RENUNCIA A UN PREMIO

Con motivo de la concesión de este premio de artes plásticas hice este comentario hace unos días en facebook:

¡¡juasjuasjuasjuas!!, ¡¡qué enorme caradura las de estos trajineros para el Poder, el Mercado y el Capital o la Banca!!..., quieren usar la provocación simulada que hace que todo permenezca inalterable -porque tapan la pro ...vocación certera y la matan- y lo suyo es mera moda y modos de nenes que salen (jaleados) en el Di ...ario Oficial de los Cultos Capitalinos y Mundiales y To Eso, ¡¡juas juas juas!!, ¡rikiño!

HOY me entero de la reuncia del premiado y, como no es habitual en este mundo de trepas artísticos, pues merece que lo resalte, lo valoro, así como los que adivino manejos del Poder para paralizar ese rechazo caballeroso, por parte de Santiago Sierra, y su valentía en poner en evidencia esto de que los premios, los escalafones y los ringorrangos no los marque quien menos capacitado está para ello, este Estado al servicio del Mal del Capital y de la Banca y de la Crisis y todo eso..., mangoneado por dos partidos únicos en comendita dictatorial exclusiva, si es que se tuviera que hacer, por ello remito al enlace con El País, que chapuceramente informa de esto, pretendiendo, incluso, quedar mal al artista..., así como enlazo a su blog con el contenido de su carta de renuncia al "premio":

Madrid, Brumaire 2010

Estimada señora González-Sinde,

Agradezco mucho a los profesionales del arte que me recordasen y evaluasen en el modo en que lo han hecho. No obstante, y según mi opinión, los premios se conceden a quien ha realizado un servicio, como por ejemplo a un empleado del mes.

Es mi deseo manifestar en este momento que el arte me ha otorgado una libertad a la que no estoy dispuesto a renunciar. Consecuentemente, mi sentido común me obliga a rechazar este premio. Este premio instrumentaliza en beneficio del estado el prestigio del premiado. Un estado que pide a gritos legitimación ante un desacato sobre el mandato de trabajar por el bien común sin importar qué partido ocupe el puesto. Un estado que participa en guerras dementes alineado con un imperio criminal. Un estado que dona alegremente el dinero común a la banca. Un estado empeñado en el desmontaje del estado de bienestar en beneficio de una minoría internacional y local.

El estado no somos todos. El estado son ustedes y sus amigos. Por lo tanto, no me cuenten entre ellos, pues yo soy un artista serio. No señores, No, Global Tour.

¡Salud y libertad!

Santiago Sierra