5 de junio de 2017

CARTAS A JUAN GOYTISOLO, 1



FOTO: Bernardo Pérez, de El País

Que las ideas libertarias son comunes, aunque sólo sea de forma analógica, a comuneros y alumbrados, es algo indudable. Pág. 15
El mundo de los iluminados es, de entrada, el mundo de la Mística y la Mística es esencialmente ahistórica. Pág. 207
Antonio Márquez Villanueva
Los alumbrados. Orígenes y filosofía (1525-1559)



Querido Juan: 
Ya sabemos que falleciste. Por tanto esta carta no lo enviaré, como algunas otras, a la dirección de París. Tampoco hace falta enviarla. Con escribirla es todo. 
Como persona religiosa imagino que andarás por alguna parte, que ni sé ni casi nadie sabe hasta que muere. Por eso ando un poco como en ese vacío que dejas y el de no saber a ciencia cierta cómo leerás o entenderás estas palabras.
Hoy he estado seleccionando los textos que te aluden en la prensa del día después que te fuiste. Como fue in media res pues no dio tiempo a la prensa a sacar algo impreso en papel, que en Internet fue donde me enteré del óbito. Eran sobra las nueve menos algo de la noche... Y fue en el portal de El País donde me sorprendí con la noticia. Quedé mudo y mire a Gurruñau, que dormitaba cerca, abrió un ojo y me miró serio. Se relamió y ya una lágrima rodaba por mi mejilla. Y es que ando mal, no ya por la rotura esa del peroné y trajines que me trae y lleva, no, sino por este desasosiego de vivir en este sitio de tan mala gente acosadora., el temporal extraño y la alergia del mismo. Pero mi llanto duró cosa de dos horas... Entre los libros que tenía a manos andaba Coto Vedado.. Que seguro que lo pillé hace días para consultar algo, una cita o ver una parte... Ya sabes que te tengo en una estantería dedicada en mi biblioteca. 
Bueno pues no sé por qué lo último que leí tuyo de nuevo fue Makbara... Todo lo demás no ha sido sino releer y volver... Algún artículo de prensa, alguna entrevista... Pero con Makbara, que creo recordar quiere decir algo como cementerio, en el árabe de Marruecos me quedé quieto para leerte lo que vino luego. Digo leerlo con el detenimiento que leí todo lo anterior.
Ya ves que trato de distanciarme del evento, del suceso que trae esto. He comprado el día siguiente de tu marcha la prensa que he podido, toda la que pude para ver... Los dos diarios regionales ponen el suceso de tu muerte en la cabecera, con fotito como si fueras alguien muy importante y titulares que aluden a tu libertad y que ellos dicen disidencia, ser indómito, nómada, rebelde... Como para darte la razón y luego to sigue lo mismo. Ya veremos eso despacito y no reiremos lo suyo, porque las exequias o ese apartado de los diarios que ahora no sé como lo llaman, siempre cuentan cosas destacables y únicas. Lo sabe bien mi amigo Fernando Ruiz Millán, uno de cuyos libros autoeditados fue reseñado acá, como cosa rara y amable.
No ha sido casual la referencia a Makbara,que ahora sí te imagino tres meses, o tres días o lo mismo tres años deambulando como sombra por este mundo que dejas y contándolo, narrándolo como si el vicio de la escritura fuera más allá de la misma muerte. Escribir más allá de la muerte... Suerte que no tuvo ni nuestro gran maestro Miguel. O no se la dio al autor del Quijote. ¡Qué vaya usted a saber quién coño es y qué importa!
Con los restos de esa prensa que trae sobre tu ser, a propósito de dejar de estar entre los vivos, voya escribir algo que bien pudiera titularse: Noticias, sucesos, publicidades, patrañas y otras sustancias del día que murió Juan Goytisolo... Queda largo, pero entre que me decido y lo hago, incluso cuando lo hago, ya me vendría otro título más monumental y circense, que lo que la chusma quiere hoy es pan y circo. Todo racionado, envuelto, ajustado y todo eso. Los mis lo titulo Camposanto Últimos Papeles... No importa eso es secundario y lo importante es vivir para hacerlo y contarlo.
Cierto que ese día que te moriste, ya sobre las diez salí a la calle y me dirigí con paso rengo, por el accidente en la pata izquierda, a un lugar donde venden en domingo la prensa. Y allí solicité de Any todo lo que tuviera, y por ahí anda. Y que esa es la prensa verdadera del día de finiquito. Que lo mismo sirve más para escribir algo de El Día que Murió Juan Goytisolo, que lo que vino el día siguiente, que todo estaba ocupado por la mierda del fútGOL, y eso hace mermar siempre todo...
Decir a todos los que te conocieron y apreciaron que un abrazo grande les doy y compartí esa suerte, Breve pero intensa. Sobre todo recuerdo aquel 1980, en Cáceres, donde el amigo y profesor Ricardo Senabre te trajo para varios eventos. Y uno de ellos fue un coloquio en la Caja de Ahorros de Plasencia, hoy de Extremadura. Y de cómo me felicistaste por la ristra de preguntas que te hice, y que apabulló a don Ricardo y que a ti, sin embargo, te embargaron de alegrías y fuiste asimismo desgranando un discurso en respuestas... Me recuerdo que fue de las pocas veces que te vi reír y sonreír con las palabras de Senabre, llamándome a un orden pertinente, que había, pero que él no pillaba por la urgencia que uno tenia que contestaras. Para entonces uno había leído ya todo lo que habías publicado en castellano. Pobre pero con la suerte de tener un profesor de lengua y literatura que también te adoraba, Eduardo García Chávez, que estará en la gloria leyéndome la vaselina que le doy, pa que me ponga matrícula... En mi solemne pobreza ese profesor que tuve se encargaba de pasarme lecturas privativas entonces por la pasta... Y creo recordar que luego fue al revés, con lo saños. Que uno volvía de recorrer los mundos, los demonios y las carnes y traía siempre algo novedoso que Eduardo disfrutó no pocas veces. Y alguna cosa era tuya.
Y, ya ves, inicio esta serie de epístolas más allá, o cartas más allá, con una cita de un mutuo maestro, un sabio bendito, Antonio Márquez Villanueva, al que dedicas el premio Cervantes que te dieron, y que pocos conocen o reconocen, sino los que ansiamos saber, valores y ser solidarios y amar. Fíjate si las juventudes son zafias en estos tiempos peninsulares,que hacen refritos sobre los alumbrados, dexados o iluminados sin leer, siquiera por encima, el esencial libro de Antonio: Los alumbrados. Orígenes y filosofía (1525-1559). Pa que sepan algo y vayan puliendo necedades.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.