ESPERANZA

El más terrible de todos los sentimientos
es el sentimiento de tener la esperanza muerta.

Federico García Lorca

Esto que leo de Lorca lo saben bien los enemigos de la vida, del bien, de la verdad, la bondad y la belleza. Que no son pocos, son los más y son tontos. La inteligencia adora la esperanza. Y los inteligentes la usan. Pero me refiero a esos que son listos y que van de sobraos, que lo saben to ya, que to lo calculan y que te miran por encima del hombro y del hombre. Que vienen de vuelta y han triunfao. Y triunfar, así como suena, en esta sociedad, significa lo que significa: hacerlo por encima de muchos y muertos, y muerte y matar.

Desde el patán cortijero hasta el banquero que vive en la capital por to lo alto. Esa deriva no conoce escalafón de uso. La esperanza la mata la violencia innecesaria, brusca, inesperada, cateta y vil de un tío de campo de toa la vida. Y remito a Puerto Urraco, no el de la peli sino el de la novela de Delibes. Hasta ese nacido capitalino, banquero o no, que considera to lo de fuera de la capital mentira y deses
peranzado.

La esperanza como imaginación de lo que no es y viene ya, llega, está, es...