Uno coge estos días cualquier diario borrascoso al uso, cualquiera de esos periódicos de postín y abolengos: desde el ínclito El País hasta la afamada La Vanguardia o La Razión, Público o El Mundo y aparece lo mismito. Incluso aparece, el santo y seña, en esos que regalan a la gente por las mañanitas, para que se ensucie el despejamiento mental que el personal consigue con el reparador sueño nocturno. Uno escucha a los de las radios y teles, que hay que tener aguante, temple torero y paciencia pa no romper el aparato y el mismo aire que polucionan con monsergas.
Vomitera exorcizante del mal venido de la calle. Excomuniones de los insurrectos y que no comulgan con ruedas de molinos ni aun de miel... Como teólogos enterados de todo el Mal, los opinantes y periodistas profesionales hacen su labor tenaces y de largo recorrido. No en vano los pagan y sirven a la Banca, al Capital, al Poder Económico, los Mercados y son los mamporreros de los Políticos Profesionales. Desde el Rey abajo, todos.
Se trata para ellos de la ardua tarea de la predicación al vulgo y al Votadero o pura Votambre. Se negocia de ajustar quien es quien y que todo vuelva a la normalidad de la ración teleleológica y al orden establecido por los dioses del Mando. Se trata de que no se despeine este tinglado del Mal y del Capital, de que no se deshaga esta fantasmagoría que llaman democracia, de que las instituciones sigan mandando y los demás obedeciendo resignadamente, pagando hipotecas imposibles y estafas miles de su Banca, se trata de que el paro anime a ver mucho fútbol y babear por el mismo, o jugar a las cartas mientras se inventa trabajo, o sea, venta de tiempo y esfuerzo de los asalariados por cuatro perras, cada vez en menos valor. Se trata de continuar con sus Guerras de rapiñas e imperios, que están detrás de la Crisis: Irak, Afganistán, Libia y las pequeñas y enquistadas en medio mundo...
Por eso los encargados de hacer esos exorcismos y excomuniones, es la clerecía que va desde el más progre y lindo de Público, hasta el más carcundio opinante y canónigo desfondado de una tele cualquiera. Que han puesto al descubierto el hisopo y el agua bendita de diluir la verdad demoníaca, y maldita (mal dicha) que les ha cogido con el pie cambiado, la sotana arremolinada y el culo al aire, estos días pasados electoreros, y luego.
Y así algún político catalán ha motejado de kale borroka la noble tarea de algunas personas de que se dejaran de pamplinas burocráticas, en el uso de eso que llaman parlamento, que cuesta mucho y no vale para nada noble, justo, cierto... Máximo pecado de terrorismo que se tiene para exorcizar el peligro de los que piden verdad, justicia y paz. Y alguna opinanta ha clamado contra los demonios que querían destruir las instituciones democráticas. Porque ellos les echan mucha agua bendita llamada democracia a todo eso que sirve a la Banca y al Capital contra los de abajo.
En fin que nos esperan días de exorcismos y cunjuros, expulsiones, invocaciones, excomuniones, anatemas, repudios, estigmas, castigos, reprobaciones, maldiciones execraciones, apartamientos, condenas, censuras, fulminaciones y privaciones de toda la pléyade profesional informativa o propagandística, desde sus púlpitos y garitos, donde se ganan ese chusco abundante y vil, por el servicio a la mentira democrática. Días de exorcismos y excomuniones, días de aplicación de la Ley Antiterrorista como poco y a la chita callando. Porque ya bramaba, el mismo político profesional en su medio de publicidad, que ha habido demasiada simpatía política e intelectual hacia el 15-M, tal vez haciendo llamada a la estupidez obediente, al Mando, de los borregos votadores.
Y tras eso la labor policial del Tinglado, que no es manca ni na... Y que trataremos aparte, como bien merece. Tal vez en un soneto o una sextina: la sentina policial podría ser un estupendo título.
En fin, lo de siempre: periodistas e historiadores profesionales al servicio del Mal. A los que luego la policía ajusta el guión. Dos profesiones, o tres, inventadas al arrimo del romanticismo liberal decimonónico, como cosas guays y todo eso, cuando no son más que los postineros alcahuetes del antiguo régimen convertidos y ajustados, por la ciencia conservadora, para mantener las mentes y cuerpos aquietadas en el cielo del Poder de los dioses que mandan, disponen, ordenan... Eso sí, validados -cada cierto tiempo- por la Votambre del pueblo en esto que llaman democracia. Y donde el cratos mayor, esto es, el económico, no lo vota jamás el llamado demo o pueblo.
Por todo eso que revienten todos los medios de información y propaganda, adoctrinamientos y publicidades, que caigan todos sus púlpitos y templos, sus sostenes y curatos, canonjías, obipados, corchetes, monaguillos, sacristanes, parroquias, toda la clericalla al servicio de la Crisis o Estafa contra la gente.
