
Recuerdo que tengo que escribir algo sobre la conveniencia de hacer poesía con métrica clásica, o tal vez la única forma de escribir poesía, y lo demás cotufas del golfo, como dijo aquel cervantino, o quijotesco, personaje, que no sé, no recuerdo o no quiero acordarme ahora.
el tiempo nos destruye en su despojo
de belleza y de vida lo absoluto
del goce y lo bailado como astuto
como fiel cancerbero con aojo
porque encierra y nos mira con antojo
cada hora y los días como fruto
del pasado y la muerte su estatuto
del temporal saqueo en su cerrojo
voz del tiempo que todo lo arrebata
con rasgado rumor de remolino
tu torvo vozarrón así nos mata
porque acepta la vida tu destino
como adopta tu mando y desbarata
y con un tris y un tras no fue si vino
recurrir al recuerdo es la victoria
nuestro afán más vital más cotidiano
nuestro plan sideral tal vez arcano
gravado en las estrellas su memoria
escrito en el futuro por su gloria
su deseo su ardor ultramontano
gravado en nuestro ansia por mundano
apetito voraz en nuestra euforia
y creer lo que somos no el mezquino
el cutre miserable tentetieso
el producto del tiempo sibilino
crear/creer lo que queremos como si eso
nos fuera nuestro ser de tan supino
creyera/creara eternidad y alegre acceso
Escribir sonetos es fácil, lo difícil es hacer sonetos.
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