18 de junio de 2016

PUEBLERINO







No se puede entender un libro como Poeta en Nueva York, de Lorca, sin tener en cuenta la mirada de pasmo del cateto o pueblerino, en sus sentidos más nobles. La mirada inteligente, de la pureza de quien no nació ni creció en Babilonia o en Una Babel, en semejante Confusión y Tremenda Barbaridad... Y ese es su supremo valor, todo el valor, lo que esa mirada ve y dice y escribe y crea... No hay más, con ser mucho... Por eso me carga y me duele el manejo cometido, con dicho poemario, por parte de la Linda Progresía de Siempre, en precisamente lo contrario: auspiciar la Barbarie Capitalina y Babilónika de esa aldea gringa a lo bestia, tan terrible -de fondos- como la aldea de La Casa de Bernalda Alba, por ejemplo... 

Cuando hablo de Lorca o Machado hablo contra los que los usan siempre, contra los inventados y hecho marcas, prototipos, modelos, militantes y demás, por la grey especializada (téngase en cuenta como guía de marear mi mar).





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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.