13 de julio de 2009

POESÍA NO ES SENTIMIENTO


Un poema es la proyección
de una idea en palabras
a través de la emoción.
La emoción no es la base
de la poesía: es tan sólamente
el medio de que la idea
se sirve para reducirse a palabras.

Fernando Pessoa

Puede que de todo esto fuera muy consciente Fernando Pessoa, abordado en las casi inmediatas anteriores entradas.
Digo que la maldición del romanticismo, del sentimentalismo y la ñoñería a ultranza, y contra la creencia extendida de que los poetas, y el poeta concreto, es una especie de tipo fundamentalmente sensible y lleno de sentimientos y todo eso tan rancio y decimonónico, con que la gazmoñería de los más poetas trata de dar valor a su morralla y engendros de corte sensibloides y no poco egoístas devaneos de sentimentalidades endebles y enfermedades de vida de plástico. Digo que es creencia, opinión y propaganda que difunde eso de los más. Esa larga lista de poetas que siempre ha abundado generosamente en el solar hispano, que ya Quevedo los puso en su sitio y Cervantes los mandó a hacer puñetas –la poetambre dijo- en un barco...

Es evidente que una persona atenta a la poesía, a los poetas buenos y a los clásicos, sobre los pies de los que andamos y vamos, no piensa eso ni en pintura. Todo eso que basa la acción poética en el sentimiento y la sensibilidad que derrota de sensiblería y sentimentalismo huero y vacuo. Pero hay cierta patanería aficionada a la poesía que opina, cree y propaga que el poeta es una especie de ser muy sensible –a más, más poeta- aunque nunca se especifica en qué consiste esa sensibilidad y al que le viene dado, por nacimiento, una serie de dones y sentidos espaciales, que lo convierten en un detentador del sentimiento en exclusiva y de la sensibilidad en monopolio, en una especie de iluminado al que el destino le da la luz con dádivas de sentimentos maravillosos que derrama en sus versos que, por supuesto, hace como le da la gana, y son siempre incuestionables y perfectos... (Hay que ver qué cabronazo es ese destino o dios o lo que sea, que dona eso a unos y deja a otros a dos velas y hechos unos bestias, sin ni siquiera poder comprar la papeleta para que le toque).

Prosigamos este intento por dilucidar sobre el panorama poético, en una visión general y de conjunto. Digo, al inicio, que tal vez Pessoa fuera muy consciente de esta estupidez que defino supra, que arrastra desde su tiempo en toda Europa, estupidez elevada al cubo, cuando crea –por ejemplo- al poeta Caeiro, como el más, y a los otros poetas que lo habitan... He dicho que el llamado romanticismo difundió esta visión y práctica de la poesía sentimental-anarco-chorra-ruina, que la llamo de propio, que es la más de la poesía inútil –como tal misma- que se practica por internete. Una cosa malísima y pretenciosa, mimética de otros, si foráneos mejor, y muy armada de sensiblería y yoes afectados e hinchados, ensimismados en sus vivencias cuasi espirituales, porque espiritual sería como decir mucho... Son como retrancas de Campoamor desarrollado y elevado al cubo, y otras regurgitaciones de aquello nefasto llamado romanticismo en España, que nadie supo lo que fue y cuyos latigazos finales se cargaron la forma de hacer poesía en castellano, luego del asilvestramiento de los ilustrados del siglo XVIII; que no hubo más que ver cuando los llamados de la generación del 27 sacaron a poetas de verdad y dieron con poesía de certeza, como modelos, cuando se pusieron a aprender de ellos tras la larga noche ilustrada y sensiblera del romanticismo y sus epónimos, como la revitalización, la fuerza y la calidad de la poesía en castellano se recuperaba con fortaleza. Y sólo fueron escarceos y primeras obras, porque la cabra tiró al monte del sentimentalismo y el uso de la poesía como confesionario de ñoñeces y similares. Pero las obras de poesía escritas bajo el halo de la lectura de los clásicos hasta el siglo XVIII, y con su influencia, perduran como maestras, sobre todo en la medida que pierden el sentimentalismo ramplón, y son más poesía y forma verbal, esto es: arte poética pura.

