
sé que voy a morir y me acojono
que es el miedo enemigo de la vida
porque sé que me muero en esa herida
de temor y de muerte con encono
porque la brutal lucha contra el crono
me derrota antes ya de la partida
yo me parto tan vencido en estampida
que me hurdo la fuga en abandono
que sé de toda muerte lo castizo
sé lo conservador y lo ordinario
sé lo vulgar lo cutre lo cenizo
sé lo rufián y grave y lo palmario
lo triste de su túnel pasadizo
su nada y su vacío legendario
Hace unos días, el nueve, mencioné la elaboración de un soneto. En esa duda lo terminé el once, o di por terminada una versión, que aquí muestro en su pulida y última forma. Dije que en los dos primeros endecasílabos estaba todo. Pero la poesía es repetición, vuelta, regodeo, trabarse con las palabras que dicen lo mismo una y otra vez, en el ansia, la duda, lo mortal, la vida, el gozo, el dolor, el movimiento perpetuo, la quietud... He ahí como ha quedado el soneto completo.
Hermoso y terrible si lo dices con sinceridad.
ResponderEliminarLa sinceridad no es virtud literaria, ni poética ni artística. Es como si dices que es bondadoso, o marcial, o noble...
ResponderEliminarNo son valores literarios, salvo que fueren metáforas.
De todas maneras gracias.
Agustín Romero Barroso