Si hace pocas entradas dije que ya todos eran conservadores o neoconservadores en formol, desde el troglodita Zapatero
y sus partidos hasta los republicanos abrileños, también cabe señalar la llave y trampa de todas las crisis, el motor de motores de todo mal, que es la ambición del más y más y más, ese afán
lambucero de ansia ilimitada, de progreso en su prístino sentido, de codicia y brega por lo que más y más, más, más…
Es la cosa esa que se llama progreso. Palabra que con democracia o socialismo y alguna otra, no uso, secuestradas como están por los barbianes y la barraganería cañí del ansia y pretensión. Con la palabra progreso, como se usa, se concibe la existencia de la humanidad sobre la tierra como en una evolución competitiva y progresiva a más, y más o más… No lo que expresó el darwinismo, no. Que se limitó a constatar y verificar evoluciones, adaptaciones al medio, que en ningún momento consideró como algo cuya etapa final superaba las pasadas, que no. No hubo gradación de quien es más o quien es menos. Simplemente eran diferentes. Bueno, pues esa idea absolutamente gilipollesca y filonazi del progreso que se tiene, considerando el tiempo presente como la etapa a que más ha llegado la humanidad, y el futuro las etapas a que más se llegará y, por supuesto, mejor. Concepción por otra parte eurocéntrica, no ya referida a Europa, sino al euro también, como monedao o valor de cambio, siguiendo la estilística marxiana… Es la cosa de los historiadores y sus creencias, todo ese amasijo fundado y mal digerido en el siglo XIX, que se errastró en pasado siglo y nos cuelga éste. Por eso políticos de trinque e historiadores van de la mano, los unos justifican los otros y viceversa. Téngase en cuenta la justificación de cosas como el nazismo o el golpe, guerra y dictadura de Franco, basados en la Historia y en el progreso ambos, por no arrellanarnos en la degeneración de la revolución soviética y sus gulás como manifestación de la linda progresía,
cara al mañana que nos promete patria, justicia y paz, ¿o era pan?
Siempre eso tan deportivo de las marcas logradas y los records. Por cierto siendo el inglés idioma fundador de algunas de estas patrañas (eurocentrismo, euro, etc.), (divagación intempestiva: resulta curioso usar la palabras
record, registro, para nombrar lo competitivo, y
remember se refiera a recuerdo, renombrar. En castellano decimos marcar, que es como más animal y primario, al uso del marcaje de algunos animales con el territorio, hembras, etc.). Los escalafones alcanzados y otros fogueos. ¿Comprenden ahora las razones por las que todo el tinglado neocon de dominio imperante difunde y defiende los llamados deportes, especialmente el fútbol? ¿Comprenden las enormes razones, más que de Estado y Capital, amén del Mercado, por las que se les perdona a los clubes de fútbol la deuda de más de 15.000 millones de euros a la hacienda pública, sólo en España? Porque todo eso de la competencia, la competitividad, ese fogueo y sofoco tiene sus púlpitos, sus leguleyos, sus predicadores, sus clérigos en toda la manera y fondo que sustenta de justificación ideológica y de las otras. Es lo que los marxistas clásicos llaman supetrestructura cultural e ideológica que justifica, tiene en pie y explica la infrastuctura política, económica y social, implantada tan ricamente por los que mandan. (Por eso don Felipe González Márquez, que quería hacerse un hombre
mu rico, sin que se notara, y lo consiguió, mandó quitar las herramientas marxistas del partido; pero sobre todo para que la dictadura bipartidaria funcionara. Y allanar el camino a los compadres de partido para fundar su capital, no ya refundar, como ahora, que eso es refrito). Así que esos de la supertestructura de prédica, comecoco y educación de la servidumbre y votambre están exentos de pago de deudas al erario público, y pueden deber lo que quieran, pues son necesarios del poder y sus manifestaciones de dominio y funcionamiento. ¡Qué no se le ocurra a cualquier currelante en paro, no! ¿O que se piensan algunos que hacen los altos jerarcas estatales cuando hacen acto de presencia y presidencia, por todo lo alto y con palco mayor, en los eventos deportivos? ¿Porque les gusta, por amor, porque se representa al país, por la cosa patriota? No, hombre, no, es por esto que me digo, y de rebote lo otro. Porque la superestructura se ha de disimular, tapar, siendo la tapadera del cotarro, en su sentido más abyecto (digo
cotarro y tapadera).
