Y me digo -entre mí- si esas molleras encantadas y seducidas, por la publicidad y la propaganda al uso, por la mentira mediática e institucional más votada, por el espectáculo y todos sus garitos y piñas rocieras, pudieran, un buen día, darse cuenta del sortilegio amañado que supone el Parné y el Poder, aunados, para tener entretenidos y dominados a los más, sobre todo, a los de abajo, empobrecidos consumidores jartos de pan y embrutecidos con títulos universitarios como rosquillas y mucha cultura en lata y cajas. Todo tramado en lo que se llama el consorcio peperrosoZiata.
Escribir sobre esto. Sobre esa pesadilla y despertar lejano y cuasi imposible. Hacerlo con un lenguaje de dispendios y lo que llaman barroco, con ese desprecio mentecato del sabihondo que ahorra hasta en la parla. Del ahorrador de palabras. Del estreñido y sus carcomas. O sea, usando una argamasa de cohetería desparpajada y labiosa, que no rabiosa, bien fundado en la facundia y el pico de oro, que no de loro, de tono y léxico pipirijaina o tarambana de despendoles. Zascandil remedio para explicar lo inexplicable de las mayorías y sus tonterías Hablar de esta edad media de siervos y esclavos votadores. Que tol que manda arrastra pa su casa. Los latinos lo llamaban pro domus sua, que es como decir pa mí, pa mi casa. Ya lo usaba Cicerón, mal leído y peor estudiado. Y por eso mismo eliminado en la formación básica de la gente. Que el latín espabila y eso es mu malo, no tiene futuro alguno. Sobre esa verbena o kermesse ya escribió certeramente el amigo Álvarez Buiza una trama más, otra sospecha firme, otro cuento y cuenta, eslabón y baldón en la cadena de este infierno que son esos otros, esas mayorías votambreras. Ha poco. Y esto cierra mi guirigay con el Cacique, aposentado hoy en el Consejo de Estado. Que no es asunto personal en manera alguna. Lo mismo que no me llevan ojerizas personales en nada de lo que expongo acá. Ca cual tie perfecta libertad de votarse a su pp o su psoe tan ricamente. Con sus panes se los coman y sus vinos los beban. Lo malo es que salpican con sangre, paro, crisis, mando, obediencia ciega, poner el erario público al servicio del mercado, la banca, sus negocios... ... ...
Sea contra las modas de la Historia y sus novelitas, sean de la cosa periodística o la mera política. Todo eso me la trae floja. La lengua digo, que no la suelto para hablar de ello al uso que se hace. Sino para confirmar mi aserto esencial de que Parné y Poder son el Mal de fondo y forma. Y que to el que ande por esos andurriales es bellaco y trama mal de todos, si todos se limitan sólo a confiarle todo y la cosa está organizada como está. O sea, mu mal.
Ya, ya sé que la democracia de base es imposible. Que la gente ahora sabe menos de organizarse para vivir mejor que hace cincuenta años, que se ha delegado todo en los otros, en esos que mandan, gobiernan, traman, cobran, legislan, votan, dominan, pastelean, salen en la tele y hacen y deshacen, culturizan, enseñan, curan, conducen... Que sí, que ya sé que con el contubernio de las mayorías que los votan. Que ya sé ese cuento y cuenta de la servidumbre voluntaria. De lo que llamo la Votambre y punto. Por muchas vueltas que le doy -decía Mairena- no hallo manera de sumar individuos, decía un tal don Antonio Machado, en su Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo (1934-1936). Me parece que éste no es el mismo Machado machacado que citan tanto esos descamisados, sacando lindas rentas del cadáver que duerme en Colliure. Por ende la democracia al uso es imposible. Si no se pueden sumar individuos será más enojoso e imposible sumar voluntades. Cuánto más si se suma a esa tropelía toda la parafernalia legalista para tramar que siempre ganen los mismos. Como suele ocurrir de contino, con acierto y tino, precisamente.
Es por ello que culpo, y en esto sí lo hago personalmente, a toda esa mayoría viviente que ha puesto en esos cargos, de mandos y trapisondas de las instituciones políticas, a los que las manejan hoy. Y los culpo de todos los males que ellas han fraguado, hacen y maquinan sin parar. No hay más chinches que la manta llena y arremójate la tripa que ya viene la calor. que luego en mes de agosto no suelta el agua ni dios.
Días llevo pensando, en esos minutos de asueto, sobre todo esto del empecinamiento de las mayorías en votar, votar y votar lo peor siempre. Pasa como con las mujeres, que me dice un conocido. O lo que me decía un tipo -bastante machista- sobre ellas: que son como las gallinas: si se les pone trigo y grano limpio para que coman, lo dejan, sin pensarlo, por la primera novelería, capricho, farsa o mierda que vean a tiro del pico... Que gustan más picotear en la mierda que en el grano. Mentecatez medieval, como poco, pero que sí es aplicable a la Votambrería. O debe ser verdad que el libro de los Proverbios, bíblico, lleva toda la razón: los malos son infinitos como los granos de las arenas de las playas.
Lo certero es que todo eso ha fraguado una tupida red de lo que llaman corrupciones político-financieras, larga y ancha. Y todos los que mandan se arropan entre ellos. Las mayorías sólo lo justifican. Lo hacen justo según sus leyes. Leyes que las controlan y que juegan. Por ello la antigua división entre derecha e izquierda es, aparte de insensata, soez y falsa, una coartada perfecta y simple. La coartada futbolera por excelencia, que llamo. O sea, sólo hay dos campos, dos equipos y un sólo partido. De ahí que el fútbol sea hoy el opio del pueblo votador, su misa, su mesa, su escuela, su todo, su única salvación en este cutre estado de cosas. Ironías de la muerte lenta. La división está, estaba, o debería estar entre los que votan esa caterva que manda, y que sirve al Capital, los Bancos, los Mercados, los Especuladores y todo eso, y los que no lo hacemos, y a los que -encima- nos vituperan, dominan por la fuerza, aherrojan, machacan, ningunean, desprecian...
Estas mayorías no sólo no están equivocadas siempre, sino manipuladas de necesidad también. Las ignorancias, miedos y odios son sabiamente vehiculados, en las llamadas campañas electorales continuas, que el personal mayoritario se ve constreñido a delegar todo saber en ellos, en los profesionales de lo político. Que se hacen imprescindibles, aparte de impredecibles. Y sirven a quienes sirven.
Por ello que sepan que estoy en su cárcel, perfecta y abierta.
vaya que interesante reflexion propones en este post.. y la verdad es que tienes bastante razon... carol - casas en venta
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