MÁGICO PRÓDIGO 18

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ABEJA

Una abeja laboriosa decidió ser juez para acabar con el terror que asolaba la colmena. Montó un empresa de seguridad. Lo demás lo podemos imaginar fácilmente. Es gratis y los tenemos ejemplificado a diario.

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ELEFANTE

Si el hombre fuera elefante utilizaría toda su fuerza enorme para aplastar inmisericorde a la hormiga de la fábula, y mirar luego como quedaba laminada sobre el asfalto de la autopista.

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HISTORIA

Si no hubiera historia no habría reyes, ni leyes, ni tiranos, ni derecho de pernada, ni esclavos, ni señores, ni revolucionarios, ni caza con arco y flechas, ni Tebas, la de las siete puertas, ni Babilonia, ni la dorada Lima, o la Muralla China, o Roma la Grande… Así que se hace necesaria la historia para justificar la existencia y la esencia del mundo. (De la Enciclopedia de Yer, citando los sabios académicos de la misma).

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NÓMINA

Los letanías del poder: patrón, amo, parlamento, partido político, gobierno, padre, rey, emperador, jefe, presidente, papa, dictador, profesor, ejército, patriarca, faraón, estado, caudillo, líder, capataz, sumo sacerdote, césar, zar, cacique, intelectual, sociedad anónima, ayuntamiento, iglesia, prensa, radio, televisión, familia, escuela, sindicato, juez, senado, sultán, general, cabo, sargento, furrier, administrador, ministro, fiscal, imán, alcalde, gobernador, banquero, terrateniente, empresario, gurú, ejecutivo, científico, multinacional, trilateral, perro, gato, dinero.

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LIBERTAD

Cuando se está en el lecho del dolor y la enfermedad, más cercano del reino de la muerte que de la república de la vida, toda presión, represión y falta de libertad se desencadenan. Es por ello que las personas que están en esa situación dan en decir y hacer cosas que nos parecen locuras y sin sentido, con total permiso por parte del entorno. Es la libertad que nos visita sin su alegría, aprisa y a lo loco. Pero libertad al fin y al cabo.

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NUDO

La anciana, en la yacija doliente de la enfermedad, fue obsequiada por la religiosa con una imagen del santo milagrero. No se sabe de dónde sacó el cordel; pero a los pies de la cama colgaba el santo de plástico con un nudo en el cuello, en ahorcamiento ritual que espeluznó a las mogigatas visitas, hasta que un sacerdote quitó, con su rito pertinente, el nudo del cuello del muñeco, y devolvió éste a la viejita, que sonrió beatífica, y en sus ojos un extraño brillo relumbrando…