5 de diciembre de 2007

EL POLLO

Acaba de salir en número extra de Navidad de El Pollo Urbano, el irreverente portal de la red que me tiene entre sus incondicionales partícipes, a fuer de libre. He estado, por motivos que no vienen al cuento, como dos meses dao de baja... Pero vuelvo a la carga, monto a caballo, y cabalgo, o ¿al revés? ¡Al abordaje!
Estamos de celebración y aniversario. Son ya treinta años de El Pollo Urbano, primero en papel y luego subido al gallinero de la red, y por ella anda con más que pasajera salud, que ninguna Navidad terminó en la cazuela. Es El Pollo especie del Fantasma que Camina, inmortal como aquel héroe que hizo la delicia de algún verano adolescente de no pocos. El que nunca moría... Y hacía justicia...
Pues lo mismito El Pollo, que se niega a ser gallo, aunque no se achanta de peleas y pica, ¡cómo pica el bicho!...
Por él ando como Pedro por su casa, y me acercaré a Zaragoza a algún evento, de los muchos e interesantes que se hacen para la celebración de esos años en la brecha de la información aragonesa, en la atención a Sudamérica, como pocos medios y con sus recursos, en el espabilamiento y zarandeo de tontunas y carasduras, y en la tenacidad, la pertenencia, o si se quiere la tozudez aguda y sana como una esencia del ser aragonés... (el que resiste gana, de Cela).
A todos y cada uno de los que lo hacen quiero desear felicidad y salud, en todo sentido, y que no les cansen nunca.
Y yo quiero que nos veamos dentro de otros treinta años, por lo menos, que por lo más, ¡los que hagan falta, amigos!

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.