaman sus fieros enemigos) sólo quiere hacer lo que ve, lo que le muestran y lo que muchos sostienen a sangre y fuego, incluso durante siglos y siglos, milenios y milenios, eras y eras. Si no me engaña mi memoria de ávido lector, otrora, de sabios historiadores de todo palo y laya. Esto es, la Eta quiere un Estado como cualquiera, y como debe ser y Dios manda. Y me cavilaba yo que cualquier Estado, como Dios manda y como debe ser, está construido sobre la sangre, el fuego, el dolor, la guerra, el recuerdo, la maña, la perspicacia, las tramas y ramas y lo que es similar, la historia, y, cómo no, sobre la memoria y la intención de esa historia, según sus versados historiadores, y toda la monserga intelectual que al afecto monta todo Estado, lo que los marxistas, muy acertados casi siempre, y por eso mismo arrinconados como analistas, llaman superestructura, que justifica y mantiene la infraestructura económica… Pero esa es otra que de momento sólo apunto; ¡porque si los retroprogres me llaman marxista estoy perdido del todo!
Y claro, puestos a ello, los llamados etarras dan pábulo a todo el trigo, y cuerda y marcha, y swing… Sólo de esa manera se construye la patria y su consecuencia nefasta, el Estado. Y como todo es para la patria, pues todo para el Estado, y los que lo mandan desde sus poltronas, bien por derechos consuetudinario o por lección de mayoría mandada por la publicidad y otros medios, siempre apuntalado por las armas de los comandos militares. Todos los estados, cualquier Estado (que lo escribo con mayúscula como nombre mayor, importante y peligroso donde los haya, para no llamarme a engaño).
Y el señor Garzón hace tiempo que descubrió, en sus alucinantes alumbramientos intelectuales y filosóficos de orden jurídico y judicial, que la Eta montaba esa vieja intención sobre un entramado y maquinaria perfectos, sobre una red tupida y generosa, red de pesca (no en vano, en España, los que mandan gustan de la pesca como deporte único), que él, en su donosura de intelecto, llamaba tramas. Que si la trama armada, que si la financiera, que si la política, que si la religiosa, que si la cultural, que si la organizativa, que si la judicial, que le hace la competencia, que si la garzoniana, que si la de comandos, que si la una, que si la otra, que si la infantil, que si la de chupachups, que si la ésta y que si la otra, que esta rama y la de allá, de manera que salía todo un árbol de ramas y tramas, que las palabras vienen a confundirse todas… O sea, que todo podía ser la Eta, que esa conclusión era la certera, global y de árbol que impedía ver el bosque, o viceversa, que no sabe Garzón, y anda averiguando... Sólo hace falta la mera sospecha de un juez aplicado de la trama de la Audiencia, que forma parte de la trama judicial del Estado español, que forma parte del aparato político y administrativo, que forma parte del aparato poltronero, que forma parte del aparato represivo/defensivo del Estado español, que forma parte de la trama europea y gringa, y un largo y consecuente etcétera que no me molesto en enumerar, dejando a la libre imaginación del lector ese juego de simple lógica y consecuencias inenarrables de tramas, ramas, bramas, dramas, panoramas o epigramas. ¿Quién nos dice que si seguimos nuestras sospechas, tramas y ramas gordas –marcados por la impronta de Garzón y sus filosofías o teorías de Estado- no descubrimos que la trama oscura de la Eta es el propio Estado español, del cual es mera secuencia, y más que consecuencia, o como menos peligroso, la regurgitación de otro Estado que la mantiene y del que se retroalimenta, la nutre y se nutre? De piedra quedaríamos de ser cierta tal mera sospecha de mente calenturienta, ¡hombre!, ¡cómo dices eso!
Y que no me digan a mí que no hay méritos y sangre en la edificación del Estado que paga y mantiene la lumbrera de Garzón: sin ir muy lejos tiraríamos sobre la mesa toda la injuria de Franco y sus largos años de mando y terror para edificarlo, en estos tramos finales del tiempo presente, por no adentrarnos en el pantanoso mar de la memoria que hurgan con eficacia, más que meritoria, toda la caterva de historiadores que en el mundo son, hasta, digamos, don Rodrigo, por ejemplo, que es buen sitio, en el tiempo, para pararnos en aquello que era el Estado visigodo, que dicen que fue la base de todo lo bueno que luego vino de regalo en los sucesivos periodos de edificación y construcción del Estado moderno, que nos sojuzga y manda, basado en el terror, la amenaza y el miedo, la publicidad, la democracia, el reino, la tele, el favor, la subvención…
A estas alturas Garzón, si me lee esto, o algún pariente político, o allegado polimili, seguro que se corre de puro gustito y verdad, que la verdad es el orgasmo de toda esa parentela con que Garzón coyunda, en el mejor sentido del término, claro es, para jodernos. Quien no folla, jode, que dicen los castizos.
Vengo a decir que cualquier Estado está fundado en el terror, el miedo, la coacción social y política, la falta de libertades, para su edificación y mando. Por eso tiene tantos expertos en terrorismo desde antiguo, que a su vez son terroristas, que el asunto es como cura homeopática, aquello de similior similis curantur, y todos aquellos que quieren construir un Estado han de hacerlo sobre ese manual garzonesco sabido y aburrido del terror. Y con el similior similis edificantur.
Es evidente que estoy contra la Eta, como estoy contra el Estado. Que lo es todo. Y sé que me encuentro en postura entre dos matones que tiran a matar a la gente de abajo, a los que anhelamos la paz total de siglos y siglas, la paz verdadera basada en libertades y no violencias institucionalizadas, o no. Que el Estado es el terrorismo triunfante e institucional no hay duda. Y que porque la Eta pretende lo mismo, esto es institucionalizarse en mando, con batallones y armas que la ubiquen, es por lo que estoy en contra con base sólida. No de mero interés partidista, o miedo de vieja en conflicto, o por las bombas y bombos, los muertos o las víctimas, que de eso hay para contar y regalar de parte del uno y la otra. Tan sólida como la que me tiene contra el mando impuesto del Estado, sus políticos trincones, sus mesnadas de sicarios, a cuya cabeza andan las fuerzas armadas y de su orden, sus jueces ávidos de mando e injusticias, su Hacienda que nos roba... Y que ahora andan utilizando para mi acoso político y social, con estupideces que espero solventar, con pérdida de mi tiempo y energías, amén de vajes y molestias, que me roban y no me pagan al precio que estimo… Y sobran razones, señores bipartidarios y asimilados, tramas políticas de la canalla estatal. Sobre todo como está montada y concebida en la modernidad post, que dicen... Y de muestra el botón alemán, que marcará el traje de todos los estados europeos, siempre tan nazis viejos... ¡Ay, señor Garzón, tan lindo!
Y me quedo corto, muy corto, si hablo de la libertad que como hombre debo tener. Para vosotros ni tregua ni descanso.
tu lo unico que eres es un etarra de mierda,terrorista asesino.HIJO DE PUTA
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