15 de enero de 2008

LOS AUTOPROCLAMADOS

A mí no me sorprendía hace unos días que el diario oficial de toda la retroprogresía de por aquí, dijera de sus partidas: El apoyo de los partidos que se autoproclaman de izquierdas –PSOE y IU- al canon digital no ha sentado nada bien entre la comunidad internauta que ha convertido a los dos grupos políticos y al Gobierno en blanco de sus críticas, desplazando a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), hasta ahora el gran Satán.

Los partidos que se autoproclaman de izquierdas, califica el diario independiente (¡El País!) a esos laterales hemipléjicos. Y no hay que ser lince para ello. A estas bajuras del cotarro todo es lo mismo. E insisto en el parámetro a aplicar para definir a quienes están en su sitio, con los valores de libertad, solidaridad e igualdad, llevados a sus extremos completos que, si no, es nada. Arriba y abajo. Y es evidente que esos que se autoproclaman están hace mucho tiempo arriba, en el mando y en el garlito del mando, al servicio del mando y de bien arriba, y no sólo de cargos electos por la servidumbre voluntaria del voto y electoralismo cerril (democracia es otra cosa), sino por los bancos, capitales que sirven, aupan y gestan y gestionan.

Toda situación de privilegio, encaramada, de altura, de arriba, toda ubicación por encima de otros, trepada, es de por sí lo que, en el argot de los delincuentes habituales, se ha entendido siempre por derecha, o derivada en lo que es el mero fascio. Bueno, pues es ley universal la de que quien trisca por situaciones de poder –todo poder se justifica siempre en la violencia- es criminal.

Pero todo esto me viene cuando contemplo el estado y planteamientos de algunos poetas, escritores, intelectuales en general, o que así se autoproclaman, como diría, aprendido del diario independiente, cuando aplican la vara de medir al ámbito de la valoración de la vida, personas y obras de otros autores. Semejante alevosía corta no tiene límites. Y para los mismos, generalmente gente apoltronada (que nada vale sin las prebendas que les otorga el poder, que nada crea, o poco y malo), los que no son de su piara, los que no son de sus partidos, o similares, son contrarios, van por ellos, los desvaloran en todo; pero sobre todo a los que somos libres, a los que son libres, tratan de meterlos, meternos, en sacos, en cajones de desastres, en cubículos comerciales, en marginalidades, en sospechas, en criminalizarlos por ser libres, por no ser de los suyos. Con un talibanismo del que no son conscientes, que ni se plantean. Porque creen que están en la verdad y en lo que llaman compromiso, el que creen de verdad, en su inmensa ignorancia. Todo justificado por sus intereses personales y su miseria mental, su indigencia absoluta de espíritu. Por lo menos así me aparece públicamente. Y públicamente lo rebato, discuto y critico. Donde, cuando y como puedo.

Así ensucian el buen nombre de creadores como Julien Gracq entresacando lecturas que pretenden exponer su pensamiento, y como diciendo: mirad lo que decía este tipo, mirad lo que pensaba, mirad como es un carca, mirad como no vale… Tal vez porque el presunto valorador valiente adora los premios literarios como verdad absoluta y Gracq los pone en su sitio como pretensión del Mercado, el Capital y el Estado por dominar, aherrojar y eliminar la propia libertad creadora, y toda libertad.

Dos posturas, dos intenciones. Porque aquí sólo hay el partidismo y la libertad. Y un creador opta por uno u otra, según guste. Pero que jamás crea que algo o alguien vale más, su obra vale más porque la aplauda el poder, el partido y sus covachas, con toda su maquinaria de publicidad, editoriales, votos, chusma entregada en esclavitud votante y todo eso, de todo partido, secta, talibanía, poltrona, mando… Que no. Que el elegir ir a la propia bola de cada uno es lo mejor y libre.

No creo interpretar mal la intención al reproducir una traducción del francés de una frase de Gracq que pudiera presentarlo como conservador. Conservadores lo somos todos de la propia vida, fanáticos diría, y de la libertad. Que a esas se refiere el autor francés.



Ilustración realizada a partir de un dibujo/comic de una de mis musas de Milo Manara

1 comentario:

  1. Anónimo12:06 a. m.

    Hola, no nos conocemos, soy una anónima que lleva leyéndote algún tiempo. Llegué desde el blog de puntos de vista y nada mas al de Alicia Vernok, y de allí al tuyo. Tu blog me parece diferente (a veces muy elevado para mí), inclasificable (lo que mas agradezco)y siempre coherente. Yo también tengo opiniones inclasificables, por eso y por prudencia permanezco anónima, ya llevo muchos palos en esta mi vida, ahora por fin feliz. Me parecen muy valientes tus escritos y admirables tus posturas.

    Estaba con el horrible tema del nacionalismo, discutiendo con puntos de vista y nada mas, y luego he dejado algunas opiniones mas en la última entrada del blog de Alicia Vernok. En el último comentario que hago, me he permitido citar dos párrafos tuyos, espero que no te moleste. Lo hago desde la admiración. Si no te gusta, dile al jipi que los borre. Saludos, te seguiré leyendo.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.