Que varios días tuve la risa floja y el corazón alegre, de leer este cuento del amigo, y compañero de insti, José Antonio Ramírez Lozano. Gran poeta de versos memorables. No es para menos. Una gozaba siempre que lo revisito y lo releo. Animañas es de la cuerda de la literatura del oeste peninsular, literatura atlántica como la de un Álvaro Cunqueiro, la de un Italo Calvino, que a la postre lo parieron en Cuba..., y algunos otros gaditanos. Sé que don Cunqueiro no era gaditano; pero sé lo que me digo. Este libro se publicó sobre 1995. Dispone de tres apartados:
1. ESPECIES EN EXTINCIÓN
2. EJEMPLARES ÚNICOS
3. ESPECIES PROTEGIDAS
Pues ahí, en el segundo apartado está Miguel de Cervantes, como ejemplar único de esta fauna animañística devoradora y bestial. Ya Manuel Pecellín Lancharro me titulaba de animal literario a secas. Lo de único lo supongo hasta la fecha. El autor y yo sabemos la alusión y el homenaje personal, no carente de la ironía finísima que destila, para un servidor, en este relato lúdico. Entre clase y clase alguna vez le solté que Cervantes lo mismo nació en Llerena. Y que un servidor vivió en la calle Lepanto, número siete, es certero; pero no de Alcalá, sino de San Juan de Aznalfarache, población donde nació un tal Mateo Alemán, autor de una novela picaresca que todos conocen por El Guzmán de Alfarache. Y desde luego que San Juan de Aznalfarache es como la Alcalá de Sevilla. Mutas mutandi. Escrita realmente, esa novela picaresca mayor llamada El Guzmán de Alfarache, por José Antonio Ramírez Lozano cada cierto tiempo. Para ejercitarse en el arte de la escritura y no dejarlo abandonado.
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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.