Es curioso que todos los estudiosos estén de acuerdo en algo con referencia a la palabra alboayque (cierto
Libro llamado del Aboraique,
que se dice escrito en Llerena (Extremadura) hacia 1488, describe, en efecto, a dicho animal «menor que caballo y mayor que mulo o mula» y participante de las características de hasta otros dieciséis seres del mundo zoológico, como boca de lobo, ojos de hombre, cuerpo de buey, cola de serpiente, pelaje de todos los colores..., según Eloy Benito Ruano en Los orígenes del problema converso), y es que es palabra que se usaba en Llerena para mencionar a los falsos conversos del judaísmo al cristianismo, y que la usa por primera vez el autor de un escrito panfletario del finales del siglo XV, y exclusivamente contra los judíos llerenenses.
Hace unas semanas me hice en Badajoz con el Alborayque, uno de los textos de la Biblioteca de Barcarrota, que por muchas razones no debería llamarse así, sino con el de su propietario, el médico de Llerena, del siglo XVI, Francisco de Peñaranda, Biblioteca de Francisco de Peñaranda, que este tuvo que dejar emparedada en esa localidad de Barcarrota, donde residió ejerciendo su oficio, entonces fronteriza con la tierra lusa, para huir a Portugal, dada su condición de converso y sus problemas con el asunto. Para que aprendan algunos quien generó siempre cultura de la de verdad y no la impuesta por los que mandan. Cosa que ha demostrado con un trabajo encomiable y meritorio Fernando Serrano Mangas, en su libro El secreto de los Peñaranda, Casas, médicos y estirpes jodeoconversas en la Baja Extremadura rayana. Siglos XVI y XVII. El Alboraique se trata de un libelo o panfleto contra los juedeoconversos de Llerena, porque en el inicio del mismo aparece que ese nombre, de alborayque, es el que le dan en esa ciudad a esos conversos falsos al cristianismo, y lo más posible es que lo escribiera un judío de la misma hacia 1465. El título alude al caballo de Mahoma, al-Burak, que no había sido ni caballo, ni mulo, ni macho ni hembra, utilizado, según escritos del siglo XV, como insulto dirigido a los conversos, ni cristianos ni judíos. Hay dos ejemplares más iguales a éste, uno conservado en la biblioteca del Real Monasterio de El Escorial y otro en el Archivo Histórico Nacional.
Para mí ha sido siempre curiosa y paradigmática la manipulación de los hechos históricos al servicio del turismo, por ejemplo, cuando no al servicio de cómo se quiere que sean las cosas, por vario interés, y no como fueron. Resulta que Llerena tuvo una aljama floreciente y rica, de manera que hay documentos y muestras apabullantes de que fuera una de las juderías más florecientes y numerosas de la región, y aun del país. Sin embargo oficialmente no es así, desde, curioso, la llamada transición, hasta la fecha. Podría sacar desde el intérprete judío de los reyes católicos cerca de la corte nazarí de Granada, con toda su parentela, hasta la Paloma de que habla el romance viejo, que amamantaba al infante don Fadrique, que con el tiempo resultó ser el abuelo de Fernando el Católico…, sin dejar el callejero antiguo, lleno de nombres hebreos, hasta el documento que recoge José Amador de los Ríos en su Historia social, política y religiosa de los judíos de España y Portugal, de hacia la mitad del siglo XV, en donde por el pago de impuestos los judíos de Llerena eran de los más numerosos, o de los más ricos de la península, a tenor que eran de los que más pagaban… O finalmente la sospecha que siempre he tenido de que si se instaló en estos lares el tribunal de la santa Inquisición fue para controlar la sutil influencia de la estirpe judaíca, en unos tiempos convulsos y edades de crisis, por no hablar de la estirpe judaíca de Luis Zapata de Chaves o de Pedro Cieza de León, de familia de conversos judíos, este último, como alumbra el trabajo de Fernando Mangas mencionado, pero ya mostrado por estudiosos anteriores... Anotar que la historia de estos judíos, o conversos, está por hacer. Pero lo que es cómico es que Llerena no esté en la red de aljamas españolas, y estén lugares irrelevantes para la historia de los judíos en la península, como por ejemplo Hervás o Plasencia, en Extremadura, que es todo folklore barato y mentira propagandística y exageración, de cara al turismo, pues sólo cuentan con algún judío perdido y poco más. Y si hemos de dar razones cercanas, y de aquí y ahora, tenemos que la propia palabra alborayque es creada por los judíos de Llerena para llamar así a los falsos conversos al cristianismo. Más claro, agua...
Y toda esta digresión, necesaria para mí, viene a cuenta de la salida de una revista que lleva ese nombre precisamente. Y recordar que no hubiese sido posible si en 1999, cuando estaba en el proceso de edición y creación de la revista Torre Túrdula le hubiese dado el nombre de Alborayque, como tenía decidido y era mi gusto. Y que finalmente se quedó con el que salió de Torre Túrdula… Me dio el corazón que otros la tomarían en ese uso...
Me alegro por la creación de una revista que lleve ese nombre: Alborayque, palabra de origen llerenense, creada por nuestros ancestros judíos para nombrar a algunos..., me hubiera gustado que fuera libre, y no algo que forma parte de la publicación asilvestrada, siempre, y constreñida, de las instituciones que manejan los políticos. Pero menos da una piedra, que dicen.
Larga vida a Alborayque, y a ver si es realmente hereje y libre, que eso lo mostrará el rodaje, sólo el rodaje de la misma. Pero sobre todo interesante, rica y rigurosa.
Por cierto que la Biblioteca de Barcarrota o de Francisco de Peñaranda puede descargarse en formato digitalizado PDF, facsimilar y fiable. Totalmente gratis.
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