23 de noviembre de 2014

ESTUPIDEZ AL CUBO DE MACABROS HISTORIADORES



Es la lucha de siempre: los oportunistas y del to está documentao contra la imaginación y la libertad que quieren decir otra cosa más alta e importante, el cretinismo de los que se fijan en el dedo que señala la luna, la perversidad de los que no tienen miras más altas que lo mero cotidiano lleno de caspa. En definitiva, Cervantes contra el cura y el barbero y la chusma, digo El Quijote contra el palandusqueo de Sancho antes de quijotizar. Acá se ha dado el proceso al revés: to dios está sanchificado y lo quijotesco es mal visto, visto con desprecio y burla, claro. No está documentado. Y la narración que cuenta Cervantes estaba a la orden del día de la realidad cotidiana. No tuvo más que plagiarla, hala.

Desde que Cervantes existe muchos no viven. Y si en vida le dieron caña, tras muerto no iba a ser menos el ninguneo de su revolucionaria obra. Que la envidia es esa cosa inexplicable que causa un raro malestar, inquietud, desazón, encabronamiento, dolor e inquietud por las virtudes ajenas, por los valores del otro, por las verdades, bondades y bellezas que tiene el otro, que el otro gesta o hace. No el deseo de ellas sino que el otro no exista, no sea, no brille con luz propia. O sea, no viva en plenitud entre los demás. Cristo es un ejemplo del odio ese extraño que causa la envidia de un ser que es lo que el envidioso sabe que nunca puede ser él. NO es desear poseer algo, sino dolor por lo que el otro tiene.

En la creación literaria no existe ni realidad ni irrealidad. Existe literatura, creación, valores literarios que, en manera alguna han de estar validados por lo que llamamos realidades al uso o convencionales. Son algo mucho más allá de las mentiras de sus verdades o viceversa. Y espiar la realidad y reproducirla con fruición no valora ni valida nada creativo en literatura. 

Hoy soportamos la lacra del historicismo mediocre y cutre, la Historia como baldón de valor supremo intelectual y todo eso. Espiar lo que llaman Historia e incluso reproducirla con mayor fruición y frenesí que los que espían la llamada realidad y la reproducen. Y de esta manera piensan esos ladrones de todo que todos los creadores son de de su devoción. Y en esa intenciónse mueven todos los supuestos investigadores y cucufatos de la élite carcárea y carcamal universitaria. Ya que a los que mandan los interesa que lo que ellos predican coincida, punto por puto, con lo que se despacha en la universidad como verdad suprema. Y de esa manera los premian, jalean, dan pasta a tope y los consideren verdad suprema oficial. 

De tal manera que ese Miguel de Cervantes Saavedra no se ha de ir de rositas y pasará por la humillación de que lo que digamos que era, fue, y lo que quiso decir en sus obras no será sino la caca u mierda que nuestros eruditos redacten y digan y demuestren y vean y del permisos y venias y todo eso.

Y así siempre sospeché que los molinos eran gigantes. Nuevos documentos avalan las andanzas del Quijote. Que dice, con la suprema ironía cervantina que le valora, y nos sugiere Fernando Aramburu en twiter, en un comento citando el medio y gentes que tal anda metido en harinas de ajustar la verdad al Quijote con prestigiosos Historiadores y arqueólogos y gente de saber al uso y moderno. Que ese Cervantes era un copión de cosas que pasaban a su lado, sin otros valores principales. Que lo que valora el Quijote es la copia exacta de la realidad esa que ordena el PPoder y su PPasta. La otra no existe, ni está ni na de na.

Así, una caterva no parva de mentecatos exigen la muerte de la imaginación. Así está la literatura: muerta real. Y suplantada por los Historiadores. Siendo la novela histórica la cumbre y el sumum de toda la literatura, la reostia, vamos. 

Y esta es la crisis de fondo real. Porque la económica no existe sino que son mangoneos y ajustes a los pobres por los de Arriba. La crisis de fondos y formas es la configuración de valores en las molleras desquiciadas del personal, casi al completo, y los que no están deseando y babeantes por saber tanta Historia y similares. La crisis es de valores racionales y sensatos, tanto en al ámbito económico como en la superestructura que lo apalanca para matar todo. Y gran parte de la conformación de otros modos de vivir, libres y solidarios, aparte de iguales pasa por echar esa doble llave al puto sepulcro del Cid, como diría don Joaquín Costa, ante tantísima mentecatetez que pretende que todo ha de ser verdad resuel ta desde la Historia y por la Historia y sus usuarios alocados, para apuntalar este régimen sin imaginaciones, verdades, bondades y bellezas. con sus supremas ignorancias, los miedos subsecuentes y el odio a la libertad creativa de un Cervantes, que estos académicos de Argamasilla, carcundios y censores -una vez más-, tratan de exterminar, con argucias como estos asilvestramientos de chacineros y de curas y barberos que tratan de ningunear la imaginación cervantina. Entre sus muchos valores.

Tal como titulo esto acierto a definir historiadores al uso como macabros, o sea seres de la muerte, con la muerte y para la muerte, sepultureros un tanto rufianescos y aprendices de vampiros. Por ello también gilis y al cubo. Cubo es medida imaginaria.

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