8 de junio de 2009

UNA RESEÑA

El sábado, 29 de octubre de 1988, en la página 30, del periódico Extremadura, de Cáceres, apareció esa reseña de mi novela Reverte Metamorfoseado... Casualmente encuentro esta fotocopia de la página entera y sin pensarlo me pergeño esta entrada. Para leerla es fácil pinchar con el puntero encima de la imagen, se abrirá una ventana con la reseña. Tiene varias erratas que espero el lector sepa detectar.
Volveré sobre aquel texto un tanto dejado por mí, como hijo bastardo o tal vez pretencioso, que no sé bien. Hubo algún escritor de alturas al que gustó mucho, cuando se la envié a París, donde pasaba temporadas, que me la alabó y lamentó que saliera en edición tan tímida y como oscura. Y también algún crítico dijo que lo peor era que pretendía ingenio cada línea y lo conseguía, y que eso era defecto a la larga, pues su ritmo no era soportable para el común. Creo que exageraba mucho. Pero con el tiempo tal vez esta novela se he metido en su sitio y hay textos de ella que me encantaría retomar.
Y sobre todo su temática central: esa de lo lamentable que es conocer sólo por las apariencias o por lo que se ve, como ocurre en estos tiempos, marcados por la publicidad, el cine, la tele, lo que consideran los ojos como patrón y casi único sentido y órgano de conocimiento...
Aunque en su debido momento agradecí a Juan M. Carrasco la deferencia, con los años fui a más y se lo vuelvo a repetir en este lugar. Estaba, a la sazón entonces, de profe interino de portugués, tratando de que se creara en la universidad extremeña algún tipo de enseñanza más elevada que la elemental de apoyo, de la lengua y literatura portuguesa. Hoy es director del Departamento de Lenguas Modernas y Literaturas Comparadas de la Universidad de Extremadura, donde lleva ya años... Por cierto en 1994 compré su magnífico Manual de iniciación a la lengua portuguesa en una papelería de Conil, en la que entré casualmente, cuando trabajaba como profe de insti de lengua y literatura castellanas en el instituto Trafalgar de Barbate (Cádiz)...

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.