18 de junio de 2017

CARTAS A JUAN GOYTISOLO, 5




Recuerdo que cuando leí el manuscrito de La traición de Rita Hayworth (creo que fui su primer o segundo lector, y el título lo escogí yo entre la lista de los que proponía el autor) lo que me llamó más la atención fue el hecho de hallarme ante una obra novelesca cuyo background era casi exclusivamente cinematográfico.
Juan Goytisolo
Julio Ortega: Entrevista con Juan Goytisolo 
Revista de Occidente, abril 1974, nº 133


Reconozco que debí leer la obra que cayó en mis manos, toda, de Manuel Puig, o no haberlo hecho nunca. Su palabra está viva y su arte subyuga y atrae y lía y tira... No sé si fue debido a mi vida y sus cosas, mi ser y sus taras o a qué, pues la lectura de Maldición eterna a quien lea estas páginas fueron dardos tal cual literales. Así que suplico, pido, llamo, espero que si alguien, que me lea esto, conoce de eso, vivido así, que se ponga en contacto conmigo por muchas razones. Y lo pongo en esta carta, abierta y pública, a mi admirado y maestro Juan. Tanto para este mundo como para el otro o los que hubiere y llegare... Que van desde que lo mismo Manuel Puig dio con la clave de zohar de la lengua y provoca aquello que nombra vivido en su faceta tan personal, como es cada uno. Lo cierto es que tengo casi toda la obra suya, casi todo novelas, de las nueve que publicó, sin leer. No me atrevo. Y de las que leí no quiero recordar, y lo mismo debería...
Así que en estas me ha llegado un ejemplar de la primera edición de su tercera obra, The Buenos Aires Affair, por la editorial -mítica ya- Joaquín Mortiz, y en la colección de Nueva Narrativa Hispánica, en julio de 1973. Uno era un crío ya creciente... Y por casual mi memoria se fue a una entrevista, que leí sobre 1978, en el número 133, abril de 1974, que la Revista de Occidente te hace para pasmo del común, que no por tu sobras de méritos. Y allí te dejas caer con una noticia sobre la primera obra de Manolo Puig, y uso tu frase como cabecera de carta: Recuerdo que cuando leí el manuscrito de La traición de Rita  Hayworth (creo que fui su primer o segundo lector, y el título lo escogí yo entre la lista de los que proponía el autor) lo que me llamó más la atención fue el hecho de hallarme ante una obra novelesca cuyo background era casi exclusivamente cinematográfico. 
Y es que hace unos días, que debe ser cosa de las calores, me lié y metí como un sólo título las dos novelas y así la llamaba -en mi memoria- La traición de Rita Hayworht en the Buenos Aires Affair... Esas cosas extrañas que pasan por haber dejado sin leer una de ellas y mezclar y confundir con la otra, o viceversa.


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