
Y no, mil veces no, los premios son quintaesencia de negras entrañas del capitalismo y de vida encenagada que nos vive esta gente de orden capital, nos mata, este capitalismo especulador y torticero, en crisis permanente como sistema socioeconómico, político, social y de cultureta, en el que la competencia, la publicidad, la especulación, la impostura, la falsedad, la conversión del arte en mercancía y mero dinero es su meta, o en premio como precio...
Si eso pasa en la manipulación del premio Nobel de medicina, en los otros no se quedan mancos o faltos… Especialmente los de literatura, pues eso de los escritores de fama y tronío, en comanditas de amiguetes unidos por el negocio y el boato personal de ombligos del mundo, de casta elevada por sus mendas, se ha quedado en mero negocio especulativo. Todo a imitación de la maestría del cine, eso que algunos se empeñan en llamar séptimo arte y parte, de eso que llaman cine y sus astros, estrelllas, actores de altura y famosos de la tele, que todo eso, ese uso de superestructura de la cosa económica, vino de allá, de allá del infernal territorio de la mentira y lo especulativo y criminal llamado EEUU de Norteamérica, y el cine de Jolivu impuso su cultureta o visión de la valoración de todo arte, confundió valor, precio y premio, y aquí y allá bajándose los pantalones el culturetariado rampante, comenzando por el progre gentío, de mollera mal amueblada y a golpes de modas o de lo que le digan de última orden en modos. Hasta los que se proclaman como marxistas, que la cosa tiene gracia cojonera también.
La realidad se empeña que mis presuntas radicalidades se hagan ciertas, e incluso atemperadas, porque esa realidad es más grosera todavía.
Toda casta cultureta, o de cultura, es perversa, siempre al arrimo del poder en mando. Lo veremos, en una próxima entrada, y en el desentrañamiento de un regalito (en forma de revista oficial dirigida por un tránsfuga famoso) de los que dirigen y mandan en la Asociación de Escritores Extremeños, a la que pertenezco; pero con los que no comulgo en casi nada de sus talantes de arrimados a los mandamases y comulgantes con sus ruedas de molino. Libertad, siempre libertad, señores. Arte, arte y belleza hasta la borrachera, y no precios y premios.
La realidad se empeña que mis presuntas radicalidades se hagan ciertas, e incluso atemperadas, porque esa realidad es más grosera todavía.
Toda casta cultureta, o de cultura, es perversa, siempre al arrimo del poder en mando. Lo veremos, en una próxima entrada, y en el desentrañamiento de un regalito (en forma de revista oficial dirigida por un tránsfuga famoso) de los que dirigen y mandan en la Asociación de Escritores Extremeños, a la que pertenezco; pero con los que no comulgo en casi nada de sus talantes de arrimados a los mandamases y comulgantes con sus ruedas de molino. Libertad, siempre libertad, señores. Arte, arte y belleza hasta la borrachera, y no precios y premios.
Creo que el post es excelente. Dices algunas verdades que muchos que van de honestos o pasionalmente sociales callan.
ResponderEliminarCreo que el premio además de degradado y manipulado, "esta secuestrado". Si! por una manada de incultos que leyeron 3 libros y se creen filósofos recreando el sofismo..
Saludos!