
Si me considero republicano es por
Antes que si rey u otra cosa, antes que si banderita tu eres gualda o tricolor, hay cuestiones que se me antojan, y la razón me dice, y el sentido común, menos común, o democrático, de lo que se piensa, mucho más importantes, como lo que llaman y motejan, y se les cae la baba, como democracia. Para mí la llamada democracia no es ni sistema perfecto, ni menos malo y, como el sistema medieval, en su día, como el esclavismo, en otros, como la monarquía absoluta, está llamado a ser superado, no por aquel cuento hegeliano de opuestos, sino por ser inválido para el desarrollo de la libertad y la felicidad.
Tal vez para los pacatos ojos de lectores de orden suene grave, pecado nefando, una absoluta gilipollez, esto de que la democracia está obsoleta, ya. Y máxime si se llama democracia, publicitariamente y desde las instituciones de mando, poder, bancarias y de los sindicatos verticales bipartidarios. Entonces es el descojone de la mentira, y lo más negado para el ejercicio libre de la vida, en felicidad, fraternidad e igualdad ante acuerdos libres…
Hay un intencionado intento, una determinación no expresa, un propósito, designio, voluntad, un empeño resolutivo, una mira y deseo, una propensión perversa un ánimo manifiesto, una idea fija y de tirofijo, hasta un pensamiento, plan, arreglo, apaño y proyecto de que la memoria real, si histórica porque está en el tiempo pasado y no por que la estudien esos entomólogos pasivos llamados historiadores, la memoria de las ideas, primero, y los proyectos y las herramientas, después, para hacer este mundo más habitable y libre y feliz; hay, digo, un intento para que se olviden definitivamente, totalmente, como si no hubiesen existido. Como si todo fuese falsedad. Me refiero a los pensadores libertarios ibéricos, a su pensamiento, a sus obras, a su legado moral, ético, social, de análisis de la realidad para mejorarla, no ya de sus personas mortales. Y esa es la memoria que reivindico. No otras manipuladas para el electoralismo perverso, para el juego de la ley del número, y como coartada de valoración de lo actual por lo pasado. Sobre todo es insultante que gente de organizaciones actuales, que sólo coinciden en las siglas con las del pasado, que en un ejercicio del poder torturan, matan, asesinan, entierran incluso en cal viva los cadáveres, o vapulean a honestos ciudadanos porque se oponen a una refinería de forma pacífica, mandando mesnada policiales, o multan a mudos por insultar hablando… ( por traer cosa reciente), o los mil y un gatuperios que ese ejercicio despótico y democrático del poder les otorga, que los ojos ciegos de sus forofos se empeñan en no ver, y hay amores que matan… Es insultante, digo que esas organizaciones poderosas, apalancadas bipartidariamente en la administración e instituciones, por el mor de ganar elecciones (gana quien gana, pierde quien pierde, que dijo el secretario perpetuo), se digan herederas de aquellas, definitivamente eliminadas, para nuestra desgracia, que resistieron el embate del fascio universal en la guerra social abierta que fue la de 1936-39, y luego desaparecieron o se trucaron. Y clama a todos los cielos que esos mandamases financiados por la banca, jaleados por la prensa, y las teles, y las emisoras de radio y todo la leche en pancha de los medios, a los que agradecen, pagando con propaganda institucional diversa (y así se retroalimenta el voto cautivo…), o los milites de base, que a día de hoy no hay ninguno inocente, sean quienes diriman y digan quién es quién y crean mentiras tan groseras y se crean herederos de la militancia de entonces, antes del truco del almendruco de Surennes… Y creen, en plenitud de cretinismo que los votos los hacen sabios, y por medio de sus especialistas asilvestrados pueden decir qué es cada cosa, quien es quien y qué historia es la verdadera, la buena, la de izquieda como dicen, cuando el concepto de izquierda es tan obsoleto como el de democracia, y esos de arriba lo saben; pero mantienen el engaño la filfa, el embrollo, el folklore y la publicidad engañosa. Y día llegará en que rodeado de la mentira, la estupidez,
Y quiero hablar del anarquismo ibérico, ese desconocido, ese vapuleado y olvidado, ese movimiento, ser, entraña, cojones, idea, motor, alma, sistema tan chuleado por los diversos poderes manifiestos. Desde el seudosindicato libertario al galán político de moda, desde el progre vestío de limpio merced a poltrona en
Y hoy me encantaría recoger, simplemente anotar aquí, los apartados de un ensayo de uno de los valores libertarios más preciados, el de Ricardo Mella, titulado La ley del número, alegato vital y certero, racional y firme, contra el electoralismo y sus lacras, contra la mierda democrática patatera y bipartidaria de siempre. Lo tengo en dos ediciones. Una de 1948, hecha por
Los apartados del texto de Ricardo Mella (La ley del número) cantan y cuentan lo que dicen:
La ley del número
La ficción mayoritaria y las falacias del voto parlamentario
El derecho derecho social legislado es disgregante. El respeto al hombre es principio operante y cohesionador.- Contra la ley y el sufragio, (opone Mella) la razón y el libre acuerdo
Tal es el sentido en que nosotros somos realmente anarquistas.
Termina Mella, y termino.
Tal vez ahora se vaya entendiendo mi crítica, postura y desacato a los poderes bipartidarios en esta tierra... Y su falta de valor, como no sea por la fuerza de su violencia desplegada, sinrazones y mandos de muchas formas.
Ilustración: Retrato de Ricardo Mella
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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.