Bien, una vez aclarado eso del cuento del progreso como idea, o más bien, creencia cretina y engañosa, un dios más falso que todos, un dios que debería tener más ateos que todos… Y cuidado, que aquí si dices que eres blanco, inmediatamente funciona la cosa bipolar, la tendencia maniquea y el resorte mental del personal y piensan que eres negro. O sea que si digo que no soy progresista cae sobre mi el
anatema sit de retrógrado... No conocen otros colores, y juzgan en gris. La cosa es colocarte en algo biparcial, en algunos de los dos equipos de juego. Pues no, no y no soy progresista porque no creo en la capullez del llamado progreso, por obvias razones de inteligencia y salud mental elemental. Y no ser progresista no supone ser retrógrado. Que ese concepto existe en tanto acepte el otro. Por lo tanto los dos al peo, soy ateo con rima en eo de esas cosas, que es de lo que hay que ser incrédulo. Y como no acepto el uno, me cargo a los dos, por bipolares y bipartidistas, ¿entendido?
Bueno, esa idea del progreso, del desarrollismo a ultranza, del que hay que crecer y crecer, y crecer, y más y más y más… La cucaña alta. (Intempestiva: recuerdo, no sin sorna, la manía de las payas en que los varones que gustan sean altos y más altos, y venga altos, cifrando en eso toda virtud y rango, todo valor, inteligencia y gozo. Y de forma absolutamente fanática de corte islámico. Es la forma como tienen ellas entrañado el asunto del más y más… Cuando uso la palabras paya me refiero a la mujer dominada, y que goza el dominio y sirve, por el varón triunfante y en mando político, social y económico, al que ella vota con pundonor y frenesí. Lo mismo digo del payo, ese machista en dominio que exige dama de medidas determinadas, sobre todo de ubres, cosa que importa poco a todo efecto, salvo si aún se es un mamón. No se me asusten ante tales consideraciones). Esa idea del más y más está en los males que aqueja a la Extremadura actual, manifestado en el deseo e intención de colocar una refinería de petróleo, si vamos a las alturas, para recuperar el camino del progreso que aquí se perdió… Pero que se manifiesta también en la vida cotidiana de cualquiera de los lugares, pueblos, ciudades, campos extremeños… Porque aquí la vida, la sociedad pudiera ser de otra manera más grata, sensata y vital, si con inteligencia se hubiera organizado el reparto de la riqueza para la vida, y no al revés, habiéndose liberado esta tierra, a costa de muchas hambrunas, es verdad, del aciago maltrato del progreso industrial y otras miasmas desastrosas. Pero a eso lo llaman utopía; pero para eso hace falta unísono, paciencia, hilar fino y mucha inteligencia. Y nada de esto sobra en esta tierra entre sus gentes de mando y elevada, por la votambre adoradora, a cargos de responsabilidad y servicio que han degenerado en dominio y cacicazgo tradicional, adobado de usos progresistas en modos y maneras y que pretenden ahora una revolución industrial que supone involución, o la entrega a la cosa de patio de desahogo de la gente ahogada que huye de esos paraísos donde el progresismo capitalisma y mercantil ha triunfado..., por ejemplo, cada vez que pueden, de Madrid, como esta semana santa.
Vivo en Llerena,
era un pueblo con hambre y con historia, es decir, dos veces desgraciado (Vidarte
dixit), y desde hace como nueve años manda en su ayuntamiento alguien convencido de todo ese cuento del progreso, con sus consecuencias nefastas. No le niego la fe del carbonero en eso, ni que tenga mala fe. No digo que no hubiera que actualizar servicios, hacerlos operativos, cuidar bienes y recursos municipals, que desde el ayuntamiento se dinamizara la vida en cierta forma… Hablo de otras puntas donde aflora el mal que digo. Hablo del proyecto de la famosa autovía Badajoz-Granada, a su paso por Llerena, hablo del recientemente aprobado nuevo plan general de ordenación urbana… Hechos a beneficio de pocos y a mal de muchos, lo contrario de un servicio público, o de una política para la gente. Y concebidos no por las necesidaes reales de los vecinos y ciudadanos, sino en servicio de un concepto triunfalista de los que llaman progreso, y que siempre se ha demostrado ser algo regresivo, agresivo y nefasto… Que por aumentar los metros de asfalto en el campo y hacer muchas carreteras no se demuestra más que el apoyo al egoísmo del auto particular, mermando las inversiones en transportes públicos dignos, sociales, sostenibles… Si el alcalde de mi localidad tuviera que hacer uno de sus casi diarios viajes, a Mérida por ejemplo, en los medios públicos ya veríamos si me entendería... Que los transportes públicos en esta tierra son perversos, de horarios extraños, algo abandonados por los que debieran cuidarlos. Y todo eso del nuevo plan general de ordenación urbana destroza el patrimonio cultural de Llerena, si es que ya no está destrozado y convertido en un parque temático
