
Estoy hablando del cambio climático auspiciado por esa agresión bestial y el cambio brusquísimo de temperatura y de tiempo ambiente, en los últimos días. Hablo desde el sufrimiento y la enfermedad que me provoca todo eso. Real, física, palpable y masticable año tras año. Hablo desde el dolor en que me desenvuelvo estos últimos días de un frío o un tiempo poco común por esta época. Soy muy sensible a los cambios bruscos de temperatura. No aguanto nada los aparatos que enfrían el aire en verano, ni los mismos que lo calientan en invierno. Prefiero pasar calor o frío a recalentar el aire y hacerlo pasar por conductos viciados y enfermizos. Esos métodos para refrescarse/enfriarse también hacen mella en el cambio y la alteración de la naturaleza. Cada uno pone su grano de arena, que más que arena es de pólvora o veneno. Tengo claro que soy parte muy interesada en que el mundo esté sano, en que la agresión al medio ambiente sea nula, o sea lo menor posible. Mi enfermedad me obliga a ser un supremo ecologista radical, porque si esto sigue así la calidad de mi vida será peor que la muerte, y ante eso voy comprendiendo a los suicidas por causas, digamos que, políticas y sociales. Visto lo visto y si sigue la cosa a peor no me importaría llevarme por delante a algunos culpables directos del envenenemiento del planeta. Y aunque eso suene fuerte, más fuerte suena mi dolor y mi enfermedad por la enfermedad global del planeta, al que asesinan, chulean y sobrexplota este tinglado de políticos canallas, científicos al servicio del capital canallesco y gente ciega y votante de todo ese entramado. Que a eso se reduce al capitalismo en esta fase, con sus colaboradores edulcorados y engañosos, que van de socialistas, progres diversos y afines cuentistas.... Somos pocos los que tenemos conciencia del mal. Y la cosa no tiene visos de parar. El mercado cada vez foguea más el consumo, la destrucción, el uso, la agresión, la competencia...
Y en Extremadura hay criminales que quieren poner una refinería de petróleo. Eso sí, criminales de guante blanco, que encima me despreciarán porque confunden la definición que hago de ellos con el insulto. Ellos insultan con ese pensamiento y con sus intenciones de lucro y negocio.
Hoy no estoy para pensamiento débil o agradable. Al pan, pan y al vino, vino.
Y el mar se está quedando sin sus praderas subacuáticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.