Luego el llamado existencialismo remató la faena que tenía encomendada el romanticismo con la puñetera sensiblería.Y se impone la visión de los temas existenciales, como si ellos mismos fueran la poesía. Fogueándose una visión del poeta como hombre de trinque y fama, de circo y aparato circense tendente a lograr una inmensa fortuna personal, como una industria cualquiera. Eso, el poeta como hombre de trinque y un producto del sistema capitalista, como acumulador de capital, y los poetas inician una descabellada carrera por ser más que, más que y más que, en una frenética vorágine competitiva imitando el fútbol y otras estupideces como la política y el considerar que los más marcan la calidad, extraído de una malísima digestión de lo que se llama democracia, que sólo sirve para elegir quienes se han de encargar de servir al común gobernando en ese servicio, legislando, etc. Bueno, pues las mayorías sólo sirven para eso, no para marcar o decidir otra cosa... Sería lamentable que una decisión técnica la decidiera la mayoría, y así a un tipo no se le operaría de lo que necesitara, por ejemplo de corazón, y sí de estómago, porque lo decidiese una mayoría... Es lo que llamo democratitis estupidizante... Que es lo que argumentan los progres a la hora de mandar, y a todo le lleman democracia, incluso al ejercicio de la poesía...
En fin, que a ciertos niveles de mala educación poética domina la superchería sensibloide y la visión del poeta como detentador del sentimiento, una especie de curilla o clérigo cerbatana que sabe mucho contar sus cuitas, penas más bien, y sentimientos y emociones como le pide el cuerpo o como le da la real gana en lo que llama poesía. El típico tópico poetilla, sea ella o él, que predomina en casi todo internet, que ha sido invadido, en el formatoblog, por esta patulea del monopolio del sentimiento, que antes se manifestaba en revistas de dudosa calidad floreada y publicaciones de más que mala estética, y en las que vomitaban sus condolidas sensiblerías, o sus sentimientos y emotividades egoístas, importándoles la creación poética un bledo, y mirándose los ombligos de manera ripiosa. Ya se sabe, si cualquier español con un boli BIC y papel se cree Cervantes..., ¡¡pues no los veas no ya con boli BIC, sino con una Montblac, papel verjurado especial y despachito privado o tugurio de escribanías!! Los cánones y valores estéticos y poéticos, sus escalas de valores y conocimientos, para esa gente es secundario. Con una soberbia y desprecio hacia todo lo poético y desconocimiento de los clásicos elementales, rayando la estupidez, repito.
A todo esto se suma la nula formación poética, malas lecturas de traducciones malas y refritos varios. Mala educación poética en el cole y luego; que pienso que está auspiciado desde el poder, para así poder endilgar los bodrios de publicaciones que endosa la industria editorial subvencionada desde arriba, en donde ya la línea de separación entre bazofia, lo que antes se vendía sólo en quioscos, y calidad, está menos clara. Y no en aras de libertades y oportunidades, sino de una mezcla en la que todo vale, nada es trabajado y cuidado, nada es bello y bueno... Y todo es presentado con mucho diseño y lazitos y guay... Todo aupado desde los garitos del poder político del Negocio y Mercado. Porque nunca como hoy los recursos y la facilidad de publicación, a fin de que el personal conozca una obra, ha sido más fácil y con más medios, y nunca, como ahora, la calidad es nula de hartazgo, la morralla total y de falta de gusto, el sucedáneo, el timo, la impostura, lo falso con flecos de latón dorado tan total y apabullante...
Se ha convertido el ser poeta en una suerte de seudoreligión falsa y peliculera, porque eso, el espectáculo cutre y redomadamente superficial del cine impone valores enclenques y tontos y la pobre gente tiene la idea del poeta que ve, ve y ve, con todo ese engaño supino de la vista y del cartel y de la publicidad engañosa siempre. Poeta en pose adocenada y alcahueta con la sensiblería pertinaz y los vuelos engreídos en altas cotas de soberbia de que se sabe lo que no se sabe y que se hace lo que ni por mientes, y todo es falso y hueco y propaganda de la mentira espectacular y espejeante de la manipulación zafia a rabiar.

El poeta y la poesía son otra cosa, otra...

3 comentarios:

  1. Anónimo2:03 a. m.

    Merci, adorable señor, por componer tan basto e ininteligible retrato de mi abominable analfabetismo. Respecto de la segunda característica atribuida a su texto, que no le tiemble el pulso, es por descontado una falta que ha de ser imputada únicamente a mí, a y las limitaciones de un pobre cerebro que osó, sin descaro alguno, dirigirse a vuestra merced, el eminente Poeta. Sea piadoso, de modo tal, de este imberbe ignorante, no se muestre demasiado tiránico con él, recurra a ese minúsculo halo de clemencia que le es común a todo humano y perdone su desfachatez considerando que sólo fue un imprudente proceder maquinado oscuramente por enemigos tan dañinos de la razón como lo son la inutilidad y la soberbia. Mis respetos. Au revoir.

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  2. No sé a qué te refieres, don pisaverde, y creo que te equivocas o eres damasiado engreído y adolescente fútil para pensar que me refiero a ti, que ni sé quien eres, ni me importas...
    ¡Toa la vida mirándose el ombligo!

    Atento, a más ver...

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  3. Anónimo10:50 p. m.

    es tuvo muy bien

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.