pal turisteo barato. Y cuando digo cultural lo digo en su profundo sentido. Que se asesoren por antropólogos el señor alcalde y los fautores del plan, no sólo por ladrilleros y sus cuadrillas cañís, tiralíneas u otros artilugios. Curioso que con tanta historia como saben, no comiencen sus divagaciones, en la memoria general del proyecto, con los asentamientos del neolítico en Llerena, datos sobran. Que todo el entorno de huertas y norias, algunas antiquísimas y auténticas obras de arte popular, que se hunden en el neolítico, han sido destrozados sistemáticamente por un auge de crecimiento especulativo e innecesario, sobre todo desde hace diez años acá, donde esa manera sistemática de actuar ha sido calculada y medida con auténtica mala leche. Y recuerdo que una ley considera a Llerena, toda y su entorno, conjunto (conjunto es todo) histórico, artístico y monumental. Y digo todo, no la torre, las iglesias, los palacios, el mudéjar de pega, las cuatro cosillas históricas… No, amigos, son también las afueras y sus paisajes, el arbolado autóctono (lo de plantar esos pinos en algunos sitios donde nunca los hubo joderá la flora, realmente interesante y motivo de alguna tesis, estoy hablando de Las Piedras Baratas..., etc., etc.), las paredes de piedra rurales, auténticas obras artísticas de la gente, los caminos estrechos y serpeantes, hechos para el pie no para la rueda, la disposición de la tierra y del espacio sin nada chirriante, que haga agradable la vida, el paso, el lugar… En fin, merecería toda un entrada explicar lo que todos saben que refiero, y que ha desaparecido por ensalmo y sin remisión en aras de feas construcciones, mal dispuestas y un paisaje infernal que en nada envidia al de los alrededores de Madrid o cualquier ciudad hecha a porrazos de progreso y modernidad, y destrozos de cemento y ladrillo.
En esta entrada quiero ejemplificar ese catetismo atroz del progreso, al servicio del consumismo mercachifle y capitalista y de toda nefasta ideología progresiva y depredadora,
con lo que está ocurriendo en Fresnedoso de Ibor, en la provincia de Cáceres, que raya lo cómico, sino fuera tétrico, de estos gañanes con parné, o al olor del mismo, que quieren aplicarnos el progreso consumista, normalmente encaramados en alcaldillos y alcaldillas con afanes mesiánicos, y luego resulta que esconden el money bajo el colchón, como aquel de un pueblo de Málaga, digo yo. Por eso, catetos vestío de limpio.
Se trata de Fresnedoso de Ibor. Lean la noticia y perdonen erratas y faltas. Al grano. Es una de las patitas que asoma por debajo de la puerta, luego de los políticos de fogueo de todo eso del turisteo rural, la puesta en venta del campo para los nuevos ricos con todoterrenos frutos del progreso, de los parajes y zonas más hermosas de esta región, a los que aplican los criterios de propiedad y usos traidos de los madriles, la conversión del territorio en mercaduría rentable según el cálculo estreñido del Capital, más allá del buen uso secular de la tierra y el espacio: cotos de caza intensivos, agresivos, como sección de caza de un corteinglés, consumistas… En fin, un auténtico exterminio y extensión para usos de la sociedad del espectáculo y competitiva, como cuarto trastero o corral de cabras de gentuzas que desfogan sus muchas frustraciones en sus guerras capitalinas, así. Debe ocurrir lo mismo con micer Felipe González Márquez y otros sicarios de partidos afines, cuando compran enormes terrenos en América del Sur…, y se hacen terratenientes enormes… Lo que está ocurriendo en Extremadura es un auténtico exterminio de su cultura de la gente, de su ser, en aras de un progreso regresivo, comercial y del más, más y más, ¡venga más!..
No cabe más que mantener la antorcha encendida, informar para concienciar. Mientras aquellos partidos y gentes que debieran presentar alternativas globales a todo ese tinglado progresí, están ocupados en papar moscas, que los listos de turno les fabrican con sus cacas, mientras esos listillos hacen sus agostos. Y que si pendientes de elecciones europeas y otras miasmas. Ahora sí que sí, realmente Extremadura será definitivamente saqueada sistemáticamente, por esta gente que lleva mandando en ella de toda la vida, y como treinta años...
Y son peor que el PNV, ¡oíga señora, peor!
VIVA LA
TERCERA
REPÚBLICA