22 de septiembre de 2009

INSACIABLE


Encuentro este curioso texto en Internet, sobre esta novela que supuso cierto despertar para mí en la tardía adolescencia. Y de un autor que no ha dejado de interesarme y apasionarme.
No deja de sorprenderme ya que por aquel entonces uno pensaba hacer ciencias exactas, y nunca dejó de pensar que eso de letras y ciencias son cajones de desastres de gente con la mollera mermada y la intención aviesa, que no hay más que un saber, bello y bueno, compartimentado, artificialmente, en como lo estimemos, a efectos de saberlo..., para que sabiéndolo seamos unos buenos y bellos asimismo. Ahí va el asunto de mi alegría:

La cultura del cambio entre guerras: Insaciabilidad de Stanislaw Ignacy WITKIEWICZ. El editor Barral inaugura su Biblioteca de Rescate en 1973 con una rara novela.
No tan extraña si la situamos en el mundo de Joyce, Musil o Kafka, ese periodo de los años 20 y 30 de renovación del arte en todos sus aspectos.

Insaciabilidad
fue editada en polaco en 1930, poco después de la Mecánica Cuántica, la Relatividad, la Mecánica Estadística, los Conjuntos Transfinitos, las Geometrías No Euclídeas, la Teoría de Variaciones, o los Principia de Russell; todo ello dejará su huella en una novela total. Einstein, Cantor, Russell, Whitehead, Poincaré, Minkowski, Lebesgue, Planck, y Maxwell son citados en un ambiente futurista donde la lucha entre nacionalismos, misticismo, bolchevismo y fascismo se enmaraña con un rabioso individualismo hedonista.
La novela moderna se asienta en autores como Joyce, Musil, y que como los clásicos Cervantes, Tostoi o Sthendal, hacen un uso prodigioso de la Matemática.
Insaciabilidad se sitúa en esa sugerente corriente.
Cuenta Stanislaw M. Ulam en sus memorias (Edición de Nivola) el ambiente creativo de las matemáticas polacas, donde las servilletas de los Cafés de Lvov servían como recurso en todo apasionado debate. Witkiewicz no es ajeno a esa efervescencia.

Son varias decenas de citas donde la matemática es más que metáfora, es pura reflexión sobre el devenir humano. Veamos una mínima muestra:

Si hubiera podido existir una famosa medida psíquica de Lebesgue
(página 53)
Aleph = primer número transfinito de Cantor. Solo puede haber un Aleph de existencias particulares dentro de toda la existencia infinita, y gracias a Dios ningún continuum
(página 68)
Es difícil como un dibujo de la Geometría Descriptiva: la sombra de un elipsoide de revolución proyectada en un prisma que se interpenetra con una pirámide oblicua
(página 143)

De imprescindible lectura
y relectura

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