24 de abril de 2015

EL PREMIO



Ser objeto de halagos por la institución literaria 
me lleva a dudar de mí mismo, ser persona non grata 
a ojos de ella me reconforta en mi conducta y labor.
Juan Goytisolo


No he podido dejar de leer esta crónica, como el suceso que narra, estreñida y corta. Intensa y emocionante. Incluso se me puso alguna vez un nudo en la garganta. O varios y al mismo tiempo. Uno está emotivo y lloroso a lo quijotesco. Digo que debe ser la emotividad de ver a un perdedor ciscarse en el boato, la Altura, la Fama, la Alcurnia, el Oropel y el Premio por el que suspiran, y se piran y pirran, cantidad no parva de nenitos y nenitas (ellas igualistas) calculando su carrerita literaria o artística. 

Nombres de maestros, no caros al personal pedorro que trisca y triunfa: Francisco Márquez Villanueva, Clarín, Francisco Delicado, Luis de Góngora, Manuel Azaña, Luis Cernuda... 
Tras dividir a los escritores entre literatos que “conciben su tarea como una carrera” e “incurables aprendices de escribidor”, que la viven como una “adicción”, reconoció que él fue antes lo primero que lo segundo. La verdadera obra de arte no tiene prisas: puede dormir durante décadas como La regenta o durante siglos como La lozana andaluza. El resto es eso que, por la tremenda, recordó Goytisolo, García Márquez llamó exquisita mierda de la gloria.

Pero no aprenderán con esto los cutres, los más de los lindos votantes y botarates repatingaos -tal vez- a esta hora, dispuestos a hacer el canelo en un consumible fin de semana. Y menos los artistas esos, que España chorrea y supura arte por tos los poros. Das una patada y ahora con la crisis, y que hay mucho tiempo y ocio, los escritores de carrera son la tira, con asilvestramientos modernos y aprendiendo a escribir en un plisplás tecnológico que no veas...
Si no fuera por el premio y por ese error irónico de vejez con el PPodemos, te aseguro, Juan, que la cosa hubiera quedao reonda del to, oye.
Por cierto, siempre que me nombras La lozana andaluza me pasmo más de que sólo quede un ejemplar de la edición princeps y en la Biblioetca Nacional de Viena; y que cite a Llerena en un dicho popular, puesto en boca de puta romana que, faenando, dice estar contenta y canta aquello de: 
anda ya puta no serás buena
no seré no que so de Llerena.


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