Esto no es un gato, sino un lince que me domesticó.
El domingo por la tarde, en mi paseo, me encuentro con Fernando Labrador. Charla impepinable sobre gatos. Y me cuenta que tuvieron una gata que los tomaba por sus hijos. A él y a toda la familia, que los micifuz son generosos en eso. Y que cierta vez les trajo hasta un gapazo, que cazaría por los campos aledaños a su casa, y me señalaba enfrente. Y, así, la gata proveía multitud de pajarillos, que les llevaba aún casi vivos y con primera sangre, como suelen llevarlos a sus crías. Es el sentido maternal de los animales.
Como si fuera su hijo me confundió a mi Gurruñau durante un tiempo. Que ya no hay caza y no lo he notado más que en su mucho afecto y cuidados conmigo. Pero seguro que anda por sus entretelas esa creencia instintiva. Y así no dejó un bicho vivo que traerme para que manducara, en cuanto tuvo un año. Que por el patio no dejó lagartija descansar hasta exterminarlas total Y de noche salamanquesas, que me encontraba por la mañana servidas en la entrada al patio o la cocina. Y que él no tocaba. Eran pa mí. Y mes las entraba, atrapadas y medio vivas y atontadas de su juego, en la cocina y las ponía a mis pies, me miraba y decía ¡miau!, con frescura y displicencia, pal nene que no le come nada... Y hasta siete u ocho veces decía un cierto ¡miau! Hasta que aburrido de mi falta de ganas se iba.
Instinto maternal en los animales. Mi padre y madre gato Gurruñau. Acogimos acá un gatito, hece casi año y medio, que estaba siendo maltratado por gentío borrachuzo y marchoso. Y que ese gatito, Gatypulgui, se creyó que Gurru era su mami y se acurrucaba con él a dormir, y buscaba teta o mamas en su vientre de macho. Y chupaba y chupaba todo el tiempo, como si Gurru hubiese nacido pa madre. Y así todavía incluso. Que se acurruca a su vera y le mama el pelo, pero mama.
En este tiempo que estoy con Gurru (2008-2012) murieron mi madre (2008) y mi padre (2011). De alguna manera quedan en el minino. Me queda esa presencia de alguien que me quiere paternalmente, aunque también como una madre. Y eso, en estos tiempos que corren con tanta crisis y la que cae, no es poco. Debe ser por esto, tal vez, puede ser, a lo mejor, la sacralidad del gato como animal protector de la casa, benévolo compañero diario, totem vivo. Un amor siempre es un amor. Y como se dice al final de la peli Con faldas y a lo loco, más o menos, todo no se va a tener.
Qué ternura lo que dices, he ido leyendo y a la vez sintiendo cada palabra, tengo a mi gato Siño y sé de lo que hablas, lleva conmigo desde hace 14 años, mimándome y cuidándome, maravilloso compañero. Lo que pasa es que yo no sé expresarlo como tú. Deliciosa entrada ... un abrazo
ResponderEliminarreleo esto mi querida amiga..., y como tuve tantas muertes juntas útimamente, al referirtea la de tu Siño, estando vivo, pues no pude, no puedo, incluso creo que doy mala suerte en esoa la gente..., espero que de alguna manera viva, pues pa cargarme a la muerte no me la creo, un gran gran gran abrazo..., parece que que salgo del hoyo, parece que voy saliendo, es como un parto, pero saldré,
ResponderEliminarun abrazo así de grande