27 de marzo de 2008

RADICAL

Independientemente de que tenga otros criterios distintos, distantes con este escritor marroquí, relativo a sexo, liderazgos que creo innecesarios (él afirma que hacen falta líderes ¿?), etc., sí es cierto que cuando una religión, cualquier religión, es reducida a una moral, a unas costumbres, a un código cerrado de comportamientos, a un humanismo incluso, esa religión deja de ser y se convierte en su peor enemigo. Pasa con el Islam, pasa con el cristianismo, pasa con el psoeísmo, con el pepeísmo, con el bipartidismo, y otros ismos.

Así que huyamos la gente que reduce todo a moralina, a simpleza, a mezquindad, a blanco o negro, a debe ser, a cerrado, sacristía, ayatola y talibán. Tanto de los supuestos creyentes, que son llamados, con poca propiedad radicales, como de los enemigos de alguna religión, que también la reducen a lo mismo y suelen ser igual que los creyentes radicales. Ser radical supone ir a la raíz, a la médula, a lo mejor y más importante, a lo auténtico. A lo que sostiene algo. Llamar radicales islámicos, o radicales cristianos, o lo que fuera que llaman, con alegría ignara, radical, desde esos medios gloriosos de la prensa trajinera madrileña en mando, me parece tan errado, tan mentira, tan desafortunado, tan certero de lo que es esa prensa amarilla y vendida a un amo, y a la ignorancia...
Había que comenzar de nuevo a enseñar a estos periodistas de baratijas, a estos cantamañanas, trajineros y al servicio del amo bipartidario, a estos propagandísticos de la mentira, a estos publicistas tarambainas y chiquilicuatros, el significado de las palabras, con un curso acelerado de historia de la lengua, de etimología, latín y griego... O sea, refundirlos, ya que con sus vómitos verbales impresos están confundiendo al común y usando las palabras de forma inadecuada. O simplemente hacerles un buen libro de estilo, y la revisión de algunas palabras muy mal usadas. Una es radical, en ese sentido peyorativo que no tiene ni de lejos, sino lo contrario. Pero tal vez quieren dar ese uso a la palabra en español por mimética con algún idioma impuesto por asuntos de seguidismo colonialista, pobre de términos y significados, supuesta prelación cultural que no es ni de lejos, manías de modas, y me refiero al inglés, idioma que reconozco pobrísimo y limitado, torpe y lerdo, a fuer de pragmático y simple, etc.
Radical sería ir a la raíz de los asuntos y usando la ratio-onis, del latín, de donde proviene el vocablo, esto es, el uso de la razón, de la racionalidad. De ahí, por ejemplo, raíz cuadrada, radicales matemáticas y otras radicales...
Pero están empeñados en demonizar la palabra, en ensombrecerla, en ningunearla de forma chusmosa, ya que vivimos un ahormamiento mental de derechuzos de toda laya y lacha, eso sí, vendidos como pogres mu pogres.

Deberían ser amantes lectores de diccionarios, buenos diccionarios, como lecturas de cabecera, y tomarme imitación en eso, que me tiro la tira de tiempo leyendo diccionarios por placer, y más que me tiraba antes.

Por ello soy cada vez más radical, más racional, más radicado, ratificando mi razón.

3 comentarios:

  1. Muy bueno!!

    Yo había pensado escribir algo parecido hace tiempo sobre la palabra radical.

    Yo también soy radical.

    Un saludo!

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  2. Anónimo7:21 p. m.

    "Ratificando mi razon" siempre que sea en honor a lo verdadero, lo aténtico y seguro.
    ¿pero como me aseguro que lo que creo es lo cierto?
    ¿cuántas verdades existen?
    ¿qué es la verdad?
    un saludo para ti.

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  3. radical viene de raíz. Yo también prefiero a los que van a la raís que a los que se van por las ramas.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.