22 de junio de 2015

SOLEDAD





Debe ser por buscar en mi biblioteca el libro La Poesía de la Soledad en España, de Karl Vossler, o por la relectura de varios poemas de Cernuda, el poeta que mejor supo tratar las pérdidas, el amor, el sufrimiento, la soledad... Con alturas y criterios. Con análisis y sentido de lo real,  social y político. No son lo mismo esos sentimientos o situaciones -amor, soledad, perdidas, sufrimientos...- en un ser humano del siglo XX, que a Cernuda le tocó vivir, que a un ser del siglo séptimo antes de Cristo.
Digo que no sé si es por esas visitas e inquietudes o porque debo poner fin al Trayecto Narziso, ese plan de exposición de pinturas conjunto, con Fernando Ruiz Millán, que me ha traido, hace casi un año, ya, de conspiraciones plásticas.
Lo cierto es que cierro este trayecto con un lienzo de gran formato en donde se reproduce algo así como mi careto, que no es otro que el narziso de la narración que nos hemos montao, ocupando todo. Colores fríos, de muerte, colores del agua que pasa, el tiempo que pasó y viene y va y mece, acuna y hace tiritar de fríos y nieve. La mirada de Narziso, o las miriadas de miradas narcisistas al fondo de la existencia que fluye como líquido vital, donde los narcisos miramos, viendo pasar todo como si ese todo fuéramos también nosotros. Embridados e imbricados, invitados de necesidad en ese juego, rito, mito de paso, que todo en la vida es paso. Narziso no se baña dos veces en el mismo río, ni se mira dos veces, pues todo fluye, todo pasa, nada queda. O to quea como muerto, frito y frío, retardado y retratado por ese momento del disparo de nieve o fuego en el agua, fuego, aire, tierra...
Narziso mira su soledad con Eco, o sin Eco, o como eco que el agua repite, cada agua que pasa y es otra y lo hace otro, siempre el mismo y distinto, distante.

Tres pinturas finales cierran mi aportación a esta exposición. Esa que digo de la mirada de Narziso al fondo del ojo, o del pozo, del agua, del río, del tiempo o del espacio, aire, fuego, tierra... Que to es uno y viceversa. Título aún no le endosé... Tampoco lo lleva mi presencia pensativa en la playa de Barcelona, tal vez ya vencido de todo por algún caballero/señora o por sucedáneos de ellos. Y la otra lleva título, por ser de amigo con nombre y apellido: Tomás Zamorano
Ninguna de ellas está terminada y en las tres puedo trabajar, si cabe, en el mismo día. Yendo del caño al coro y del coro al caño, como se dice. Estoy seguro que la de gran formato (170X116), la que contiene y expresa mi careto supremo en primer plano, término, fin y principio, será con la que remate. Entre muchas razones porque es con la que quiero dejarme mirando en futuro, el fin, la misma muerte o el mismo culo de la misma muerte.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.