POETAMBRE

Cervantes llamó poetambre a los tontos de baba, que se dedicaban a escribir lo que llamaban poesía o artes similares. O que usaban una poética que era más bien po-lítica de la trepa, el famoseo, la inmortalidad, como cucufateo de meterla de busilis, y otras patrañas de la patética -antiestética- forma de llevarse to esto del arte verdadero, anulado por la encerrona que hacen los gilis usando valores no suyos. Que pasa como en to, en estas  malgobernadas sociedades, por el PPoder y su PPasta, que to es conjura de tontos, al peso y al paso, en el doble sentido de pasar de largo y pasar del asunto de la inteligencia. Y eso de necios y sus conjuros, perjuros y demás juros,   es también de rememoranza cervantina, y por ende bíblicas asina, como desvelaremos leyendo más... Don Jonathan Swift  y mister John Kennedy Toole, el su discípulo aventajao, en el siglo XX, se limitaron a aprenderlo del magister Miguel y aplicarlo en sus escritos de fina ironía y cachondeos de los gilis. Y ahí está esa enésima salida de un quijote a su bola, que es la insigne novela La conjura de los necios. Supongo que, la alusión cervantina a la tontuna, también iba referida a los que los leían, a  esos poetas y autores agraciados con la suerte PPudiente y con PPasta, los que los premiaban, comentaban, jaleaban, adoraban y usaban, sobre to, contra los verdaderos, inteligentes y buenos... Y ahí también se pone en marcha la envidia y otras lacras, que no de sólo PPoder y PPasta se hace el mal y la gilipollez. Y to pa tapar a los poetas reales, verdaderos, buenos y hermosos. Miguel de Cervantes, mi maestro, se refería con ese nombre de poetambre, que denota jambrunas de to tipo, hambres atrasadas y allegadas, hambre, jambre, _ ambre... 

Señalaba y nombraba el hambre de tos los asimilaos, allegaos, subvencionaos, primos, listos y cercanos, en su grandioso poema épico, de cachondeo, titulado Le voyage del Parnaso..., digo Viaje del Parnaso. Lo de voyage me ha venío por el retintín del voiyeur, en lectura franchute. 

Y como uno es creyente, esto es, formado al arrimo celestial de lo que llaman Biblia y tos sus garitos, pos rememora aquello que dicen algunos libros santos, sobre que la tontuna es miriada de gentío, de bochornosa servidumbre amplísima del Mal, que no es otra cosa que la necedad, levantada e insolente, de los más alienados, asilvestrados, siervos voluntarios y etc. Porque aquí to dios cree, a pies juntillas, como fanáticos de la irracionalidad, que los más -la mayoría, vamos- dicen qué es verdad, qué es bondad y qué es belleza. Que eso de los valores morales, supremos, los valores, lo decide la mayoría siempre. Y si la mayoría dice que asesinar niños en Libia, por la OTAN, es santo y bueno, pos todos los minoritarios hemos de callar y obedecer y encima tener respeto total por esa mayoría que decide qué es la verdad, la bondad y le belleza. Así si mandan Rajoy o Zapatero, o los de antes, incluido Franco, si los apoyó la mayoría, hicieran lo que hicieron o hagan, es santo, verdadero, bueno y bonito, porque la mayoría tiene toda la verdad que haber pueda, todo el saber supremo de la bondad y lo más hermoso del mundo. Que eso es la democracia, oye.

Porque pa mí lo más perilloso de los tontos, gilis, necios (que dicen los libros bíblicos), botarates, cretinos, bobos, simples, mentecatos, atontados, sandios, botarates, estúpidos, idiotas, imbéciles, majaderos, torpes, tardos, brutos, insensatos, menguados, zotes, rudos, pasmados, lelos, alelados simplones, transtornados, orates, locos, asnos, tontainas, vacíos, vacuos, mastuerzos, atolondrados, tarambanas, aturdidos, badulaques, obtusos, negados, cortos, limitados, lerdos, mendrugos, estultos, incompetentes, ineptos, pastosos y patosos, sosos, incapaces, inútiles, beocios, primos y titos, ingenuos, inocentes, infelices, tímidos, pusilánimes, pueriles, fantoches, payasos, bofones, estólidos, gaznápiros, pazguatos, remirados y remilgados, porros y perros, incultos, ignorantes e ignaros, chochos y pichas, ñoños y ñoñas, aturdidos, palurdos, aldeanos, coritos, pazmarotes, zopencos, zoquetes, papanatas y papaleches, lilas, memos, mamelucos, burros, pollinos, borricos, bestias, animales, mostrencos, palomos, chorlitos, pavos, gansos, bolonios y gedeones (alude la Biblia), bobalicones, babiecas, gilís y gilis, gipipuertas y giliventanucos, panolis, pánfilos, mamacallos, sansirolés, bolos..., no es que lo sean o fueren, que a veces es inevitable, serlo o hacérselo, sino que esa actitud salpica, con el Mal Supremo, en todo, por todo, a todo. Tontuna y mal son como la misma entidad, ser, estar, función y circo.

Los modos y formas son muchos más, pero que se refieren todos a esa electa manera, forma, modo y moda, que parece imperturbable, de ser y estar, que resumo, en este caso que tratamos de lo polimili,  o político y social, más económico, laboral, sindical, histórico y literario, en el nombre -ya digo que aprendido del gran escritor que es Cervantes- de votambre, o votambrero, votambrería, votambrismo, votambrear y toa la familia de variantes de usos gramaticales posibles y verdaderas, buenas y hermosas, en su mofa y befa de la falsedad, maldad y fealdad intrínseca a la tontuna electa.

Me perdonen a los que esas palabras se refieran en otros contextos y textos. Supongo que serán inteligentes pa discernirlo.

NOTA.- Ilustración basada en pintura pa la exposición MÍNIMO, con pocas palabras basta, que anda en trances de hacerse., y lo mismo cambia de nombre. El título es Ella viene.