15 de junio de 2015

EL GENIO










Apena y derrota, enfada y da yuyu, compasión, ganas de cogerlo y espabilarlo en todo su buen sentido, ver a ese personaje del que tanta tajada sacarían esos escribidores que auscultan la realidad y luego la reproducen con fulgor pal Mercado y sus consumidores. Crearían un quijote funesto y cómico sin perdón. 
Lo conozco de casi toda la vida. Cuando joven creía que sus ínfulas y grandezas y esa genialidad que se vende y usa como humo eran cosas propias de la edad. Pasaron los años y fue creciendo ese desasosiego de que hace una obra grandiosa, de calidades incuestionables, sin taras ni faltas y sin que nadie pueda medirla. Que sería lo de menos, pues nadie conoce esa obra. A no ser barruntos, publicidades suyas, grandilocuencias, sospechas, ajetreos...
Se trata de una obra musical sin parangón, según su autor. Genial y toda buenísima. De un alter ego de Mozart como poco sino más. He barruntado alguna interpretación, se me enseñó alguna partitura rara y vista y no vista alguna vez... Todo es humo y publicidades. Y sobre to unas charlas monotemáticas y que achicharran la morra por mucha resistencia que se tanga a tamaños casos, sobre su obra. Esa obra grandiosa sin dudas y que no vimos nunca.
Alguna vez se me permite intervenir y decir y hablar. Es cuando le digo que la registre en el registro de propiedad intelectual... Ante lo cual denuestos, insultos, voces y conjura de todos los males sobre ella... Que si si lo hace se la copian, que hay mucho listo... Que no se fía de nada ni de nadie y que con un trozo harán miles de canciones, músicas y que se forrarían de dineros. Y que él no está dispuesto a que se cometa esta villanía con su obra.
Y que si so obra, la obra,la gran obra, la inmensa obra genial escondida pa los restos. Ese parto de los montes, esa grandilocuencia fútil y vana, esa publicidad ante mi y conmigo sólo o con quien le pueda aguantar la brasa, la candela, el fuego de su soflama sobre su obra, y que si su obra y la obra.

Y es que los artistas son así de raros, extraños pa mí que soy una persona corriente, que entiendo el arte como trabajo, trabajo y trabajo en hacer algo que, si tiene mucho trabajo y es y está como debe, es inimitable, único, libre, solidario. Y que estar pendiente de los otros, esos otros que consideran al arte como mercancía, es perder alma y cuerpo, toda la vida en todo. Pero sé que decir esto a un enajenado, alienado, fuera de sí y de no es incluso peligroso para uno. 



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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.