Tengo lo que se llama estilo y estilete, no en vano me dedico desde muy joven y con pasión, entrega, verdad y tiempo a crear con la palabra, que no a trepar en escalafones de ventas de libros malos y to eso que dicen los escribidores de saraos, presentaciones de productos suedoliterarios, mercadeos, premios y demás negocios y patentes o mercas. Es clara mi diferencia radical, de raíz digo, no lo que entiende la medianía por radical, como algo malo y perverso, del resto de los plumíferos pretenciosos y que se presentan como productos del Supermercado o del Triunfo, la Gloria, las Medallas, las Medidas, las Ligas Competitivas, las Olimpiadas, medido to por el Parné. Y a veces lo justifican porque tienen que comer, dicen, o vivir, sentencian. Para mí son como el asesino a sueldo. Los pobrecitos también han de subsistir con su desagradable labor. Esa es mi diferencia con los poetastros que van de izquierdosos y toa esa peña intelestuá de merde. Que opinan y creen, que casi nunca critican con criterios y razones, en Público y Er País, y demás garitos de la progresía baladí o adormilada, arrellanada en el sillón de casita.
Soy un aristócrata de la palabra y la idea, y en ese campo mando por derecho, trabajo, estudio y pasión. Así de claro. Lo demás es falsa modestia e impostura de trepa.
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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.