NOTA.- En la imagen que ilustra este pecaminoso escrito, una impronta de la acampada de los insurrectos pecadores contra la linda democracia española, en la plaza de Catalunia, tomada, al vuelo y siglos antes, por un tal El Bosco.
Vomitera exorcizante del mal venido de la calle. Excomuniones de los insurrectos y que no comulgan con ruedas de molinos ni aun de miel... Como teólogos enterados de todo el Mal, los opinantes y periodistas profesionales hacen su labor tenaces y de largo recorrido. No en vano los pagan y sirven a la Banca, al Capital, al Poder Económico, los Mercados y son los mamporreros de los Políticos Profesionales. Desde el Rey abajo, todos.
Se trata para ellos de la ardua tarea de la predicación al vulgo y al Votadero o pura Votambre. Se negocia de ajustar quien es quien y que todo vuelva a la normalidad de la ración teleleológica y al orden establecido por los dioses del Mando. Se trata de que no se despeine este tinglado del Mal y del Capital, de que no se deshaga esta fantasmagoría que llaman democracia, de que las instituciones sigan mandando y los demás obedeciendo resignadamente, pagando hipotecas imposibles y estafas miles de su Banca, se trata de que el paro anime a ver mucho fútbol y babear por el mismo, o jugar a las cartas mientras se inventa trabajo, o sea, venta de tiempo y esfuerzo de los asalariados por cuatro perras, cada vez en menos valor. Se trata de continuar con sus Guerras de rapiñas e imperios, que están detrás de la Crisis: Irak, Afganistán, Libia y las pequeñas y enquistadas en medio mundo...
Por eso los encargados de hacer esos exorcismos y excomuniones, es la clerecía que va desde el más progre y lindo de Público, hasta el más carcundio opinante y canónigo desfondado de una tele cualquiera. Que han puesto al descubierto el hisopo y el agua bendita de diluir la verdad demoníaca, y maldita (mal dicha) que les ha cogido con el pie cambiado, la sotana arremolinada y el culo al aire, estos días pasados electoreros, y luego.
Y así algún político catalán ha motejado de kale borroka la noble tarea de algunas personas de que se dejaran de pamplinas burocráticas, en el uso de eso que llaman parlamento, que cuesta mucho y no vale para nada noble, justo, cierto... Máximo pecado de terrorismo que se tiene para exorcizar el peligro de los que piden verdad, justicia y paz. Y alguna opinanta ha clamado contra los demonios que querían destruir las instituciones democráticas. Porque ellos les echan mucha agua bendita llamada democracia a todo eso que sirve a la Banca y al Capital contra los de abajo.
En fin que nos esperan días de exorcismos y cunjuros, expulsiones, invocaciones, excomuniones, anatemas, repudios, estigmas, castigos, reprobaciones, maldiciones execraciones, apartamientos, condenas, censuras, fulminaciones y privaciones de toda la pléyade profesional informativa o propagandística, desde sus púlpitos y garitos, donde se ganan ese chusco abundante y vil, por el servicio a la mentira democrática. Días de exorcismos y excomuniones, días de aplicación de la Ley Antiterrorista como poco y a la chita callando. Porque ya bramaba, el mismo político profesional en su medio de publicidad, que ha habido demasiada simpatía política e intelectual hacia el 15-M, tal vez haciendo llamada a la estupidez obediente, al Mando, de los borregos votadores.
Y tras eso la labor policial del Tinglado, que no es manca ni na... Y que trataremos aparte, como bien merece. Tal vez en un soneto o una sextina: la sentina policial podría ser un estupendo título.
En fin, lo de siempre: periodistas e historiadores profesionales al servicio del Mal. A los que luego la policía ajusta el guión. Dos profesiones, o tres, inventadas al arrimo del romanticismo liberal decimonónico, como cosas guays y todo eso, cuando no son más que los postineros alcahuetes del antiguo régimen convertidos y ajustados, por la ciencia conservadora, para mantener las mentes y cuerpos aquietadas en el cielo del Poder de los dioses que mandan, disponen, ordenan... Eso sí, validados -cada cierto tiempo- por la Votambre del pueblo en esto que llaman democracia. Y donde el cratos mayor, esto es, el económico, no lo vota jamás el llamado demo o pueblo.
Por todo eso que revienten todos los medios de información y propaganda, adoctrinamientos y publicidades, que caigan todos sus púlpitos y templos, sus sostenes y curatos, canonjías, obipados, corchetes, monaguillos, sacristanes, parroquias, toda la clericalla al servicio de la Crisis o Estafa contra la gente.
NOTA.- En la imagen que ilustra este pecaminoso escrito, una impronta de la acampada de los insurrectos pecadores contra la linda democracia española, en la plaza de Catalunia, tomada, al vuelo y siglos antes, por un tal El Bosco.
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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.