El hombre, que es el dueño de los nombres,
es la realidad hecha inteligible.
Jaime Gil de Biedma
Los que lo vivieron cuentan que, por aquellos tiempos, pperros y $ociatas llegaron a tramar la perfecta dictadura; en la que ya hace largos años que vivimos, con éxito y gloria, felicidad e incluso ornato. Se sabe perfectamente que escenificaban sus diferencias, que engañaban a sus militantes de que eran diferentes, opuestos, opciones -decían- distintas. Jugando con ideas obsoletas de lo que llamaban izquierda y derecha. Falsedades obvias que, sin embargo arrastraban a las masas utilizando técnicas de manejos deportivos, especialmente futboleras.
Asimismo imitaron la estrategia los sindicatos mayoritarios y la patronal. Y nunca más existieron diferencias; pero eso es otra historia paralela.
De forma y espíritu que el gentío necesitado, por aquellos entonces, de los llamados puestos de trabajo, de un enchufe, una prebenda, un negocio, un trinque, o lo que se le asimilase, se arrimaba a uno de los dos partidos, para ver de conseguir (era literal la expresión) su pitanza, condumio, bicoca, logro o interés personal. Vaciado de sentido y de ideas, todo estaba permitido. Existiendo casos en los que un tipo era del pp, en una localidad o barrio, y del psoe en otro barrio u otra localidad. O de ccoo en un trabajo o tarea y de ugt en otras. Cuando no patrón y jefe. Lo que, evidentemente, les situaban en la mejor postura para gozar sus ansias de todo tipo. Desde beneficiarse una votante hasta subvención de la diputación o de fondos de coherencia. Y como esa práctica llegó a ser común, teniendo casi todo militante la doble militancia, pues el comisariado político de los dos partidos hacía la vista gorda y lo permitía, soto voce. Ciudad existió en donde la doble militancia, la famosa domi, era moneda corriente y común, y todos confraternizaban jacarandosamente. Y esta fue una de las causas y efectos, a un tiempo, del famoso Golpe del 23F en 2013 que nos trajo a vivir como lo estamos haciendo ahora.
No hay cosa más diversa, alegre y sana que la ironía, que no se da sin inteligencia y sin amor.
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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.