27 de septiembre de 2012

DE LA NECESIDAD, NEGOCIO





Rectifica, pues, amigo Silva, tus ideas con respecto 
a España, y cree no sólo que vivimos bajo un régimen 
representativo, sino que somos libres más que ninguna 
nación del mundo, y que tenemos amplia libertad de imprenta.
Mariano José de Larra
El Observador
Tercera Carta de un liberal de acá a un liberal de allá 
(octubre 1834. Publicada en la Colección de 1835)



Pasaba lo mismo en sociedades esclavistas. Sea la Grecia tan democrática, sea la Roma imperial. O sea la misma sociedad norteamericana, hasta hace poco más de un siglo. Aunque sigue sucediendo en los puticlubes al uso por todo el mundo. La esclavitud era lo normal, lo indiscutible, lo necesario incluso. Lo que no se podía discutir y hacerlo u oponerse era poco menos que suicidarse, o convocar todos los odios y enemigos.
Pues lo mismito ocurre hoy con lo que voy a exponer lo mejor que pueda. Si digo que la máxima canalla de todo esto, que mueve la llamada economía y sus derroteros bestiales contra todos, es la consigna esa de decir y hacer, sentir y vivir eso de hacer de la necesidad Negocio. La que estima que todo es válido para crear necesidades y luego hacer con ellas comercio, especulación, lucro, beneficio, ganancia. Si denuncio esas actitudes, como absolutamente criminales, aunque estén amparadas por las Leyes -mu democrática, desde luego- que se dan por doquier, cada vez más encanalladamente y sin medida, seré mirado como los que en la Grecia antigua denigraban de la esclavitud, o en Roma de la misma cosa, o como un abolicionista en los USA de hace poco más de un siglo. O en un apestado de todo el que niega la esclavitud moderna, la ignominia al uso, la desfachatez moderada por el Estado y los Políticos, en sus derramas de Patronales, Sindicatos, Partidos, Instituciones Varias, Mercados, Empresas, Garitos de Apoyos y justificaciones de la consigna que nadie dice ni expresa con certeza (hacer de la necesidad Negocio) del encanallamiento
Ponerse hoy contra esos que hacen de la necesidad Negocios es lo más revolucionario, necesario y justo. La única manifestación y festorrio permisible con dignidaddes. Y eso, estar contra hacer de la necesidad Negocios, corta y cercena, certeramente, el discurrir o discurso de todos esos trepas del Capital y sus Bancas, Mercados y Especulas... 
Traigo a la memoria un acaso de especulación, por las altas esferas, de eso de convertir una necesidad en un inmenso Negocio. Por la cara y lucrativo. Que es lo que sueña todo canalla asilvestrado del Mercado. Y no son pocos, son millones. Lo malo abunda. Vengo a lo de la gripe aviar hace unos añitos. Aquella amenaza creada por todos los Falsimedios, conchabados con la Medicina y sus detentadores, incluso con la Ciencia, elevada a rango de Poder o afín al mismo. Ni se saben los millones que se especularon, comerciaron, lucraron, beneficiaron, gananciaron..., los que crearon -desde altas instancias- la cosa de la gripe aviar que mataría a todos. No recuerdo saber si algún grupo parlamentario denunció esta estafa tremenda ante cualquier instancia, ni siquiera si se dio la información pertinente, que algunos pedimos y esperamos nos envíen algún día. Lo cierto fue que el Estado español gastó muchos millones en atajarla, comprar vacunas y todo eso. Material médico caro, para la salud de todos, que así lo venden y especulan con la sanidad. Y luego el asunto se desinflaba como mentira, como falso, como alarma exagerada o no necesaria. Cuando ya el Negocio se había consumado y cerrado y el dinero yacía en los bolsones de los negociantes convenientes, que por lo visto iban a concluir a los del que fue secretario de Estado de los USA of América del Norte, un tal  Ronaldo Ramsfeld, o cómo se escriba... Y lo pongo como canallada suprema de la ideología de todos los que maquinan de la necesidad hacer Negocios. En esta caso de la necesidad de salud se hizo ese Negocio, con la vacunas para la gripe aviar.
Generalmente los que hacen mayor Negocio son los que la juegan con las necesidades mayores: salud, enseñanza, alegría, y todo lo que rodea a esto. Desde la comida hasta la tele. Y siempre descocadamente y estafando. Sin control ninguno por parte de nadie. De forma que definiría lo que llaman liberalismo (que esta palabra coincida con la misma raíz que libertad es una desgraciada casualidad y estafa) como el perverso sistema en el que se permite, por todo medio, que algunos hagan de las necesidades Negocios. Incluso por encima de la vida de todos y del mismo planeta. Tal y como nos ejemplifican a diario por sus Tele o sus Falsimedios, sus periodistas o sus historiadores. Por cierto que hay que ver lo que dan la matraca con eso de que hay que estar informados, y venga tos a ver sus teles y escuchar sus radios, como antes to dios a misa... Los periodistas, como queda demostrado por enésima vez, son y están con el Mal de pleno. Por tanto ya hay razones suficientes para estar contra el liberalismo de raíz y despegarlo de la libertad, de una vez por todas. Por innecesario y Negocio. Por mera necesidad también y sin pretender hacer ganancia para mí, sino para los que me leáis. Que se inicie una reflexión certera sobre esto que expongo, a vuelapluma, y con lo que otro hubiera escrito una tesis doctoral, con la que hacer Negocios... Pero que no haga nadie negocio de esta máxima necesidad.

Por todo esto y por más, o menos, apostar por la belleza, la verdad, la bondad y el arte por el arte es la máxima revolución, personal y social, en este cochambroso mundo de los necesitados y los Negociantes con las necesidades, y a veces necedades. Y parafraseo a Ramón Trecet, desde el recuerdo y la alegría de haberlo escuchado en sus programas de Radio 3, y sus músicas.


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