VIDENTES

La cultura, bueno eso que la moda mental convierte en cultura, ocasiona este tipo de fenómenos. Los llamo videntes. Gentuza mayoritaria y chusmosa que sólo quiere ver, y ver y ver y venga a ver. Viaja por ver, vive por ver, mata por ver, remata por ver, y muere por ver. Como si todo fuera circo. Que da lo mismo que no vieran. No viven, sólo ven. Tangencialmente toco este tema en una primera novela, Reverte Metamorfoseado. Escrita hace como treinta y cinco años. Luego, muy luego, conocí que también el asunto apasionaba a un escritor como Elías Canetti, afortunadamente un autor poco visto por este tipo de videntes cultos...
Pues en aras de eso, de ese enfoque cultural, se tienen que poner a disposición de ese gentío inútil, torticero, y al que gusta sólo el espectáculo circense y futbolero, valores como las cuevas de Altamira. Y ponerlas en peligro de desaparición o deterioro. Por ese ansia de ver y venga a ver compulsivo y enfermo. Mirar el mundo como si fuera la tele, la pantalla del cine, o del ordenata, todo ver como en conserva y fuera de realidad.
O espectáculo de chusma votambrera o nada. Que la chusma no entiende de valores. Ella sólo quiere llenar su andorga mental de consumo cultural. Y lo peor de todo es que esa chusma hoy está recebada de gentes tituladas y doctoradas, y mu, mu, pero que mu estudiada y preparada pa mirar el arte, ¡oiga usted!
La realidad no existe, y si existe, peor para ella. Todo es pantalla de tele, de cine en casa o fuera y monitor de ordenata, en los que se ve, sólo se ve y es para ver. O el ojo como único sentido y órgano de conocimientos, que es el gran engaño heredado de Grecia, de toda la cultura grecolatina que nos mata, frente a otros modos de otras culturas, como por ejemplo las semíticas, incluyendo la cristiana en ellas, aunque en parte se haya visto degradada por todo eso de la latinagriega.