La literatura no tiene nada que ver con los premios, dice un sabio y buen escritor, en principio no por él sino por la verdad incontrovertible que pronuncia, y por su obra, claro.
Bien, sólo falta ser coherentes con eso, y si se recibe el premio aclarar que nada vale, y que sólo es, entre otras estupideces, un amaño del poder político e institucional por limpiarse las cacas, como el Nobel de la dinamita... O una forma de echar un cable al mercado editorial y sus mercaderes, que tampoco tienen nada que ver con la literatura, ni con la creación, ni con... Pese a que la gente de orden y seria opina lo contrario, aviesamente.
Ya lo dicen, entre otros trestigos del suceso, también el compa Goytisolo... No lo pudo decir Ángel (ver anterior entrada), que no necesitaba que los premios le valorasen su obra, pues nada que ver..., aunque si nos alegramos que acercase a la gente de ambos países (Portugal-España) por su labor creativa, cultural y humana, y eso es otra cosa. Lo contradictorio es que ande en ese juego gente de poder estatal e institucional que se dedica preferentemente a poner cotos, fronteras, limites, mandos y toda esa farfolla de las instituciones entre las gentes... Cínico y contradictorio suceso en estos tiempos...
Bien, sólo falta ser coherentes con eso, y si se recibe el premio aclarar que nada vale, y que sólo es, entre otras estupideces, un amaño del poder político e institucional por limpiarse las cacas, como el Nobel de la dinamita... O una forma de echar un cable al mercado editorial y sus mercaderes, que tampoco tienen nada que ver con la literatura, ni con la creación, ni con... Pese a que la gente de orden y seria opina lo contrario, aviesamente.
Ya lo dicen, entre otros trestigos del suceso, también el compa Goytisolo... No lo pudo decir Ángel (ver anterior entrada), que no necesitaba que los premios le valorasen su obra, pues nada que ver..., aunque si nos alegramos que acercase a la gente de ambos países (Portugal-España) por su labor creativa, cultural y humana, y eso es otra cosa. Lo contradictorio es que ande en ese juego gente de poder estatal e institucional que se dedica preferentemente a poner cotos, fronteras, limites, mandos y toda esa farfolla de las instituciones entre las gentes... Cínico y contradictorio suceso en estos tiempos...
Los premios nada tienen de malo en sí mismos; lo perverso es cómo funcionan, la causa por la que se otorgan, los intereses creados... etc.
ResponderEliminarEn un mundo ideal, los premios serían todo un tesoro al reconocimiento de una labor bien hecha, claro que el mero hecho de hacer bien la labor, ¡ya es un premio! aunque el reconocimiento dará gusto si es sincero, supongo.
Besos.
Ah, y yo le puse el voto número 11 (mi número perseguidor) a Enrique Vila-Matas en su artículo de hoy en El País en el que habla del flamante premiado, aunque sólo (habla) de él y de su reconocimiento merecido y no del premio en sí, o eso he entendido yo.
ResponderEliminarEn este mundo hay tantas cosas que funcionan por intereses, ojalá pudiera ser posible un inicio virgen para crear una sociedad de nuevo, aunque seguro que ni así nos pondríamos de acuerdo.
Pongo una cosita y ya os dejo de dar la lata (es que a los que buscamos el conocimiento y la cultura que podríamos tener sin problemas de memoria y siguiendo los estudios toda la vida nos tiene enganchados este blog) y es el titular del País de cuando el premio de Goytisolo, que me ha cautivado (no El País, claro, sino el titular y las palabras de Goytisolo :P):
ResponderEliminar"Son los autores los que honran o deshonran los premios"
(El novelista Juan Goytisolo obtiene el Premio Nacional de las Letras.
Algo así era lo que yo tan torpemente intentaba decir en mis comentarios anteriores sobre el premio de Marsé y de todos los premios.
Ya se sabe, los premios. Y sin embargo valoro mucho lo que dijo Marsé, aunque sólo sea para no perder de vista que detrás de toda la política y la mercantilización de la cultura y del arte, hay un proceso creativo.
ResponderEliminarSaludos, Agustín.